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No se reabrirán las negociaciones salariales: presidente argentino

Macri niega que haya ola de despidos y asegura que la inflación va a la baja
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 6 de septiembre de 2016, p. 22

Buenos Aires.

El presidente argentino, el derechista Mauricio Macri, negó este lunes la posibilidad de reabrir las discusiones salariales (paritarias) entre trabajadores y gobierno y/o empresas, como exigen la mayoría de los gremios ante la indetenible inflación y los tarifazos, y admitió que desde su llegada al gobierno en diciembre pasado se perdieron entre 70 y cien mil empleos, aunque dijo que era mentira que hubiera un ola de despedidos.

Desde China, adonde asistió a la cumbre del G-20, habló para una cadena de televisión y una radio local, medios a los que declaró que no hay una ola de despidos, que eso era una mentira, y advirtió: ¿cómo se van a abrir las paritarias si ya están negociadas y la inflación va a la baja?

Esto provocó indignación entre la dirigencia sindical de todos los sectores, que ya habían expresado su enojo al conocer que el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, declaró que la inflación va a la baja, cuando el registro real de los últimos días demuestra que los precios suben de manera imparable y que el consumo minorista, que ha decrecido ostensiblemente en estos ocho meses, registra una baja de más de 7 por ciento en el último mes.

Macri se refirió también a la multitudinaria marcha federal del pasado viernes y al paro nacional que reclaman los dirigentes sindicales de las dos Centrales de Trabajadores Argentinos (CTA), convocantes de esta movilización que acompañaron diversos sectores en todo el país. Consideró que esta organización siempre ha tenido una posición extrema, en todos los gobiernos y que confía en el diálogo que mantiene con la Confederación General del Trabajo (CGT), unificada ahora.

En estos momentos el gobierno presiona abiertamente a la Corte Suprema para que rechace los amparos contra el incremento a la tarifa eléctrica que, de mantenerse como la fijó el ministro de Energía, Juan José Aranguren, provocaría un verdadero terremoto. También preocupa aquí que Macri haya asegurado que su administración realizó cambios revolucionarios y que quiere generar confianza; ya hemos empezado por 30 de las 48 reformas recomendadas por el G-20.

Escándalo de la vicepresidenta

No es un paraíso lo que espera a Macri a su regreso. La situación de la vicepresidenta Gabriela Michetti, quien ocultó durante ocho meses el robo en su casa de unos bolsos donde escondía 50 mil dólares y 245 mil pesos argentinos, hecho que sucedió el mismo día en que asumió la presidencia con Macri, es grave.

Admitió que era dinero donado para pagar los salarios de los trabajadores de la Fundación Suma, que preside, sin fines de lucro; se comprobó que ésta no tenía empleados y que faltaban registros sobre su actuación.

Michetti está bajo proceso, pero lo grave es que este hecho llevó hacia una serie de fundaciones, encabezadas por altos funcionarios de Macri; de hecho él mismo integra la Fundación Pensar, ligada con la ultraconservadora Heritage de Estados Unidos.

La última semana la Inspección General de Justicia (IGJ) informó, como parte de las medidas de la investigación sobre el origen del dinero robado a la vicepresidenta, que ni SUMA ni Fundar Justicia y Seguridad, que dirige el secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, ni tampoco Formar, a cargo del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, habían presentado sus balances. También está bajo la lupa Creer y Crecer, fundada por Mauricio Macri en 2001 y que se disolvió el año pasado, cuando la comandaba el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, señala Irina Hauser en Página 12, periódico que reveló recientemente este cuadro de situación que investiga el juzgado de Ariel Lijo como posible modus operandi y que podrían haberse usado para pagar la campaña de Macri.

Los abogados de Michetti renunciaron este lunes a su defensa y tuvo que recurrir de apuro al conocido jurista Ricardo Gil Lavedra, ex ministro de Justicia y ex legislador radical.

El caso alcanza al presidente, ya comprometido en la causa que investiga sus empresas off-shore en Panamá y Bahamas, tema agravado por los negocios de la familia Macri investigados en Brasil.