Sociedad y Justicia
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Investigador de Chapingo llama a preservar su producción

Existen 4 mil 500 plantas medicinales en el país, pero sólo se cultiva un centenar
 
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de abril de 2017, p. 39

En México existen más de 4 mil 500 plantas medicinales; sin embargo, sólo se comercializan 400 y de éstas únicamente se cultivan 100, por lo que ante su escasa producción existe el riesgo de perder el germoplasma de miles de estas especies, advirtió Guillermo Mendoza Castelán, director del Instituto Tzapin de Medicinas Complementarias, de la Universidad Autónoma Chapingo (Uach).

Precisó que debido a que su reproducción sólo se sustenta en la recolección, las secretarías de Agricultura (Sagarpa) y de Salud (Ssa) están obligadas a preservarlas, pues actualmente su resguardo está en manos de 60 grupos étnicos a escala nacional.

El especialista e investigador de la Uach indicó que la instalación de farmacias vivientes es una estrategia para conservar y producir plantas medicinales en el país. Actualmente existen más de 500 en zonas rurales y urbanas, en formatos de huertos para la atención inmediata de padecimientos no graves, como dolor de cabeza o diarrea.

Asimismo, dio a conocer la celebración de la segunda Feria Nacional de las Farmacias Vivientes, Naturismo y Plantas Medicinales, que se llevará a cabo en las inmediaciones de la Uach el 27, 28, 29 y 30 de abril.

Mendoza Castelán llamó al titular de la Sagarpa, José Calzada Rovirosa, a impulsar estrategias de producción de estas plantas. De forma paralela se efectuará el foro Producción manejo, poscosecha, comercialización y uso de plantas medicinales.

Insistió en que la Sagarpa debería promover la capacitación de recolectores de especies medicinales e incentivar su cultivo, pues ello permite la diversificación de la producción en el campo y su capitalización, pues es de interés mundial la búsqueda de países que cuentan con plantas curativas.

Consideró que en esa labor tendrían que participar también los institutos de investigación y la Ssa, para dar el visto bueno a la validación cultural e histórica de esa práctica, pues se está perdiendo el conocimiento herbolario, el cual de por sí es muy vulnerable en las comunidades indígenas debido a la migración. Al abandonar sus lugares de origen, los indígenas y campesinos olvidan el cultivo de las plantas medicinales y esto propicia el declive de la producción.