Opinión
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Ruta Sonora

The Strokes

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S

on ya 15 años de vida los que lleva el triunfante combo neoyorquino The Strokes, tras haber simbolizado con su aparición el cambio de estafeta sonora de los dosmiles, en un momento en que la música electrónica se apoderaba de las fiestas y las mentes musicales. Dos guitarras eléctricas, bajo, batería y un carismático cantante recordaron al mundo el encanto que puede tener la simplicidad del rocanrol cuando se posee un espíritu genuino, entre romántico y desesperanzado, sin caer en la melancolía sino en la despreocupación: yo soy así, tómalo o déjalo. Con un estilo único e indeleble, el quinteto avanzó con álbumes que fueron redefiniendo un mismo estilo, sin perder frescura, un tanto como los Ramones: siempre suenan igual, pero nadie suena como ellos.

Sin embargo, aunque el tiempo desgastó un poco su sonido, el pelo se fue cayendo y las tendencias cambiaron, a sus seguidores les sigue emocionando saber si los Strokes van a editar algo nuevo o si volverán a sorprender como hicieron en el imprescindible Is this it (2001), su continuación Room on fire (2003), el correcto First impressions of Earth (2006) e incluso Angles (2011), el más distinto, con toques sintéticos y variaciones melódicas inéditas (emoción que no se dio con Comedown Machine (2013), disco desafortunado). Ante la duda, a inicios de junio, sin previo aviso, editaron el EP Future Present Past, con cuatro canciones que suenan a promesa y tentempié.

Ante el hecho de que su cantante Julian Casablancas ya ha publicado dos álbumes solistas (en 2009 y 2014), y a decir de ocasionales entrevistas, en que sus integrantes lucen desencantados o indecisos respecto del futuro de la banda, es evidente que el peso que se les endilgó como insignia generacional y lo mucho que se espera de ellos, les genera una presión muy alta. Como si nunca hubieran esperado tal cumbre y ahora no supieran cómo responder ante la expectativa. Actúan en festivales de estelares con su viejo repertorio, pero tardaron tres años en editar sólo tres nuevas piezas (el cuarto track es una variación al segundo). Como si la cantera se hubiera agotado o estuvieran editando algo nuevo a la fuerza.

Con todo, la vieja chispa permanece y el título es referente al mensaje que buscan lanzar. Drag Queen suena a un futuro promisorio, lleno de sintetizadores que recuerdan al primer New Order, entre disonancias sombrías varias, que sin embargo sigue escuchándose a ellos, con pizcas del trabajo que hace Casablancas con su banda alterna The Voidz: el track más interesante del EP. Oblivius suena a un presente algo extraño, cuyas guitarras arpegiadoras características (Albert Hammond Jr y Nick Valensi) contrastan al llegar al estribillo, con una melodía vocal irruptora que recuerda un poco a Muse o My Chemical Romance, lo cual hace levantar la ceja… y no para bien; el mismo tema encuentra una réplica electrónica al final del disco, en remezcla del baterista Fabrizio Moretti. Para cerrar, Threat of Joy va al pasado y suena sin rubor a alguno de los temas suavecitos y enamorados de su primer álbum.

Difícil es evaluar el acierto de este trabajo, pues parece sobre todo un entretanto, una probada, aunque el deseo es que emitan un álbum completo que vaya más por la línea de Drag Queen, pues suena más original, sin tener que volver del todo a lo antes hecho. También es preciso preguntar si debieran seguir grabando o si ya agotaron su fórmula y posibilidades, habiendo dejado un legado harto decoroso, antes de seguir forzando una maquinaria que les sigue redituando, pero quizá ya no con la misma inventiva. Lo que es un hecho, es que se les vuelve a escuchar gozosos de hacer música (a diferencia del acartonado Comedown Machine). Sólo queda tener paciencia y saber si este EP es la antesala de un promisorio futuro postrero, o un presente que se apaga lentamente, agobiado bajo el abrumador peso de su exitoso pasado.

TAG: Mark Ronson, Matías Aguayo

El creativo y fresco festival Tag CDMX llega a su tercera edición, los días 29 y 30 de junio: conferencias, talleres, música, en torno al arte actual, la cultura digital y las nuevas tecnologías. La programación 2016 es muy amplia y sus sedes se multiplicaron (detalles, sedes, accesos). En cuanto a música, estas propuestas:

Miércoles 29. Wake Up Tag. Ejercicio, yoga y salud con las especialistas Alexa Gamboa, Leticia Román y Adriana Cabrera. En la música, el Dj y productor chileno-alemán Matías Aguayo. Cárcamo de Dolores, 6 a 10 de la mañana.

Jueves 30. 1. El excitante productor inglés Mark Ronson hablará del trabajo detrás de su multi-premiado disco Uptown Special (2015); teatro Julio Castillo, 16 horas. 2. ¿El álbum ha muerto? Streaming, playlists y música sin fin, conferencia con Alex Otaola, Ejival, Artemio Pedraza, Andrea Gompf y Val Anzaldo. Carpa Ágora, 17 horas. 3. El citado Mark Ronson armará prometedor fiestón de clausura. Lunario, 22 horas (más conciertos).

Twitter: patipenaloza