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México SA

Peña Nieto: calculadora fallida

Remesas vs inversión extrajera

Salida de capital: llave abierta

L

oco de contento, el inquilino de los Pinos presume los grandes logros económicos sexenales, y como muestra de ellos anotó en su calculadora –que sólo suma, nunca resta– la cifra preliminar más alta para un primer trimestre (enero-marzo de 2017) desde que se lleva registro hace 20 años en materia de inversión extranjera directa, que en dicho periodo acumuló (versión oficial) 7 mil 946 millones de dólares. La gloria, pues.

Pero la buena nueva fue apestada por el Banco de México, pues el mismo día difundió su propia estadística, utilizando para ello la calculadora correcta; es decir, aquella que, entre otras gracias científicas, suma pero también resta, y con base en operaciones elementales sus resultados documentan que en el trimestre de referencia la inversión extranjera directa real –contante y sonante– en realidad sumó 2 mil 15 millones de billetes verdes, o lo que es lo mismo, apenas una cuarta parte de lo cacareado por Peña Nieto.

En ambos ejercicios la suma arroja un resultado igual, pero en la primera (la de EPN) sin más se presenta el total (en la escuela no le enseñaron a restar), mientras el Banco de México (de entrada, el doctor catarrito, Agustín Carstens, sí fue a la escuela) sumó y restó para llegar al saldo referido, como debe de ser.

Así, como en el cuento de los perritos, de los 7 mil 946 millones de dólares de inversión extranjera directa (EPN dixit), 5 mil 20 millones correspondieron a reinversión de utilidades de las empresas foráneas con operaciones en México, es decir, se trata de dinero generado en la economía mexicana y pagado, en su mayor parte, por mexicanos. En este contexto, no entra un solo dólar nuevo, pero el maquillaje contable oficial pretende hacer creer que se trata de nuevas inversiones”. Adicionalmente, las mismas empresas extranjeras hacen sus enjuagues contables (cuentas entre compañías) para manosear fiscalmente un dinero existente que disfrazan de préstamos para sí mismas entre sus respectivas matrices y subsidiarias.

Entonces, de los casi 8 mil millones de dólares presumidos por EPN, en los hechos a duras penas se invirtieron poquito más de 2 mil millones, que vienen a reforzar la muy lucrativa práctica de las trasnacionales que operan en México, es decir, no vienen a generar nueva riqueza sino a comprar la existente, con un mercado cautivo y la protección gerencial del gobierno en turno.

En cambio, lo que ni lejanamente es un enjuague o esconde trucos contables es el monto de remesas enviado por la paisanada expulsada de su propia tierra, el cual, en el periodo que se cita, ascendió –ese sí contante, sonante y sin condicionamiento alguno– a 6 mil 640 millones de dólares, proporción 3.3 veces mayor a la inversión extranjera directa real.

En el comparativo, Peña Nieto presumió que a lo largo de su estadía en Los Pinos la inversión extranjera directa acumulada suma 144 mil millones de dólares (en realidad, sin trucos ni enjuagues, no debe pasar de 60 mil millones, porque la diferencia es por reinversión de utilidades y cuentas entre compañías), lo que para él es una muestra de confianza en su gestión.

Pero en el mismo lapso los paisanos inyectaron a la economía de sus familias, en particular, y a la nacional, en general, alrededor de 105 mil millones de dólares, de tal suerte que este ingreso se ha convertido en uno de los grandes pilares de la balanza de pagos (del petróleo sólo queda el recuerdo).

Y mientras los expulsados de su tierra no dejan de inyectar recursos frescos (con todo y que el gobierno no les echa un lazo, salvo a la hora del voto en el extranjero), otros –como las citadas empresas, más sus aliados internos– drenan a la economía nacional y sacan capital a granel (exportan, dicen los tecnócratas).

Muestra de ello es la espeluznante realidad documentada y publicada por La Jornada (Roberto González Amador) en su edición de ayer. Dice así: los recursos transferidos por mexicanos a cuentas bancarias en el extranjero desde el inicio de la actual administración federal y hasta marzo de 2017 superaron el saldo de la deuda externa del sector público. Sólo fueron menores que las remesas a sus familias de trabajadores connacionales desde Estados Unidos en el mismo periodo. Entre enero y marzo de 2017 los envíos de dinero por particulares y empresas alcanzaron el monto más elevado para un trimestre desde 2008 (el año del catarrito de Carstens), reveló información del Banco de México.

De enero de 2013 a marzo pasado, detalla la información referida, “las transferencias de mexicanos a cuentas bancarias en el extranjero representaron salida de recursos por 101 mil 992.2 millones de dólares, según información del Banco de México. En términos comparativos, la transferencia a cuentas en el exterior –que ha ido en aumento en la medida en que más compañías nacionales realizan actividades fuera de la frontera– supera en 18.5 por ciento el saldo de la deuda externa del gobierno federal, la cual, al cierre del primer trimestre, se ubicó en 85 mil 342.9 millones de dólares, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda”.

Y puntualiza: “mientras aumenta la transferencia de recursos a cuentas de mexicanos fuera del país, también lo hizo, en el periodo de referencia, las remesas que reciben las familias mexicanas y que, de acuerdo con información oficial, ha sido uno de los motores del dinamismo del mercado interno, la actividad que más contribuyó al crecimiento de la economía en los dos años anteriores.

Entre comienzos de 2013 y el primer trimestre de este año, el ingreso de divisas por remesas sumó 104 mil 346.8 millones de dólares, de acuerdo con la información de la balanza de pagos actualizada este jueves por el banco central. Esta cantidad fue superior en 3 mil 147.6 millones de dólares a la transferida por mexicanos a cuentas bancarias en el extranjero. Justo en uno de los periodos en que el peso afrontó ataques especulativos que llevaron su valor a un mínimo histórico, empresarios y ciudadanos mexicanos transfirieron a cuentas bancarias fuera del país 14 mil 348.6 millones de dólares en el primer trimestre del año, según la información oficial.

Las rebanadas del pastel

Pero Enrique Peña Nieto presume que logros como los desmenuzados son el mejor ejemplo de que a nuestro país le está yendo bien, de que nuestra economía es fuerte y de que el mundo confía cada día más en México. ¡Ole!

Twitter: @cafevega