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De nuestras Jornadas

La UV como factor de cambio

N

unca en la historia del estado la Universidad Veracruzana (UV) había desempeñado un papel tan relevante en cuestiones políticas como ahora, y no sólo como laboratorio de ideas en la elaboración del Plan Estatal de Desarrollo. En medio de un proceso atropellado que llevó a la alternancia electoral, la opinión y movilización de los universitarios precipitó, en muchos sentidos, el punto de quiebre de una de las últimas hegemonías partidistas del país.

La institución asumió una gran responsabilidad social y autoridad moral luego de encabezar la lucha por la entrega transparente de aportaciones gubernamentales para educación superior, y de paso se convirtió en referente de la denuncia del saqueo y la corrupción gubernamental.

Es posible que la comunidad universitaria no buscara esto, pero al adoptar un papel activo en los asuntos públicos se convirtió en contrapeso real del poder y ahora la UV tendrá un papel central como observador, sancionador y garante de que, ahora sí, el ejercicio del gobierno y la aplicación de recursos estén al servicio de la gente y no de grupos o camarillas, tarea que de facto le ha sido asignada por una sociedad agraviada y resentida con la autoridad.

Agobiada económicamente y hostilizada por el Ejecutivo, a Sara Ladrón de Guevara le tocó ser la primera rectora verdaderamente independiente de la influencia del gobernador.

La funcionaria vive una coyuntura histórica en todos los sentidos. Primero, porque en medio de la crisis consiguió que la Federación entregara directamente a la UV sus aportaciones, y luego, la crisis la llevó a la confrontación directa con el entonces gobernador Javier Duarte, quedando en medio de la sucia guerra electoral que culminó con la caída del gobierno priísta.

Ladrón de Guevara se transformó –sin proponérselo, pues ha dicho que nunca tuvo motivos político-electorales, sino la defensa de los derechos de los universitarios– en uno de los ejes que junto con los movimientos magisterial, de jubilados, el soterrado de los burócratas y algunas agrupaciones campesinas, facilitaron las condiciones para la alternancia.