Sociedad y Justicia
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Hace 15 años se comenzó el diseño del cuadro básico y catálogo de sustancias

Esperan que se amplíe la lista oficial de medicinas homeopáticas

Relación aparecida en el DOF es un avance mínimo, pues el proyecto original incluía 150 claves: fabricantes

Señalan riesgo de sobrerregulación por exigencias inalcanzables

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Periódico La Jornada
Martes 10 de enero de 2017, p. 29

Hace 15 años empezaron los trabajos para diseñar el Cuadro Básico y Catálogo de Medicamentos Homeopáticos. El pasado 11 de agosto se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el primer listado con 34 sustancias que pueden ser utilizadas en las instituciones del sistema nacional de salud, aunque oficialmente sólo el Hospital Nacional Homeopático ofrece de atención clínica de este tipo.

Para la industria de medicamentos homeopáticos esto representa un avance mínimo para el sector, que existe desde los años 70, porque el trabajo del comité de expertos al que se encargó el diseño del catálogo planteaba que se incluyeran por lo menos 150 sustancias.

La esperanza de los fabricantes es que el cuadro y catálogo se actualicen, y de manera progresiva se incorporen nuevas claves.

Antes de que hubiera fabricación nacional, señaló Miguel Fernández y Fernández de Lara, presidente y director de Grupo Médicor, los productos homeopáticos se traían del extranjero.

La empresa Médicor trabaja desde los inicios de la práctica de la homeopatía en el país. Fue creada por Ignacio Fernández, quien formó parte del grupo de galenos que atendían a Porfirio Díaz y fue abuelo del actual presidente de la empresa.

Al principio, Médicor se dedicaba a comprar al exterior. Empezó a fabricar a partir de la política federal de sustitución de importaciones durante el gobierno de Luis Echeverría.

En la actualidad hay alrededor de 12 laboratorios nacionales y tres trasnacionales que abastecen el mercado mexicano, pero somos muy pequeños. Hasta hace poco el valor de los productos homeopáticos representaba apenas 0.01 por ciento del sector farmacéutico, indicó el empresario.

Un aspecto que distingue a estos productos es que sólo los denominados de especialidad farmacéutica requieren un registro sanitario, y de acuerdo con información de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), a la fecha sólo 142 poseen autorización para comercializarse.

Se elaboran de manera similar a los medicamentos alopáticos, es decir, en pastillas, tabletas o jarabes. Son productos de libre venta, pero cumplen con requisitos como buenas prácticas de manufactura y controles de calidad, seguridad y eficacia.

La diferencia está en que debido a que la concentración de la sustancia activa es mínima no es posible que pasen pruebas para determinar su presencia en el organismo (niveles y tiempos de concentración en sangre).

La garantía de calidad está en el origen de la planta o mineral y la forma en que se obtiene la materia prima, explicó en entrevista, Fernández y Fernández de Lara.

Aparte, señaló, están los medicamentos oficinales, que los médicos tienen en sus consultorios o están en las farmacias, líquidos que contienen las sustancias activas que se trasvasan o impregnan en glóbulos, de acuerdo con la receta del especialista.

No requieren registro sanitario porque no son medicamentos como la ley concibe, aunque también cumplen con una regulación sanitaria en cuanto a que el frasco contiene el nombre del responsable médico, domicilio del fabricante o proveedor. También se garantiza el origen de la sustancia, y el nombre de la preparación debe estar anotado en el frasco.

El empresario comentó que el entendimiento de los fabricantes con la autoridad sanitaria se ha llevado mucho tiempo porque si bien la regulación es necesaria para prevenir daños a la salud de la población, también existe el riesgo de sobrerregulación por exigencias que simplemente no se pueden cumplir.

Ahora, por ejemplo, con base en las normas oficiales vigentes, los médicos ya no deberían tener en sus consultorios botiquines para mezclar las sustancias y darlas a sus pacientes, sino deberían limitarse a prescribirlas y dejar la otra tarea a las farmacias.

México está en un proceso de transición en esta área, de la misma manera que para la introducción de la clínica y farmacia homeopática a los servicios de salud del país, con lo que el catálogo tendría sentido, ya que las instituciones no pueden adquirir medicinas que estén fuera del cuadro y catálogo oficial. Ya están. Ahora a ver quién los compra, apuntó.