Violencia en la ciudad
Índices a la alza
Menester, cifras reales
oco a poco, sin tregua, la delincuencia ha ido en aumento en la Ciudad de México, pese a todas las medidas que supuesta o ciertamente se dan en las calles de la capital.
Aquella vieja sensación de peligro que se esparció algún tiempo en lo que entonces era el Distrito Federal, y que tenía origen en una terrible ola de asaltos –de todo tipo– y secuestros, entre otros ilícitos, parece reditarse. Asaltos a casa habitación, a transeúnte, bandas de motociclistas cada vez más peligrosas… en fin, otra vez la ola que empieza a cubrir de miedos las colonias y las calles de la metrópoli.
Hace algunos días, en Coyoacán apareció una serie de mantas en las que se demanda a la autoridad tomar acciones en contra de la inseguridad, que va en aumento. Las quejas empiezan a aparecer en los cafés, en los restaurantes, pero, sobre todo, en la boca de artistas, intelectuales y la gente que a diario anima la vida de esa prestigiada delegación.
El supuesto es que en esa demarcación hay un buen número de cámaras que hasta donde nos dijeron servirían para localizar con rapidez y certeza a quienes quebrantaran la ley, pero eso no es completamente cierto, o parece que no es tan cierto allá, en los lugares donde penden las mantas que exigen justicia.
Pero no sólo allí. En Iztacalco las cosas también van de mal en peor. Este fin de semana amaneció muerto en una de las calles del Barrio de Santiago Saúl Armando, quien apenas cumplía 22 años. Lo ultimaron de dos balazos y no hay testigos. La solución, como en muchos otros casos, es la impunidad, simple y llanamente. Algo se está dislocando y empieza a sonar con voces de alarma.
Las cifras que da la Procuraduría General de Justicia (PGJ) de la ciudad, según el informe que envió a la Asamblea Legislativa, dan cuenta del peligro que ronda a la ciudad. En el periodo que abarca de marzo de 2016 al mismo mes de este año fueron asesinadas 984 personas, más de dos por día. Pero no fue todo: los lesionados por arma de fuego fueron mil 422, según las denuncias presentadas a esa dependencia.
Es bueno que la PGJ, que en otros renglones de la seguridad ha obtenido buenos resultados, no busque negar o esconder los hechos que van formando las percepciones negativas, porque si bien es cierto que, por ejemplo, los asaltos a quienes viajan en microbuses disminuyó en esta ciudad hasta 20 por ciento, también lo es que cada vez esos asaltos –ahora la mayoría se cometen en el estado de México– son más sangrientos.
Hoy habrá de rendir su informe Rodolfo Ríos Garza, procurador general de Justicia de la Ciudad de México, y seguramente enfrentará críticas constructivas, y también malsanas, pero lo verdaderamente importante es que hable con verdad de la situación en las calles, en las casas y los negocios, y de las acciones que desde la dependencia que él encabeza se pueden emprender para controlar e inhibir la criminalidad, y que ésta no se convierta en la noticia cotidiana. Suerte.
De pasadita
La idea de volver a reunir a los integrantes de la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México para hacer la defensa del texto que se aprobó en la casona de Xicoténcatl ha empezado a tomar forma, pero las incógnitas respecto de las demandas que se han interpuesto en su contra parece que no tendrán muchas respuestas. Por ejemplo, ¿qué podrán decir los diputados felicitados en Los Pinos por su trabajo en la redacción y aprobación de la Constitución Política de la Ciudad de México cuando se les pregunte por qué la felicitación, si los tienen impugnados? Otra: ¿volverán a incurrir en el error de ir en contra del guion que deben seguir sin chistar? Ya veremos.
