Opinión
Ver día anteriorViernes 31 de marzo de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Diplomacia
L

a única que recordó a la periodista asesinada, corresponsal de La Jornada Miroslava Breach Velducea, de todos los que tomaron la palabra, fue la embajadora de Estados Unidos, Roberta S. Jacobson, en el desayuno a 101 mujeres en el diario más antiguo de México, El Universal.

Ya al llegar a México la embajadora (recién llegada) nos había sorprendido al presentarse en Paseo de la Reforma, el 25 de junio de 2016, a la Marcha del Orgullo Gay y al mezclarse como cualquier hijo de vecino con los participantes. Ojalá y otros estadunidenses tuvieran la misma idea de lo que es ser buen vecino que Roberta S. Jacobson.

Ahora en su discurso en perfecto español durante el desayuno que año tras año ofrece el diario El Universal en la calle de Bucareli recordó también a una mujer víctima de maltrato, Rogelia, quien acompañada de sus hijos tuvo que venir de su tierra para evitar los golpes de la violencia familiar. Su discurso cálido, solidario y lleno de sentido de humor nos llegó al corazón.

No cabe duda que reunir a mujeres es desde hace más de cinco años un gran acierto del director de El Universal Juan Francisco Ealy Ortiz. Nadie lo hace. Las invitadas llegan contentas, vestidas de colores; la más contenta de todas, la niña Andrea Lomelí que corrigió a Aurelio Nuño. Con una diadema de orejitas de gato, se acercó: Quiero una foto con usted y nos reímos de oreja a oreja como el gato de Cheshire en Alicia en el país de las maravillas.

Protector de mujeres, también el director Juan Francisco Ealy Ortiz hizo alusión al maltrato familiar y a que las mujeres deberían tener las mismas oportunidades formativas que los hombres. Cosechó muchos aplausos al afirmar que no entendía cómo Donald Trump había podido llegar a la presidencia de Estados Unidos cuando hablar mal de las mujeres había sido el burdo meollo de la mayoría de sus discursos y de su filosofía de la vida.

Hace más de cinco años asisto al desayuno de El Universal. Primero fui con mi admirada doña Rosario Ibarra de Piedra. Y ahora acudo con gusto. ¿Por qué? Porque son pocos los homenajes que se rinden a las mujeres. Porque las que asisten tienen distintas tendencias políticas, distintas formas de ser, distintos atuendos, distintas maneras de encarar la vida y, sin embargo, apenas suben por las escalinatas de El Universal al sentirse no sólo bienvenidas sino queridas se abrazan y ninguna es capaz de lastimar a otra. Si acaso una que otra mirada crítica.

En ese ambiente, la presencia de una embajadora de Estados Unidos de la calidad humana y de la talla de Roberta S. Jacobson no puede ser mejor recibida. La embajadora incluso habló de los consejos que de niña le dio su madre. Puedes hacerlo todo en tu vida pero no todo al mismo tiempo. Incluyó a sus hijos que de niños se encargaban de hornear los brownies mientras ella iniciaba una carrera de defensa de los derechos humanos.

El Universal, nacido el primero de octubre de 1916, tiene casi 101 años de excelente periodismo. Es un puntal en la vida democrática de México por su buena información y su objetividad. Casi 600 mil usuarios consultan su portal, entre ellos muchos jóvenes, y tener el apoyo de los jóvenes le asegura el futuro a cualquier empresa política o cultural.