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De nuestras Jornadas

Tragedias veracruzanas

E

l sacerdote Alejandro Solalinde lo advirtió al comienzo del gobierno que está por concluir: Veracruz es una gigantesca fosa clandestina en la que no sólo hay cientos o miles de migrantes violentados por la delincuencia organizada, sino que en la desatada vorágine de violencia e impunidad que se estableció como modo de vida a la que es difícil acostumbrarse, ahí también fueron a parar los restos de incontables desaparecidos, la inmensa mayoría jóvenes secuestrados en la brutal y soterrada guerra entre grupos delincuenciales que se libra en el estado.

El esfuerzo de agrupaciones ciudadanas como los colectivos de Familiares de Personas Desaparecidas Córdoba-Orizaba y Solecito de Veracruz –formados por familiares de víctimas de desaparición forzada– ha permitido develar lo que tanto para la Secretaría de Seguridad Pública como para la Fiscalía General del Estado (FGE), pasando por la inoperante Comisión Estatal de los Derechos Humanos, ha pasado inadvertido.

Sólo esta semana en las inmediaciones del puerto de Veracruz se localizaron 10 inhumaciones más que, sumadas a las previamente reportadas, suman 38. Calcula Lucía Díaz Genao, de Solecito, que el número de cuerpos enterrados en la zona podría ascender a 50 y sigue aumentando.

En la zona centro, cerca del polo industrial Orizaba-Ixtaczoquitlán, se ubicaron tres pozos usados como una más de las tantas fosas clandestinas que existen en Veracruz. La Policía Científica confirmó que hay indicios de restos humanos, además de despojos de ropa y calzado. Araceli Salcedo y Ana Lilia Jiménez relataron que dieron con el lugar luego de recibir una llamada anónima y, sin protección policiaca, localizaron el sitio, que ya fue reportado a la FGE.

Otras caras de la tragedia son la pobreza y el desempleo. En la caseta de peaje del puente Coatzacoalcos I, donde obreros desempleados y amas de casa han hecho del boteo el único modo de paliar el hambre, se suscitó un enfrentamiento con saldo de varias mujeres golpeadas, pues cada día crece el número de personas que así buscan obtener dinero para sus familias. De aquella prosperidad de Veracruz no queda nada.