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Vía Twitter, Trump propone un año de prisión a quien queme banderas estadunidenses

Feroz enemigo de la salud pública en EU, nominado a dirigir el sector

El presidente electo no abona a la confianza electoral al hablar de millones de votos ilegales

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Eli Miller, director de operaciones de la campaña de Donald Trump, y Steve Mnuchin, quien fue el presidente de finanzas, llegan a la Torre Trump en la Quinta Avenida de Nueva York. El presidente electo y su equipo conforman el gabinete para la nueva administración. Mnuchin (a la derecha), financiero de Wall Street, habría sido nominado para secretario del Tesoro. Este poderoso puesto es clave en la formulación de políticas económicas, pero también incide en los tratados de libre comercio internacionalesFoto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 30 de noviembre de 2016, p. 38

Nueva York.

El aparentemente presidente electo Donald Trump continuó hoy la conformación de su gabinete y filtró tres nominaciones que incluyen a uno de los enemigos más feroces de la reforma de salud de Barack Obama, y a un integrante de la realeza de Wall Street, mientras lanzó –a través de Twitter, su arma masiva favorita– un ataque frontal contra la supuestamente sagrada libertad de expresión, al tiempo que alimentó aún más las dudas sobre la integridad del proceso electoral que lo llevó al triunfo.

Entre los integrantes del gabinete en formación seleccionados (aunque ninguno ha sido nominado formalmente por Trump) filtrados ayer a los medios por el equipo de transición está el representante federal Tom Price, de Georgia, como secretario de Salud y Servicios Humanos. Su nombramiento causó escalofrío a sectores que defienden la salud pública, no sólo porque ha sido uno de los principales opositores a la reforma de salud de Obama, sino porque también ha encabezado esfuerzos por privatizar programas de bienestar social como Medicare, y ha buscado suspender fondos a servicios de salud otorgados por Planned Parenthood para mujeres pobres (porque incluyen servicios de aborto y educación sexual).

Steven Mnuchin, financiero en Wall Street y Los Ángeles, será el seleccionado como secretario del Tesoro, según versiones del equipo de transición de Trump. Inició su carrera en Goldman Sachs, donde estuvo 17 años y llegó a ser socio (donde también lo fue su padre), antes de establecer su propio fondo de inversión especulativo (hedge fund), Dune Capital Management, y también se dedicó a financiar producciones de Hollywood como la serie X-Men y Avatar. Mnuchin presidió las finanzas de la campaña electoral de Trump. Tiene nula experiencia en el gobierno y si es confirmado será el tercer alto ejecutivo de Goldman Sachs en ocupar el puesto (después de Robert Rubin en el gobierno de Bill Clinton y Henry Paulson con George W. Bush).

El nombramiento de Mnuchin ofrece, por un lado, un mensaje a Wall Street de que uno de los suyos estará a cargo del Tesoro, pero es contrario al mensaje de campaña de Trump, quien acusaba a Wall Street, y por nombre al propio jefe de Goldman Sachs, de ser parte de la cúpula del país que había dañado a los trabajadores. El poderoso puesto es clave en la formulación de políticas económicas, pero también incide en el ámbito internacional en torno a los tratados de libre comercio y el manejo de la relación económica y comercial con Cuba, entre otras cosas.

A la vez, Trump ha seleccionado a Elaine Chao como titular de Transporte. Ella fue secretaria de Trabajo durante la presidencia de George W. Bush, pero su integración al gabinete seguramente no es sólo por su experiencia, sino también porque es la esposa nada menos que del líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, algo que seguramente será útil al manejar el asunto del masivo programa de infraestructura que prometió Trump.

Fue un día muy activo en la Torre Trump en esta ciudad, con ex vicepresidentes (Dan Quayle), ex candidatos presidenciales (Mitt Romney), algunas figuras de medios y más, entrando y saliendo de esa jaula de oro ubicada en la Quinta Avenida. Aún parece no haber decisión sobre uno de los nombramientos más esperados: secretario de Estado. De eso se trata, se supone, la cena ahí con Romney (la segunda entrevista) esta noche, y más temprano con el presidente del Comité de Relaciones Exteriores, el senador Bob Corker. El lunes, Trump se reunió con el general retirado David Petraeus (aparentemente no muy apenado después de que tuvo que renunciar a su puesto como jefe de la CIA en 2012 al compartir información clasificada con su biógrafa y amante). Rudolph Giuliani, el ex alcalde de Nueva York y prestador de asesoría muy cara sobre seguridad alrededor del mundo, sigue en la competencia, según fuentes citadas por los medios aquí.

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Tom Price, enemigo de la reforma de salud de Barack Obama, posible titular de Salud y Servicios Humanos en el gobierno de TrumpFoto Ap
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En imagen de hace unos días, Elaine Chao, nominada para secretaria de TransporteFoto Ap

Ayer por la mañana (a las 6:55) Trump, después de un incidente en una universidad, decidió declarar por tuit que a nadie se le debería permitir quemar una bandera estadunidense; si lo hacen, debería haber consecuencias; tal vez la anulación de ciudadanía y ¡un año de prisión! El problema es que la Suprema Corte falló en 1989, y de hecho muchos conservadores de su partido están de acuerdo, que la quema de banderas es un acto de expresión política protegido por la primera enmienda de la Constitución.

A la vez, parece que nadie puede comprobar todavía quién ganó la elección. Trump no ayudó a restablecer confianza en el sistema electoral al condenar esfuerzos por lograr un recuento del voto presidencial en tres estados, afirmando –sin ninguna evidencia– que no sólo ganó el Colegio Electoral, sino que hubiera ganado el voto popular si no fuera por millones de votos ilegales en otros estados, como California. No es el mejor argumento para declarar que la elección fue legítima.

Hoy, la ventaja de Hillary Clinton sobre Trump en el voto popular llegó a más de 2.3 millones, esto es, un margen de 1.8 por ciento –el mayor en más de un siglo– y siguen contando (según calcula el New York Times, 54 por ciento de los que ejercieron el voto rechazaron a Trump).

Finalmente, un sondeo entre 10 mil maestros y administradores de escuelas realizado por el Southern Poverty Law Center, organización dedicada a vigilar crímenes de odio racial y la derecha extrema, registró que 90 por ciento de ellos habían visto un impacto negativo después de esta elección en el comportamiento de los estudiantes, y ocho de cada 10 reportaron mayor ansiedad entre alumnos inmigrantes, musulmanes, afroestadunidenses y gays. Por otro lado, en los primeros 10 días poselectorales, el centro registró 867 incidentes de hostigamiento por odio racial.

Mientras tanto, con sólo tuits como guía, las interrogantes sobre cuáles serán las políticas de Trump sobre una amplia gama de asuntos –Cuba, la migración, los tratados de libre comercio, las libertades de expresión y de prensa, entre otros– sólo alimentan la especulación, pero se quedan sin respuestas. Todos esperan el próximo tuit.