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¿Recursos frescos para la ciencia?
L

uego del duro golpe que sufrió la ciencia mexicana con el recorte del gasto del gobierno federal para ciencia, tecnología e innovación (CTI) en 2017, se exploran desde hace varios meses dos nuevas fuentes de financiamiento para estas actividades. Una es la del ahorro en el pago de impuestos para las empresas que se decidan a invertir en el sector, y la otra que los gobiernos de las 32 entidades federativas de la República destinen recursos para la investigación en sus respectivos estados. Se trata de dos apuestas novedosas en México, las cuales, de resultar exitosas, podrían traer los recursos frescos que son indispensables para impulsar la ciencia y la tecnología y, consecuentemente, el desarrollo económico y social del país.

El pasado abril fueron dadas a conocer estas dos iniciativas. La primera se denomina Estímulo Fiscal a la Investigación y Desarrollo de Tecnología y consiste en el otorgamiento de un crédito fiscal de 30 por ciento a las empresas sobre los gastos e inversiones que realicen en investigación y desarrollo tecnológico. De acuerdo con las reglas de operación de este nuevo programa, las cuales se publicaron en el Diario Oficial de la Federación el 28 de febrero de este año, las solicitudes que presenten los empresarios serán evaluadas por un comité que dará preferencia a las que cumplan con algunos criterios, entre los que es importante destacar que los proyectos deben favorecer la vinculación con las instituciones de educación superior y los centros públicos de investigación; dicha vinculación se define cuando no menos de 20 por ciento de la inversión se ejerza a través de dichas instituciones o centros.

Este programa cuenta con el respaldo de diversas organizaciones del sector privado, lo que hablaría en favor de su factibilidad. En la elaboración de estos estímulos, además de la Secretaría de Hacienda y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), habría participado el Consejo Coordinador Empresarial, y en la presentación del mismo estuvo presente otorgando su aval, Enrique Guillén, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación. Luego, en un video publicado en la página web de la Confederación Nacional de Cámaras Industriales, su líder, Manuel Herrera Vega, expresó su beneplácito por el nuevo proyecto y llamó a los integrantes de su organización a participar en él.

Enrique Cabrero Mendoza, director general del Conacyt, estimó el día de la presentación que este año el nuevo programa traería unos 4 mil 500 millones extras de inversión, de los cuales mil 500 serían aportaciones del gobierno a través del mencionado estímulo y 3 mil millones provendrían del sector privado. En suma, de acuerdo con un comunicado de prensa del organismo que encabeza, Cabrero señaló que esta cantidad, aunada a lo que aportará este año el otro programa que se tiene ya con el sector privado (Programa de Estímulos a la Innovación o PEI), permitirá alcanzar aproximadamente 9 mil millones de pesos de inversión conjunta entre gobierno y empresas.

La otra iniciativa surgió el 6 de abril en la reunión de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago). Durante la reinstalación de su Comisión Ejecutiva de Ciencia y Tecnología (en su estructura hay un órgano que lleva ese nombre), el nuevo titular de la misma, José Ignacio Peralta, gobernador del estado de Colima, destacó la importancia que tienen la ciencia y la tecnología para dinamizar el crecimiento económico de las diferentes entidades federativas del país. Lo interesante es que esta vez los gobernadores aprobaron una agenda calendarizada que incluye trabajar para alcanzar uno por ciento del producto interno bruto (PIB) para ciencia y tecnología.

En esa reunión estuvo presente Elías Micha Zaga, actual coordinador de CTI de la Oficina de la Presidencia, quien dio a conocer una cifra que me parece impresionante: en la actualidad la inversión de los estados en ciencia y tecnología representa 0.005 por ciento del PIB, proporción que es ridícula, si consideramos que estas actividades desde hace varios años han estado inmersas en un intenso proceso de descentralización.

Un aspecto que resulta alentador, además de la agenda de trabajo aprobada, es que en la vicepresidencia de la citada comisión de la Conago, quedó el gobernador de Zacatecas, Alejandro Tello Cristerna, quien cuando fue senador y presidente de la comisión de ciencia en la Cámara alta impulsó reformas importantes en este sector, y señaló en la reunión aludida que los estados deberán apoyar más decididamente a los consejos y secretarías estatales de CTI. Otro dato alentador es que una entidad federativa, la Ciudad de México, ya definió en su Constitución Política que 2 por ciento de sus presupuesto anual será destinado a la ciencia y la tecnología.

Pero no hay que echar las campanas al vuelo. Se trata aún de iniciativas que no se han materializado. Todos desearíamos que funcionaran muy bien y que trajeran recursos frescos para la ciencia. En mi opinión, habrá que esperar sus resultados, que podrían no ser a corto plazo, por lo anterior la medida más importante en el terreno del financiamiento para CTI debe ser ahora resarcir en el presupuesto para 2018 lo que se quitó este año a estas importantes actividades.