Opinión
Ver día anteriorLunes 7 de noviembre de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Desde el Otro Lado

Latinos por Clinton

D

espués de una de las campañas más largas, costosas y abruptas de las que se tenga memoria en Estados Unidos, mañana se decidirá quién llegará a la presidencia del país más poderoso del orbe. Todo indica que será Hillary Clinton, aunque algunas encuestas consideran que lo aventaja por tres y otras por cinco puntos porcentuales. La diferencia es considerable, tomando en consideración que cada punto representa millones de electores. En lo que parece no haber duda es que, independientemente de la diferencia en el voto popular, Clinton ganará el colegio electoral y, en consecuencia, la presidencia.

Lo que está por verse es cuál partido tendrá la mayoría en el Congreso. En la Cámara de Representantes será difícil que los republicanos la pierdan, debido a las 60 curules que los separan de los demócratas. En el Senado los demócratas tienen una ligera posibilidad de que sus candidatos arrebaten la escasa mayoría que detentan los republicanos. De ser así, Clinton tendría un margen más amplio de maniobra para gobernar un país cuya sociedad está profundamente dividida, no por ella ni sus aspiraciones presidenciales, sino por la intransigencia de un sector del Partido Republicano urdida desde el momento en que Obama llegó a la presidencia.

Lo que sorprende es la insistencia en atribuir a Clinton la misma capacidad de perversidad e ignorancia de Donald Trump. Situarlos en el mismo plano ético y moral es lamentable, si se atienden y entienden sus respectivas biografías. La comparación que de ellos hacen algunos comentaristas es desproporcionada y desafortunadamente se podría traducir en la abstención de miles de nuevos votantes, lo que sería muy conveniente a la causa republicana. La secrecía con que opera Clinton, frecuentemente apartada de los reflectores, ha sido motivo de sospecha, aunque no haya constancia de haber sido la causante de un daño irreparable al país. Pero entre eso y el racismo, sexismo e histrionismo grosero de Trump, media un abismo. A pesar de todos sus críticos, Clinton es reconocida por liberales y conservadores por su gran capacidad de trabajo y organización, así como por tejer alianzas que en última instancia pudieran beneficiar a la sociedad en general. Esto lo entienden los millones de latinos que la han colocado por delante en las encuestas y que tienen mucho que perder si es derrotada. La culminación del proceso electoral está a la vista, y como diría un amigo entrañable: poco vivirá quien no vea su desenlace.