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Durante 28 horas se mantuvo a salto de mata legislativo

Con un amparo, deja Antonio Tarín su refugio en San Lázaro

Es acusado de peculado por 300 millones por el gobierno de Chihuahua

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Antonio Tarín García abordó una camioneta y, al salir de la Cámara de Diputados, un automóvil blanco (sin placas) le cerró el paso; eran agentes ministeriales de la Ciudad de México y de Chihuahua, quienes solicitaron copias del amparo, lo revisaron, hicieron llamadas y recibieron órdenes de dejarlo partirFoto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Jueves 30 de marzo de 2017, p. 19

El cuidado de las formas que la Fiscalía del Estado de Chihuahua mantuvo para procesar la orden de aprehensión contra Antonio Enrique Tarín García, paradójicamente facilitó al ex colaborador de César Duarte Jáquez evadir a la policía ministerial al contar con la protección otorgada por un juez federal.

Ayer en la Cámara de Diputados cundió la indignación porque los recursos legales que existen en materia de amparo concedieron una suspensión provisional a Tarín García, acusado en Chihuahua por peculado de 300 millones de pesos en perjuicio del erario. El dinero todo lo compra; esto es una vergüenza y una absurda simulación de un sistema en franca descomposición, fueron las críticas de los espectadores –trabajadores y visitantes– durante las casi 28 horas vividas por el ex funcionario de Chihuahua, a salto de mata en San Lázaro.

El martes al medio día, Antonio Enrique Tarín, un hombre de todas las confianzas del prófugo César Duarte, se presentó en la Cámara de Diputados en su calidad de diputado suplente para ocupar la curul del malogrado Carlos Hermosillo (PRI), quien falleció la semana pasada en un accidente carretero.

No consiguió rendir protesta, y con ello alcanzar el fuero constitucional, porque el PAN anunció la existencia de una orden de aprehensión en su contra por el delito de peculado. Desde ese momento permaneció en el palacio legislativo de San Lázaro (área federal protegida contra cualquier acción penal, a excepción de la existencia de un permiso de la presidencia para su cumplimiento), y buscó el cobijo de su partido, el PRI.

No obstante, el mismo día el partido tricolor expuso su postura sobre el caso: El grupo parlamentario del PRI en la Cámara de Diputados, por conducto de su vicecoordinador, Jorge Carlos Ramírez Marín, precisa que no ha solicitado ni solicitará que se realice la toma de protesta del diputado suplente electo, Antonio Enrique Tarín García... en tanto el interesado no resuelva su situación jurídica y esté, efectivamente, en condiciones de poder rendir protesta.

Una vez que el PRI se desmarcó, la responsabilidad de mantener a Tarín en las instalaciones de la Cámara de Diputados recayó en la presidente de la Mesa Directiva, Gudadalupe Murguía (PAN) y el secretario general, Mauricio Farah. Esa protección facilitó al diputado suplente de Carlos Hermosillo, pasar la noche sin ser molestado por los policías ministeriales, quienes le esperaron en los accesos del recinto.

Ayer, el chihuahuense se levantó tras un descanso reparador en la oficina. Camino al restaurante, donde almorzó un sandwich y tomó varias tasas de café.

Al mediodía continuaron las paradojas. A escasos 10 metros de donde Tarín se encontraba comiendo, se presentó el fiscal de Chihuahua, César Augusto Peniche, quien participaría en una reunión con la Comisión de Defensa contra las Agresiones a Periodistas. Antes de ingresar al salón contiguo al restaurante, reiteró que su gobierno era cuidadoso de las formas y que ya se encontraba listo el despliegue policiaco para capturar a Tarín García.

Sin embargo, no transcurrieron ni cinco minutos después de esa declaración, cuando se dio a conocer la decición de un juez federal concediéndole la suspensión provisional.

Una hora después, el fiscal Peniche, con el rostro descompuesto, trató de explicar –ante una tumulto de reporteros– que aún existen instancias para llevar a Tarin ante la justicia.

Antonio Tarín salió del restaurante y declaró ya tenemos un amparo, me retiro a unas oficinas para seguir trabajando en mi defensa jurídica. Yo entré por mi propio pie aquí al recinto, y me voy igual; no tememos a nadie y vamos a afrontar con la frente en alto (sic) todo este proceso que viene. Espero estar muy pronto aquí con ustedes para la toma de protesta.