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La apertura dio certeza a las empresas extranjeras, no a las mexicanas: The Economist

Migración, drogas y comercio, cartas para negociar con EU

No todo va mal en el país, pero muchas cosas sí lo están, dice la revista británica

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Personas hablan con sus familiares a través de las rejas en la frontera entre Tijuana y San DiegoFoto Afp
 
Periódico La Jornada
Domingo 4 de diciembre de 2016, p. 20

México tiene una fuerte palanca para una eventual renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), una de las ideas impulsadas por el presidente electo de Estados Unidos Donald Trump: la falta de cooperación mexicana en materia de comercio, combate al tráfico de drogas y flujos de migración puede ser dañina para los intereses de Estados Unidos, consideró la revista británica The Economist.

Donald Trump, crítico del TLCAN –que desde 1994 integran México, Estados Unidos y Canadá–, ha amenazado con sacar a la mayor economía mundial del tratado.

Puede resultar sencillo decir que (el ex presidente Carlos) Salinas hizo la apuesta equivocada, como muchos de sus críticos sostuvieron, cuando decidió incorporar a México al bloque comercial de América del Norte, expuso. No fue así, apuntó. Para México, geografía es destino. Con mil 400 millones de dólares diarios de intercambio comercial en la frontera común, la economía mexicana está ahora inevitablemente ligada a la de Estados Unidos. ¿Qué debe hacer México? Ahora, el presidente Enrique Peña Nieto, quien fue criticado cuando invitó al entonces candidato Trump (a Los Pinos), cree que puede interesar al presidente Trump una modernización del TLCAN. Peña tiene una palanca para hacerlo: la no cooperación mexicana en comercio, drogas o migración puede ser dañina para Estados Unidos, planteó la revista.

El acuerdo respaldó la modernización de parte de la economía mexicana. Así que la inminente llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, crítico del TLC que amenaza con construir un muro de bloqueo de inmigrantes entre los dos países, parece un desastre para México.

Peña Nieto tiene razón cuando insiste en que no todo va mal en el país. Pero muchas cosas sí están mal, señala The Economist. Apunta que el TLCAN ha funcionado como un exoesqueleto legal, ofreciendo certeza a los inversionistas extranjeros. En cambio, los inversionistas nacionales no tienen la misma suerte y esta es una de las razones por las que el crecimiento económico ha promediado menos de 3 por ciento desde 1990, señala.

Ningún aliado democrático merece los insultos que el señor Trump dirigió contra México, dijo la publicación. Pero han provocado la introspección.

El texto señala factores como la delincuencia, la corrupción y la falta de gobernabilidad, entre los aspectos que aquejan al país. Cita, por ejemplo, los casos de corrupción en los que se han visto envueltos ocho de los recientes ex gobernadores. Todos menos uno del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que pertenece Peña, enfrentan cargos de corrupción, habiendo dejado a sus estados con deudas por un total de 9 mil millones de dólares. Sólo uno está en la cárcel, apunta y agrega: el problema central que México ha evadido es el de gobernabilidad.

El gobierno es ineficaz: Peña ha sido incapaz de aplicar plenamente algunas de las reformas que promulgó al comienzo de su mandato. Agrega que el mandatario mexicano está ampliamente denostado: su aprobación en encuestas es sólo de 25 por ciento.

Rescatar reputación con un fiscal genuinamente independiente

Si quiere rescatar su reputación debe usar los dos años restantes de su mandato para tratar el problema de la gobernabilidad, de dos maneras, indica. En primer lugar, podría nombrar como fiscal general de la Nación –cargo que se creará por primera vez– a un abogado genuinamente independiente, un primer paso esencial para establecer el estado de derecho.

El temor de sus críticos de que el cambio en la procuración de justicia sea meramente cosmético se planteó el mes pasado, cuando Peña nombró a Raúl Cervantes, senador del PRI y ex abogado del partido, al frente de la Procuraduría General de la República. Eso no es suficientemente bueno, señala el diario. (La semana que concluye, Peña propuso una enmienda legal al Senado para que el actual procurador general no se convierta en automático en el nuevo fiscal general).

En segundo lugar, necesita abordar la declinante legitimidad de la política y la Presidencia. Peña fue elegido con sólo 38 por ciento de los votos. Debido a la creciente fragmentación política, su sucesor puede necesitar sólo 25 por ciento o menos. Quienquiera que sea el ganador, encontrará problemas para gobernar, a menos que México introduzca un voto de segunda vuelta entre los dos primeros candidatos en las elecciones presidenciales, como lo hacen la mayoría de los países latinoamericanos, planteó.

“Peña tiene las habilidades de negociación para lograr estas reformas. ¿Pero tiene la voluntad? A Porfirio Díaz (quien gobernó por tres décadas hasta el inicio de la Revolución de 1910) se le atribuye la frase: ‘Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos’. Hoy, la desgracia del país es que está tan cerca de Trump y tan lejos de la buena gobernanza”.