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El autor publica con Conaculta y Visor Libros un poemario con escritos de 1979 a 2014

Deltoro busca que su obra se oponga a la rapidez de la época, al tiempo consumible
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Quisiera que se leyera más poesía y que se tuviera menos miedo, expresó Antonio DeltoroFoto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Viernes 2 de septiembre de 2016, p. a11

En tres lustros y medio ha cambiado el mundo y, por ende, la poesía de Antonio Deltoro (Ciudad de México, 1947). De eso da cuenta el volumen Antonio Deltoro: poesía reunida (1979-2014), coedición de Conaculta/Visor Libros (2015).

Antes tenía más energía, entonces escribía versos más largos. Desde que comencé a hacer poesía sabía que el tiempo iba a transcurrir, que iba a tener diferentes edades, entonces, un poco confiado, escribía desde la experiencia, primero, de los 20 y 30 y tantos años, ahora, desde la de mi edad actual.

Entrevistado, Deltoro recuerda ser un poeta lento: Para mí la poesía tiene que oponerse a la rapidez de la época, al tiempo banal y consumible. El poeta tiene el deber de enfrentar otro tipo de tiempo. La poesía es de alguna manera una resistencia a este tiempo banal de la época, al éxito, al consumo. El poeta tiene que ser, como decía Antonio Machado, un pescador que pesca peces que seguirán siendo vivos.

Deltoro reconoce que en estos 35 años “mi alrededor también ha cambiado. Vivimos en un mundo más desesperanzado. Antes quizá tenía más esperanzas, sin embargo, soy el mismo: un ser que agradece estar vivo. Es decir, tengo un libro de prosa/ensayo, llamado Favores recibidos (Fondo de Cultura Económica, 2012), que da cuenta de los autores y poemas que me han nutrido.

“No leo a los mismos poetas que en momentos pasados, aunque sí continúan algunos nombres: Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Antonio Machado; sin embargo, hace algunos años descubrí a Eliseo Diego y no lo he dejado de leer, aunque ya no consulto con tanta frecuencia a Jaime Sabines. Lo que antes me gustaba, independientemente de la época, de mi edad, de mis aficiones, o de las modas, me sigue pareciendo valioso.

Ya no oigo tanto rock como antes; ahora escucho más música del siglo XVIII, porque me serena. Antes, quizá, buscaba el movimiento, la exaltación; ahora busco justamente otra cosa, la tranquilidad, un tiempo mayor. Soy partidario de un tiempo más largo.

Agradecido también de haber comido sopa de pasta y chiles en nogada, de haber oído a los Rolling Stones y los Beatles, pero también a Beethoven y Mozart, Deltoro habla del interés de la juventud por la poesía: “Los jóvenes, como en todos los tiempos, leen poesía, pero es una minoría. Me pregunto si no era así en tiempos pasados. Con los jóvenes obviamente hay diferencias entre unos y otros, pero fundamentalmente en este momento hay una tendencia dominante: se hace una poesía contagiada químicamente por el rap, y un poco más narrativa, que da cuenta de que está muy unida, digamos, a la música y el espectáculo.

“A todo joven de pronto le encantaría tener fanáticos y ser roquero, pero también los hay muy serios que practican el soneto, que leen a los clásicos y se vinculan con otros de su edad gracias a las redes sociales. Hay muchos miles de lectores de poesía en México, sin embargo, quisiera que hubiera más, porque el poema puede ser una salvación en muchas cosas.

Para Borges la poesía era una salvación. Quisiera que se leyera más poesía y que se tuviera menos miedo. La poesía no se lee con rapidez y facilidad porque, entre otras cosas, el intérprete somos nosotros. Hay que comenzar y tener un oficio de lector de poesía.

Antonio Deltoro: poesía reunida (1979-2014) fue presentado ayer por Fabio Morábito, Carlos García y el autor en la Casa del Poeta, en la colonia Roma.