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Penultimátum

Marruecos: doble rasero

E

s el cantante más querido de Marruecos y el más conocido en el mundo árabe. Debe su enorme popularidad a interpretar un pop de corte moderno con éxitos como Eres el jefe, visto en YouTube millones de veces. También por su participación en series de televisión y películas.

Pero Saad Lamjarred, de 31 años, está en problemas con la justicia francesa y ha desatado un enorme escándalo en Marruecos. Tres días antes de su actuación en un gran concierto en el famoso Palacio de Congresos de París, lo detuvo la policía acusado de agredir sexualmente y con violencia a una joven de 20 años. Estaba ebrio y drogado. De comprobarse su delito puede ser condenado a 10 años de prisión.

No es la primera vez que está ante un juez: en 2010 fue acusado en Nueva York por otra joven de haber intentado violarla. Inculpado por ese delito, salió de prisión con fianza y abandonó Estados Unidos, cuyo gobierno lo reclama para que responda a esa acusación. Saad asegura que la causa de todo esto no es otra que mi éxito, que a Dios doy gracias.

Al escándalo reciente se suma otro que ha despertado indignación: el rey de Marruecos, Mohamed VI, pagará la defensa del cantante. Está a cargo de Eric Dupond, uno de los penalistas más famosos de Francia y de los que más cobran por sus servicios. Las redes sociales y tibiamente algunos medios han expresado el malestar de los marroquíes que acusan al rey de pagar la defensa de un violador, pero no de investigar la muerte de un vendedor de pescado: Mohcine Fikri, triturado por un camión de basura al intentar rescatar la mercancía que llevaba: varias toneladas de pez espada, en veda en esta época.

Los servicios de seguridad y portuarios se las confiscaron y las tiraron al camión de la basura. Fikri y cuatro personas que estaban con él se lanzaron a su interior para intentar recuperarlas. Alguien puso en marcha el mecanismo del camión que tritura los desperdicios. A Fikri no le dio tiempo de salir.

Miles de manifestantes desfilaron en las principales ciudades de Marruecos exigiendo justicia y castigo a los responsables de la muerte de Fikri. Inicialmente las autoridades la presentaron como un accidente, pero pronto se supo que el vendedor de pescado no tuvo el dinero suficiente para pagar el soborno exigido por quienes lo detuvieron. Y que un policía ordenó poner en marcha el sistema de trituración del camión para obligarlo a salir.

Ante las multitudinarias protestas, el gobierno ordenó la detención de 11 personas acusadas de homicidio involuntario y falsificación de documento público, pues mintieron al reportar la causa de la muerte de Friki. Y de paso, calificó la acusación contra el cantante de campaña de desprestigio contra Marruecos y el cantante, el mayor símbolo de su cultura. ¿Acaso la cultura de la violación?