17 de diciembre de 2016     Número 111

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

Economía campesina y agroecología:
los retos para México*

Hugo M. Ramírez Tobías Profesor-investigador de la Facultad de Agronomía y Veterinaria, Universidad Autónoma de San Luis Potosí  [email protected]


ILUSTRACIÓN: Rumbo a la Sierra Madre Oriental AC

México tiene una elevada riqueza natural, que puede ser reconocida desde el punto de vista biológico, ecológico y cultural, como bien lo describen diversos autores en El capital natural de México, obra apoyada por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), y la cual es fuente bibliográfica de los datos que presento a continuación.

El país es reconocido como uno de los llamados “megadiversos”, está entre los cinco que albergan entre 60 y 70 por ciento de la diversidad biológica conocida del planeta. Esto significa que aquí conviven 12 de cada cien especies conocidas en el mundo. Muestra de su riqueza biológica podemos apreciarla en su cantidad de reptiles (804), por lo que ocupa el segundo lugar a escala global, 76 menos que Australia (primer lugar, con un territorio varias veces mayor). Otro ejemplo: México está entre los primeros nueve países del orbe con mayor cantidad de insectos; se han documentado entre 300 mil y 450 mil. Después de Brasil, Colombia, China e Indonesia, México ocupa el quinto lugar en número de especies de plantas vasculares conocidas; no obstante, si se considera a las plantas vasculares endémicas, el lugar que ocupa es el tercero.

¿Y qué decir de la riqueza ecológica que se puede encontrar aquí? Los cinco países con mayor variedad de ecosistemas son China, India, Perú, Colombia y México. Prácticamente todos los tipos de vegetación terrestre conocidos se encuentran representados en nuestro territorio. Menuda tarea la de preservar o aprovechar de manera sostenible estos espacios, pues son los reservorios “vivos” o funcionales de la riqueza biológica.


FOTO: Rumbo a la Sierra Madre Oriental AC

A la riqueza biológica y ecológica existente en México se añade una alta riqueza cultural. Ésta, representada por la cantidad de lenguas habladas. Nuestra diversidad lingüística es la más alta en América y la quinta en el mundo; las lenguas habladas actualmente representan 28.9 y 4.2 por ciento del total continental y mundial, en ese orden. La diversificación lingüística se correlaciona con la domesticación de plantas, un invento humano “bastante útil” para las sociedades actuales. Al menos 118 especies de plantas económicamente importantes fueron total o parcialmente domesticadas por los agricultores prehispánicos mexicanos. Ejemplos de plantas con origen o domesticadas en territorio mexicano son: el aguacate, el cacao, las calabazas, el jitomate, algunos nopales, el algodón, el chicozapote y el cempasúchil, entre otras. Esto sin duda es un gran legado de nuestros ancestros.

Si bien México es reconocido ampliamente como un territorio de admirable riqueza, como se describe líneas arriba, también es bien sabido que destaca en indicadores como la obesidad, enfermedad derivada en gran parte de una alimentación poco saludable.

Se tiene evidencia científica de que una dieta altamente diversificada promueve la buena salud. Un artículo publicado en 2003 por el profesor Mark Wahlqvist, coeditor de Asia Pacific Journal of Clinical Nutrition, indica que una variedad alta en el consumo alimentario se asocia con gestación exitosa; menores tasas de mortalidad, y baja incidencia de cáncer, enfermedad cardiovascular, diabetes, enfermedad ósea, hipertensión arterial y obesidad.

CHERÁN K’ERI, CONOCIENDO Y RECONOCIENDO NUESTRO TERRITORIO

Libro realizado por el Colectivo Angatapu a partir de los cuentos, poesías y fotografías hechos por los niños en el taller que se llevó a cabo en la comunidad de Cherán K’eri en agosto de 2012. La primera edición salió de imprenta en 2013 y lleva dos reimpresiones, la más reciente en octubre de 2016. De forma paralela, fue reelaborado, traducido y publicado en 2016 en idioma p’urhépecha como cuaderno de trabajo, para que las niñas y niños de la región donde se habla esta lengua lo lean y se interesen en conocer y reconocer su territorio.

También se conocen resultados de investigación científica que indican los efectos en la salud y mortalidad humana debidos al consumo de alimentos considerados saludables y no saludables. Estos resultados, publicados por Michel y Wolks en el International Journal of Epidemiology en 2002, muestran que el tener una dieta variada se asoció con baja mortalidad, y que adicionar un alimento saludable a la dieta disminuye el riesgo de muerte en cinco por ciento. El estudio también asocia una baja mortalidad por enfermedad cardiovascular cuando se consumen alimentos saludables en un alta variedad. De manera adicional, se señala que la probabilidad de muerte por cáncer aumenta entre quienes consumen alimentos poco saludables.

Los elementos descritos anteriormente nos plantean diversos hechos que refieren retos actuales. ¿Cómo aprovechar este patrimonio biocultural con el que cuenta nuestro país y a la vez usarlo para mitigar problemas históricos como el acceso a los alimentos y a la buena alimentación? ¿Cómo preservar los recursos y aprovecharlos sin degradarlos? Podría hacerse la pregunta también de ¿cómo es posible que se tenga un problema grande de obesidad, debida en parte seguramente a una alimentación poco adecuada y de poca diversidad de ingredientes, siendo un país que ha regalado al mundo un gran caudal, representado por innumerables plantas domesticadas y, además, de elevada riqueza culinaria?

Debemos voltear “hacia adentro” y revalorar y aprovechar el patrimonio que poseemos. Estas son algunas propuestas de la agroecología y son parte de los retos que enfrentan los profesionales de la misma. Así, esta reflexión resulta trascendente al cumplirse 25 años de formación de profesionales de la agroecología en México.

*Este escrito deriva de una conferencia que presentó el autor en el Segundo Encuentro Internacional Economía Campesina y Agroecología en América: Soberanía Alimentaria, cambio climático y tecnologías agroecológicas, realizado del 11 al 13 de agosto de 2016 en la Universidad Autónoma Chapingo.

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