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Gala con grandes intérpretes en el Auditorio Nacional

Unas 9 mil personas vivieron la magia del ballet con Despertares

Los hermanos Isaac y Esteban Hernández compartieron escenario

Foto
Isaac Hernández y Misa Kuranaga en una escena de El cisne negro; a la derecha, el bailarín mexicano con Tamara Rojo en la coreografía Carmen, y abajo, Isaac, detrás de su hermano Esteban, cuando interpretaron My way, de Ste-phan Thoss, en la gala efectuada el recinto de Paseo de la ReformaFoto Auditorio Nacional/ Chino Lemus
 
Periódico La Jornada
Martes 15 de agosto de 2017, p. 5

Con lenguajes de coreógrafos como William Forsythe, Akram Khan, Benjamin Millepied, Ben Van Cauwenbergh, Danielle Rowe, Itzik Galili y los clásicos Marius Petipa y George Balanchine, la gala de ballet con Isaac Hernández Despertares resultó única y mágica el sábado pasado en el Auditorio Nacional.

Alrededor de 9 mil personas abarrotaron el recinto de Paseo de la Reforma y disfrutaron de la entrega y pasión de los bailarines pertenecientes de las mejores compañías de ballet del mundo, que Isaac Hernández logró reunir en una noche irrepetible.

Con dirección artística de Hernández, primer bailarín del Ballet Nacional Ingles (ENB, por sus siglas en inglés), la gala que combinó danza clásica, contemporánea y algo de tap a cargo de Savion Gover, quien es considerado el mejor exponente de esa vertiente a escala mundial, mostró que en la danza además de disciplina hay belleza, poesía y mucha fuerza.

La gala comenzó con un video sobre el proyecto Despertares y enseguida apareció en el escenario Savion Glover, que con la música en vivo de la Candy Dance Band hizo que los espectadores siguieran atentos sus zapatos blancos y el ritmo marcado por el zapateado.

Las ovaciones del público se escucharon en todos los números. Isaac Hernández causó furor, pues primero interpretó un fragmento de El lago de los cisnes, con Misa Kuranaga, del Ballet de Boston; después interpretó con Tamara Rojo, directora del ENB, Carmen, del coreógrafo Alberto Alonso y junto a Alicia Amatriain, del Stuttgart Ballet, bailó In the middle of somewhat, de Forsythe.

Esteban Hernández, hermano de Isaac y bailarín del Ballet de San Francisco (SFB, por sus siglas en inglés), sorprendió al público con el Bob, solo de la coreógrafa Danielle Rowe.

Otro momento importante de Esteban fue la ejecución de Talismán, de Marius Petipa, con la bailarina del San Francisco Ballet, María Kochetkova. En esta pieza hizo gala de técnica el egresado de la Academia de Ballet Real.

Tamara Rojo

Fue un acierto que en Despertares se incluyeran coreografías contemporáneas, como Les Bourgeoises, de Ben van Cauwenbergh, o el Grand Pas De Deux, de Christian Spuck, donde la bailarina del Ballet Real, Lauren Cuthbertson y el bailarín del Ballet de Stuttgart, Jason Reilly, arrancaron carcajadas al público al mostrar que el ballet clásico puede ser divertido.

Una pieza que llamó la atención por la fuerza y presencia de los bailarines fue Dust, de Akram Khan. Con música de Jocelyn Pook, e inspirada en la Primera Guerra Mundial, fue interpretada por Erina Takahasi y James Streeter del ENB.

La danza hecha poesía por la unión de los movimientos con la música de Philip Glass fue Closer, del francés Benjamin Millepied. La interpretación de Kochetkova y Sebastian Kloborg, del SFB conmovió a los espectadores.

Los que siguen la trayectoria de Isaac Hernández disfrutaron verlo en el escenario con Tamara Rojo. En Londres, el bailarín mexicano es considerado una de las mil personas más influyentes.

Sin escenografías y sólo con apoyo de luces, los bailarines de las 14 compañías más relevantes de la escena mundial despertaron en el público el interés en la danza.

En la segunda parte del programa, se apreció el rigor y la técnica para interpretar Don Quixote, de Marius Petipa. Sus intérpretes Whitney Jensen, del Norwegian National Ballet, y Denys Cherevychko, del Vienna Opera Ballet, recibieron un aplauso prolongado.

La participación de Anneleeb Dedroog de la Gauthier Dance Company y de Sebastian Kloborg con la obra Cherry Pink and Apple white blossom y música de Pérez Prado también fue de las más ovacionadas.

El cierre estuvo a cargo de Isaac y Esteban Hernández; interpretaron My way, de Stephan Thoss. Ver a los hermanos compartir escenario fue inolvidable.

El enorme telón rojo del Auditorio Nacional cayó. Habrá que esperar un año para volver a ver a tan relevantes figuras de la danza mundial.