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Muestran seis décadas de quehacer artístico; cumplirá 80 años

La mayor retrospectiva de Hockney, en Londres
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Retrato de un artista (piscina con dos figuras), 1972, acrílico sobre tela 2.140 x 3.048 metros, Lewis Collection © David Hockney, obra original incluida en la exposición más amplia jamás dedicada al artista, quien el 9 de julio cumplirá 80 añosFoto Art Gallery of New South Wales/ Jeni Carter
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El cuadro Retrato de un artista (piscina con dos figuras), colgado en uno de los muros de la Tate Britain, ayerFoto Afp
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David Hockney, en la capital británica en 2014, cuando dio a conocer la botella que diseñó para una conocida marca de vino añejo. Hoy su arte ocupa 12 salas del principal museo británicoFoto Ap
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Túnel más próximo, en invierno, febrero-marzo 2006, óleo sobre seis lienzos de David Hockney incluido en la exposición de la Tate Britain que este jueves se abrirá al público y concluirá el 29 de mayoFoto Afp
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Martes 7 de febrero de 2017, p. 4

Londres.

El jueves 9 la Tate Britain inaugurará la mayor retrospectiva dedicada al británico David Hockney (Bradford, 1937), que concluirá el 29 de mayo.

Con esa magna exposición se festeja, en su cumpleaños 80, a quien es considerado uno de los artistas de Reino Unido más populares e influyentes del siglo XX.

La muestra –de la que una semana antes de la apertura se han vendido 20 mil boletos–, con curaduría de Chris Stephens y Andrew Wilson, se estructura siguiendo un orden cronológico y abarca seis décadas del quehacer de Hockney.

La finalidad es demostrar cómo la variación de estilos que lo han distinguido son fruto de una concatenación de experiencias: cada nuevo lenguaje está apoyado en los alcances de la obra precedente.

Con excepción de las escasas obras que han sobrevivido, de mediados de los años 50 del siglo pasado, la serie Love (1960-1961) marca el comienzo de su trayectoria, donde el estilo semiabstracto, así como ciertos números y letras, cifraban el amor homosexual, tema que entonces era un tabú.

Siguen, de mediados de los 70, las imágenes icónicas de las piscinas en California, que como ninguna otra obra lo representan; A Bigger Splash (1967), conservada en la Tate, que es seguramente su creación más célebre, refleja no sólo su vida bohemia y hedonista sino la fascinación estética que en David Hockney despertaba el agua durante su estancia en California.

El agua fue objeto de muchos de sus cuadros de entonces: piscinas, regaderas automáticas de césped, numerosas escenas de hombres bajo la ducha “los americanos –dijo– se duchan todo el tiempo (...) las casas en Beverly Hills están llenas de duchas de todas formas y tamaños, me parecen elementos de lujo muy poco ingleses” (Nikos Stangos, 1979).

Utilización de nuevas tecnologías

De los años 80 son los fotocollages, mientras los monumentales paisajes de su región natal, York-shire, pertenecen a la obra del nuevo siglo, donde ha vivido una temporada muy prolífica y experimental probando técnicas tradicionales, como el carboncillo y utilizando las nuevas tecnologías: Photoshop, iPad y filmes digitales. Todas estas obras están presentes en la exposición.

Los temas de su obra son retratos (tanto de sus amantes, amigos, parientes como de sí mismo), naturalezas muertas y paisajes. Imágenes realistas, claras y directas que sugieren cómo un espacio puede ser representado no sólo física sino emocionalmente.

Un buen ejemplo para explicarlo es el Pearblossom Highway (1986), imagen de una carretera en medio del desierto de California, donde en una parte del cuadro se observan diversas señales de tráfico, referentes al punto de vista del conductor en su necesidad de estar atento al camino, mientras en el otro lado está sólo el paisaje que muestra la posición del copiloto, quien en contraste puede disfrutar despreocupadamente del entorno.

La imagen pictórica parece haber desbordado en la construcción del personaje a Hockney, inmutable desde su juventud y aun aquel look hoy ligeramente reconocible: grandes gafas redondas negras, cabello rubio oxigenado cortado como hongo, cigarrillo en mano, vestido como un dandy, aunque siempre con algún toque de color extravagante.

Hockney es un creador que ha amado siempre la interacción directa con el público, permitiéndole un acceso privilegiado a su arte. Ningún otro artista de su generación ha sido tan popular, documentado, analizado y expuesto como él.

El catálogo de la retrospectiva itinerante en la Tate Gallery (1989) afirma que para entonces se le habían dedicado 200 exposiciones individuales y 200 colectivas, a lo que se suman innumerables muestras de los años recientes, que exploran temas monográficos específicos, entre los cuales la Royal Academy (2012) lo dedicó a los retratos, quedando como una de las más exitosas de su historia, pues atrajo 600 mil visitantes.

Jonathan Jones, crítico del periódico The Guardian, centra con argucia la gran contribución de David Hockney al arte, donde gracias a su popularidad logró cambiar el mundo porque puso el arte gay en millones de casas, por no decir su capacidad de utilizar la comunicación moderna.

David Hockney en México

La presencia de David Hockney en México se ha manifestado mediante otra de sus prácticas artísticas: la escenografía teatral. El Museo Rufino Tamayo le dedicó en 1984 una muestra itinerante (provenía de Minneapolis) titulada El gran teatro de David Hockney: óleos, maquetas, escenografías.

A esa exposición se debió que por accidente naciera una de sus obras más famosas: Una caminata en torno al patio del hotel Acatlán (1985), en Hidalgo, donde pernoctó en el hotel Romano Ángeles durante varios días por una avería en su automóvil, cuando se dirigía a esa muestra montada en la Ciudad de México.

Ese óleo es fruto de una serie de dibujos y litografías anteriores, pintado con colores prendidos que transmiten la idea de un lugar exótico.

Además, en 1994 diseñó el vestuario y la escenografía para Operalia, concurso de canto fundado por el tenor Plácido Domingo.

Un documental dedicado a Hockney, por Randall Wright (2014), puede verse en YouTube.

El cúmulo de festejos al artista británico podría conducir a nombrar este 2017 el Año Hockney: a la muestra organizada por la Tate Britain, con la colaboración del Centro Pompidou de París y el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, adonde viajará con posterioridad, se suman las que se montarán en el Museo Ca’ Pesaro, en Venecia, y en el Guggenheim, de Bilbao.

Bradford, en Yorkshire del Oeste, ciudad natal de David Hockney no podía quedarse atrás, y ha anunciado que la Cartwright Gallery dedicará una sala permanente en su honor y, en días recientes, se comisionó al artista la creación del vitral de la iglesia de la abadía de Westminster, símbolo de la monarquía británica.