Opinión
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Aspirantes Xerox a fiscal

Cemex no le entra al muro Trump

SDP, de Federico Arreola, se asocia con Televisa

Astillero

Jugar con fuego (militar y electoral)

Contraponer a AMLO con Sedena

Narcofuga en Culiacán

Veracruz: más fosas, más impunidad

Enrique Galván Ochoa
Julio Hernández López
México SA

Ciudadanía desinformada

Ley de Seguridad Interior

EPN: piropos progresivos

Economía Moral

Investigaciones recientes avanzan en la comprensión del bienestar humano/ VII

Gasper busca precisar el concepto de necesidades y relacionarlo con bienestar

Carlos Fernández-Vega
Julio Boltvinik
Penultimátum

Lobos en el Vaticano

Ruta Sonora

Vive Latino 2017: rumbos inciertos

Patricia Peñaloza
La globalización, frente a un enemigo imprevisto
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espués de haber defendido el modelo de gobernanza neoliberal y globalizador con todos los argumentos posibles –y algunos inverosímiles– frente a las impugnaciones de altermundistas, economistas progresistas, organismos sociales y gente provista de sentido común, los ministros de finanzas del Grupo de los 20 (G-20) han comenzado a cuestionarse sobre la viabilidad de buscar una alternativa a dicho modelo sin minar, desde luego, las bases sobre las que descansa el sistema capitalista. Paradójicamente, el motivo de la sorpresiva reconsideración no es una de las múltiples críticas que periódicamente formula la izquierda contra el concepto mismo de globalización, sino la política de hechos consumados que está llevando a cabo Donald Trump, cuya apuesta por el proteccionismo, el establecimiento unilateral de gravámenes en función de los intereses estadunidenses, la relocalización de grandes empresas en su país y el condicionamiento a las inversiones de las mismas golpea en plena línea de flotación al proyecto globalizador.

El Correo Ilustrado

Construcción de paz y amenazas en Colombia

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residente de la República de Colombia, Juan Manuel Santos:

Benito Juárez y los pueblos indígenas
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as imágenes sobre la figura de Benito Juárez como estadista nacional son tan solemnes que pareciera que sus autores buscaban alejarlo de la realidad en que vivía y colocarlo en otra que le era ajena y muchas veces combatió; como si quisieran que no se le viera como indígena para que pudiera representar a la nación. Las imágenes de su juventud no lo son tanto, tal vez porque son menos; todavía no era representante de la nación cuando se le tomaron y hay más evidencia de su vida cerca de los pueblos; las de su infancia francamente responden a la imaginación de sus autores, provocando un imaginario idílico de esa etapa de su vida. De ahí a afirmar que no se preocupó por los indígenas sólo hay un paso, el cual queda firme si sus actos se analizan con desparpajo, sin incursionar en su esencia y sin tomar en cuenta el contexto y el tiempo en que sucedieron.

Tres despachos sobre György Lukács
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l acontecimiento. A sus treinta y tantos años, György Lukács (1885-1971) –ya un establecido historiador de literatura– llega al marxismo y comunismo no vía la Segunda Internacional [la encarnación del positivismo determinista y oportunismo político], sino mediante el idealismo y sindicalismo, y no tanto mediante la lectura de sus teóricos (apenas conoce El capital), sino por la revolución misma [una ventana hacia el futuro] (My road to Marx, 1933). Esto hace toda la diferencia del mundo. Su heterodoxia temprana y la mezcla del entusiasmo por la revolución rusa (1917) y del sabor de la derrota a raíz de la caída de la efímera República Soviética Húngara (marzo-agosto/1919) –en la que es comisario político en el frente y luego comisario popular de la educación– dan a luz una obra singular: Historia y conciencia de clase [HyCC] (1923). Su aparición es “uno de los pocos auténticos ‘acontecimientos’ en la historia del marxismo” (S. Zizek dixit). Igual que Karl Korsch, pero con más erudición, el joven Lukács se propone salvar a Marx de la bastardización socialdemócrata que permea hasta las filas bolcheviques: recupera su dialéctica y [re]introduce el concepto de la reificación. Pero su timing es fatal. La revolución está en retirada y en vías de osificación. Atacada desde el Comintern (Zinoviev, Kun, Deborin, Rudas) por su revisionismo teórico, HyCC acaba en el índex estalinista (y con fama del texto fundacional del marxismo occidental, que separa la organización política del análisis social). Si bien se cree que pronto y sin una palabra Lukács se distancia de lo que es su opus magnum y acaba rechazándolo hasta sus últimos días (¡sic!) –véase el prólogo a la ed. francesa (1960) y el epílogo a la ed. de 1967–, perdiendo más de lo que gana en cambio, a finales de los 90 en Moscú aparece un largo y nunca mencionado por él ensayo Seguidismo y dialéctica [SyD] (¿1925-6?), en el que defiende apasionadamente sus ideas. Este eslabón perdido (M. Löwy dixit, goo.gl/MWudFb) precisa algunos puntos en HyCC (J. Rees, en: Tailism and the dialectic, 2000, p. 27-30) salva al texto de las malas lecturas) –estalinismo/marxismo occidental– y resalta su singularidad.

Francisco López Bárcenas
Maciek Wisniewski *
Autocríticas feministas y movimientos antisistémicos
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a vitalidad de un movimiento, como la de cualquier ser vivo, se puede palpar en su capacidad para cambiar, modificar el rumbo, ejercer la crítica y la autocrítica, algo tan olvidado por las viejas izquierdas. Una característica de lo avejentado es la repetición, la inercia y la incapacidad de moverse del lugar elegido.

¿Martirizar la Constitución?
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a son muchos los ataques contra la Constitución de la Ciudad de México, una de las más progresistas del mundo. La imagen me remite al martirio de San Sebastián: una lluvia de flechas atravesando el torso de una figura masculina, pintada por hombres: Botticelli, El Greco, Rafael, se considera la primera pintura de un desnudo masculino. Siempre representado como un joven imberbe, con expresión de placer y de dolor, el inherente homoerotismo de sus imágenes lo convirtió en el primer icono gay de la historia de occidente. Para Tennessee Williams, San Sebastián es el primer gay martirizado en occidente, Oscar Wilde utilizó el nombre Sebastián como su propio alias después de su liberación de prisión. Actualmente es patrono de las personas Queer o LGBTI.

Raúl Zibechi
Gabriela Rodríguez
Edipo, el extranjero, la hospitalidad
L

os mexicanos exiliados en Estados Unidos –no porque el país los llamó, sino porque su campo los expulsó–, viven días de intenso dramatismo ante las amenazas –algunas ya de hecho– de regresarlos a su tierra. El tema nos confronta con la invitación que hizo la doctora Anne Dufourmantelle, filósofa y sicoanalista, al notable pensador francés Jacques Derrida a dialogar en relación con el tema de la hospitalidad. Le solicitó el texto de las dos clases acerca de la hospitalidad y la hostilidad, el otro y el extranjero, dictadas en su seminario sobre el tema (La hospitalidad”, Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 2000).

José Cueli