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Apoyan UNAM, UAM y Poli nueva política de salario mínimo

En 30 años el poder adquisitivo disminuyó casi 80% en México

La desesperación alimenta la violencia y fractura el tejido social: Graue

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Más de la mitad de los mexicanos no cuenta con ingresos suficientes para cubrir necesidades de alimentación, vivienda, salud, vestido, transporte y educación, señaló el rector de la UNAM, Enrique Graue WiechersFoto Yazmín Ortega Cortés
 
Periódico La Jornada
Viernes 30 de septiembre de 2016, p. 19

Los rectores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, y de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Salvador Vega y León, así como el director general del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Enrique Fernández Fassnacht, respaldaron la iniciativa del Consejo Económico y Social del Gobierno de la Ciudad de México para discutir una nueva política de salario mínimo para el país.

Al inaugurar el curso Salario mínimo: teoría y prácticas modernas, en compañía de Salomón Chertorivski, secretario de Desarrollo Económico de la Ciudad de México, Graue Wiechers explicó que estudios de la Facultad de Economía indican que en las pasadas tres décadas el poder adquisitivo de los mexicanos disminuyó en casi 80 por ciento, mientras el precio de los alimentos aumentó en una proporción de cuatro a uno en relación con el alza de los minisalarios.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Economía y Empleo, realizada por nuestra universidad en 2015, dos de cada 10 mexicanos no pueden adquirir una canasta básica alimentaria y poco más de 50 por ciento no cuenta con ingresos suficientes para cubrir necesidades de alimentación, vivienda, salud, vestido, transporte y educación, aseveró.

En la formalidad laboral, tres cuartas partes de la población ocupada recibe menos de tres salarios mínimos: su ingreso promedio es inferior a 2 mil 400 pesos al mes.

El rector resaltó que México tiene una deuda inaplazable e impostergable: hacer realidad el derecho constitucional de que cada persona tenga un trabajo digno, socialmente útil y por el cual reciba un salario suficiente para satisfacer las necesidades familiares.

Apuntó que cuando los ingresos de una persona no corresponden al valor de su trabajo y son insuficientes para educarse y poder progresar, la esperanza decae y surge la desesperación, que es el alimento de la violencia y fractura el tejido social.

Nuestra mayor aspiración es tener un México que reconozca y valore plenamente las labores de sus habitantes, un país capaz de pagar con la misma moneda a quienes diariamente trabajan por su crecimiento.

Chertorivski aseguró que en el país algunas decisiones económicas, como las relacionadas con el salario, se han tomado con base en dogmas, por lo que es necesario robustecer el debate con análisis de especialistas como Paul J. Wolfson, nominado al Premio Nobel, y quien participó en el curso.

Para dar esa batalla y lograr que se incremente el salario mínimo necesitamos evidencia científica robusta, que los economistas de nuestras grandes casas de estudio del país aporten su inteligencia, apuntó y subrayó que sobre todo se requiere evidencia para que el debate sea serio y en beneficio de la población trabajadora del país.

En México hay quienes sotienen que incrementar el salario mínimo generaría inflación, sin embargo, en la Facultad de Economía, la Secretaría de Desarrollo Económico y el Consejo Económico y Social, ambos de la Ciudad de México, estamos persuadidos de que sí puede incrementarse sin consecuencias adversas, opinó el director de la facultad, Eduardo Vega López.