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Antonio Ortuño presentó La vaga ambición, su nuevo libro de relatos

La literatura ayuda a desquitarnos de la realidad repulsiva en México
 
Periódico La Jornada
Martes 25 de julio de 2017, p. 7

Lo que hace la literatura es ayudar a desquitarnos de la realidad, esa en la que tenemos que vivir y que es repulsiva en México, expresó el escritor Antonio Ortuño, ganador del quinto Premio Ribera del Duero por su libro de cuentos La vaga ambición.

El título se presentó el miércoles pasado en Casa Lamm, en una mesa en la que participaron el director editorial de Páginas de Espuma, Juan Casamayor, la escritora Ana García Bergua, y el autor, quien, de acuerdo con el acta del jurado que se dio a conocer hace unos meses, demuestra gran dominio para desarrollar un tema común a todos los relatos, que es la naturaleza de la escritura, y la capacidad humorística que no va en detrimento de la emoción y logra divertir y conmover a los lectores.

En esta ocasión el jurado del premio fue presidido por Almudena Grandes, Juan Bonilla, Sara Mesa, así como Juan Casamayor y el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero, Enrique Pascual García.

Dijo Antonio Ortuño (Zapopan, Jalisco, 1976): “Escribir es una manera de lidiar con la realidad, subir al ring con ella y tratar de ajustar cuentas. Espero que si leen en libro lo disfruten, porque me divertí mucho escribiéndolo, incluso las partes más difíciles, como la muerte de mi madre”.

Casamayor habló de los inicios del premio, que se da cada dos años: Se comenzó a fraguar en 2007 entre el consejo regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero y la editorial, y se pusieron las primeras bases en torno a una amplia convicción literatura de lo que debía ser y que fuera para el género del cuento. Se buscaba un premio con vocación internacional.

Desde entonces ha sido entregado a la escritora mexicana Guadalupe Nettel, a la argentina Samanta Schweblin y a los españoles Javier Sáez de Ibarra y Marcos Giralt Torrente. 

La vaga ambición, que reúne seis relatos, es un libro para leer y releer, añadió el editor de Páginas de Espuma, distribuida en México por Colofón. 

Prosa ágil y de humor amargo

La escritora Ana García Bergua leyó un breve discurso en el que señaló que los cuentos de La vaga ambición son fieles a la prosa novelística de Ortuño: clara, ágil y llena de un humor amargo que no huye a la violencia ni al rencor, y que hace patente el absurdo en que vivimos y que le ha tocado, más que nada, a su generación. Los nacidos en los años 70 vivieron sus infancias durante el último México de la estabilidad dizque revolucionaria y se asomaron a la vida adulta cuando todo se puso de cabeza. A contracorriente de los nombres que se les haya podido poner yo los llamaría la generación del desencanto.

Pocos libros, añadió, “la magia de la condensación. Una magia que al parecer se lee con rapidez, pero después se abre dentro del lector como flor llena de filos. Los seis cuentos de La vaga ambición tienen ese carácter de bala expansiva: un tiempo después de terminar el libro uno se da cuenta de que sus páginas lo han dicho todo sobre ese animal exótico al que se llama autor y que no siempre es el escritor. Ortuño practica aquí eso que llaman autoficción y cuenta quizá no todo, pero sí mucho, sobre la actual vida de los escritores en ferias, presentaciones, trabajos mal o bien pagados, deudas perpetuas y borracheras no siempre saludables”.