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Economía Moral

Agnes Heller y las teorías de las necesidades humanas/ IX

La autora analiza la alienación de las necesidades desde cuatro perspectivas

R

etomo la discusión de AH sobre las necesidades (N) alienadas que la autora divide en 4 aspectos. Cubrí, en la entrega anterior, el aspecto de relación entre medios y fines e inicié el de cualidad y cantidad, que ahora retomo. El dinero o la relación monetaria, dice AH citando los Manuscritos de 1844, determina la “inversión de la relación ‘normal’ cualidad-cantidad; el dinero constituye la encarnación de la cuantificación de las N, es el representante puramente cuantitativo de la riqueza social: “Así como el dinero reduce todo ser a su abstracción, así se reduce él mismo en su propio movimiento a ser ‘cuantitativo’. La desmesura y el exceso son su verdadera medida” (Marx, Manuscritos, p.157). La autora judío-húngara ve aquí un acento de valor negativo y añade que la actitud de Marx hacia el capitalismo cambió entre los Manuscritos y los Grundrisse, pues en éstos “pasa a primer plano el “descubrimiento del carácter antinómico del capitalismo” y la cuantificación de las N se analiza con diferentes acentos de valor conforme a los momentos opuestos constitutivos de la antinomia (p.59). Más adelante AH señala que en los Grundrisse “La cuantificación de la cualidad constituye una forma de alienación que… prepara las condiciones para la creación de la riqueza general, pero que por otra parte no está en condiciones de superar ese estadio”. Y cita dicha obra de Marx:

“Porque al ser finalidad del trabajo no un producto particular que está en una relación particular con las N particulares del individuo, sino el dinero, o sea la riqueza en su forma universal, la laboriosidad del individuo pasa a no tener ningún límite; … Una industriosidad universal es posible solamente allí donde cada trabajo produce la riqueza universal, no una forma determinada de ella…” (Grundrisse, vol. I, p.159; citado por Heller, TNM, p. 61).

Pero el capitalismo, continúa explicando AH el pensamiento de Marx, pone límites cuantitativos a la cualidad, ya que la producción de valores de uso queda limitada por el valor de cambio y porque la riqueza real (valores de uso) tiene que asumir una forma determinada (la de valor), diferente de sí misma (p.61). El segundo aspecto lo explica AH señalando que

“los valores de uso que no representan valor de cambio dejan de ser objeto de producción… En tal sentido Marx habla…que el capitalismo es hostil al arte y añade que, de igual manera, el capitalismo “cuantifica el mundo, cualitativo en su conjunto, de las necesidades humanas; hace de él un pseudovalor [cuasi-valor] de cambio y lo hace adquirible [comprable]; se inhiben viejas [todas las] N cualitativas, que no pueden en ningún modo ser cuantificadas ni adquiridas [compradas],”.(p.62) (Entre corchetes añadí las traducciones al inglés de TNM que me parecen más claras)

AH añade que “el dinero… puede incluso cuantificar lo no cuantificable y transformar las N cualitativas en su contrario” (p.63):

“Lo que mediante el dinero es para mí, lo que puedo pagar, es decir, lo que el dinero puede comprar, eso ‘soy yo’, el poseedor del dinero mismo. Mi fuerza es tan grande como lo sea la fuerza del dinero. Las cualidades del dinero son mis —de su poseedor—cualidades y fuerzas esenciales. Lo que soy y lo que puedo no están determinados en modo alguno por mi individualidad (…) (Marx, Manuscritos, pp.175-176, citado en TNM, p.63)

AH termina este apartado señalando acertadamente que, en la visión marxiana de los Grundrisse, “la alienación de la esencia del género [de la especie] y la cuantificación de todas las cualidades eran necesarias para que se realizase, al menos como posibilidad, la ‘pura’ necesidad cualitativa —es decir, no la N ‘asignada por la división natural del trabajo’, sino la N realmente individual”.

Foto
Portada del libro de AH que recolecta textos sobre la vida cotidiana

Respecto del empobrecimiento de las N y las capacidades(C), el tercer aspecto de la alienación de las N que analiza AH, señala que la forma de expresión más significativa del mismo “es su reducción y homogeneización, que caracterizan tanto a las clases dominantes como a la clase obrera” (pp.64-65). Todas las N se reducen a la N de tener y ello las homogeniza. Pero mientras el tener significa para las clases dominantes la posesión efectiva de propiedad privada y dinero en medida cada vez mayor, la N de tener del trabajador se relaciona sólo con su mera supervivencia. Cita a Marx : “En el lugar de todos los sentidos físicos y espirituales ha aparecido así la simple enajenación de todos estos sentidos, el sentido del tener” (p. 145, citado en TNM, p. 65)). “Cuanto menos eres (…) tanto más tienes”, sintetiza Marx, citado por AH (Manuscritos, p. 131). La reducción de N del trabajador lo lleva a observar que el trabajador es un ser sin N; el trabajador, añade AH, debe privarse de toda N para poder satisfacer una sola, mantenerse vivo. Concluye al referirse a las N radicales como la paradoja de una sociedad que reduce a ‘tener’ y hace homogéneo en la ‘avidez de dinero’ el sistema de necesidades tanto de la clase dominante como de la obrera, y genera N radicales que, contraponiéndose alas preexistentes, la trascienden. (p.66).

Al abordar el 4° y último aspecto de la alienación de N, el interés como motivo de la acción individual, dice AH que éste no es más que expresión de la reducción de las N a codicia: en la generalización filosófica del concepto de interés se refleja “el punto de vista de la sociedad burguesa. Momento orgánico y rasgo esencial de la superación de la alienación es… la desaparición del ‘interés’ como motivo” (p.66). El Marx de la madurez distingue rigurosamente entre interés y utilidad. Ésta aparece con un acento positivo: con ella explica el concepto de valor de uso, señala AH. Para AH interés es un concepto burgués y la teoría de la utilidad constituye en realidad una teoría del interés, convirtiendo utilidad e interés en sinónimos. (p.67). Marx habría refutado no sólo el uso ontológico-general de interés, sino también el de interés individual, interés general o social. Incluso utilizaría muy poco, a diferencia de Engels, el de interés de clase. Ello se debería, según nuestra autora, a que para Marx el concepto mismo tiene un carácter fetichista. Por ello el interés de clase, continúa, no puede constituir el motivo de la lucha de clases. El verdadero motivo no fetichizado está representado por las N radicales de la clase obrera. (p.68). En Marx, la dualidad entre interés individual y ‘general’, o también de clase, no es más que la expresión de que el hombre de la sociedad burguesa está escindido entre el bourgeois y el citoyen. El interés individual constituye la motivación… del bourgeois, mientras que el interés general motiva al citoyen (p.69). El capítulo termina con comentarios de AH a citas de Trabajo asalariado y capital y de Salario, precio y ganancia,de Marx:

“… en el centro del análisis marxiano se sitúa la crítica de la ‘reducción’ de la lucha sindical a la lucha por el salario. La diferencia no es de naturaleza cuantitativa sino cualitativa. La lucha salarial… que permanece en el ámbito del capitalismo, del ‘sistema de intereses’, es cualitativamente distinta de la lucha por la superación del sistema salarial… misión histórica de la clase obrera motivada…por las necesidades radicales” (TNM, pp.75-76).