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Sesión de la Academia Mexicana de la Lengua en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo

Honran a Manuel Orozco y Berra y Francisco del Paso y Troncoso

Su trabajo es determinante en el rescate de la cultura nacional, señalan colegiados de esa institución

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Ascensión Hernández Triviño, Jaime Labastida y Eduardo Matos Moctezuma participaron en el homenaje a Orozco y Berra, en su bicentenario natal, y Del Paso y Troncoso, por su siglo luctuosoFoto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Sábado 11 de junio de 2016, p. 4

El trabajo de Manuel Orozco y Berra (1816-1881) y Francisco de Paula del Paso y Troncoso (1842-1916), determinante en el rescate de la cultura de México mediante disciplinas como la arqueología y la lingüística, fue celebrado el pasado jueves por la Academia Mexicana de la Lengua.

La sesión solemne efectuada en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo, con motivo del bicentenario natal de Orozco y Berra y el centenario luctuoso de Del Paso y Troncoso, fue presidida por los académicos Ascensión Hernández Triviño, Concepción Company Company, Jaime Labastida, Felipe Garrido y Eduardo Matos Moctezuma.

Al comienzo de su intervención, el arqueólogo Matos Moctezuma cedió espacio a Pedro del Paso, quien dijo que Francisco de Paula del Paso y Troncoso fue su tío abuelo, pero que sus nombres reales son Francisco de Borja, lo anterior apoyado en un documento de propiedad de una casa en Veracruz, original de 1870.

Aportes de dos personajes

Matos Moctezuma mencionó que la vida de Del Paso y Troncoso transcurrió entre papeles, bibliotecas y llegó a ser en dos ocasiones director del Museo Nacional de Arqueología, donde llevó a cabo una labor encomiable: arqueólogo, historiador, editor y asiduo lector; desarrolló diversas investigaciones que han proporcionado conocimiento del México antiguo.

Agregó que el sabio tuvo un trabajo destacado de filólogo, lingüista y traductor; y uno de sus aportes de arqueólogo fue la creación de la Comisión Científica de Zempoala, que efectuó trabajos en Veracruz desde 1890.

Del Paso y Troncoso aportó documentos invaluables para el mejor conocimiento de nuestro pasado, dijo Matos Moctezuma.

En su turno, Ascensión Hernández Triviño se refirió a los principales aportes de Orozco y Berra en el ámbito de las lenguas originarias y el impulso que dio al proyecto de nación del México independiente luego de 1821, lejos del pasado colonial. Sus obras Geografía de las lenguas y carta etnográfica de México e Historia antigua y de la Conquista de México son textos muy relevantes para nuestro país, destacó la académica.

Orozco creó una atmósfera de acercamiento y compenetración como correspondía al momento de recuperación del pasado indígena.

En Geografía de las lenguas… una primera parte contiene el ensayo de clasificación de las lenguas de México; una segunda, apuntes sobre las migraciones de las tribus, y una tercera, que es la geografía propiamente dicha, en la cual va a estar dando noticias de pueblos y lenguas, enriquecida con un mapa, el primero que se hacía sobre este tema.

Obra de vanguardia

Ascensión Hernández Triviño manifestó que ese es un tratado muy completo para la época y todavía útil en el presente, pues en él se formuló una clasificación de 11 familias lingüísticas, entre las que están la chichimeca, la mexica-náhuatl, la otomí, la huasteca maya quiché y la zapoteca mixteca. Hizo una tabla de lenguas impresionante, resume.

Hoy recordamos a don Manuel Orozco y Berra como el gran impulsor del renacimiento mexicanista, que supo aprovechar los materiales que tuvo a la mano para hacer una historia que representa a su generación y al pensamiento de su época y también hacer una obra de vanguardia en el mundo de la lingüística. Sus aportaciones abrieron un camino a una nueva disciplina.