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Desea dejar un poco las partituras bufas, sobre todo de Rossini, adelanta a La Jornada

El tenor da vida al protagonista de “la obra cumbre del repertorio belcantista”
 
Periódico La Jornada
Martes 24 de mayo de 2016, p. 5

El aclamado tenor Javier Camarena (Xalapa, 1976), quien participa en la nueva producción de Los puritanos, de Vincenzo Bellini, regresa a la Ópera de Bellas Artes, después de cuatro años.

Interpretar por primera vez el papel de lord Arturo Talbot, que es mucho más lírico, equivale a abrirse paso hacia una nueva gama de posibilidades del bel canto.

En entrevista con La Jornada, el cantante expresa: “He tenido que enfrentar ciertos pasajes en los cuales hay que acostumbrar la voz a esta nueva forma, para mí, de sonar. Entonces, técnicamente ha implicado un reto relevante; además, es uno de los papeles más exigentes del repertorio belcantista, ya que pide potencia vocal, mucho lirismo, con un sonido mucho más carnoso, pero que, además, tenga esta posibilidad de ser solvente en la parte sobreaguda de la voz”.

Aunque Camarena estudia el papel de Arturo desde hace buen rato, reconoce que la práctica es importante. Es como el corredor que enfrenta nuevas pistas; entonces tiene que hacerlo para saber dónde subirle a la velocidad, dónde reservarse, cuándo viene la cuesta arriba, la administración de energía; es algo muy parecido.

También examina la parte teórica, pues “es el análisis de la partitura, las razones del compositor para pedir que uno suba el volumen o lo baje, todo este análisis del personaje, que también considero súper importante y que hace que el bel canto tenga una razón de ser”.

¿Por qué Los puritanos es considerada una ópera complicada? “Para empezar, el libreto puede parecer un poco flaco, tal vez no tan profundo, pero cuando lo analizas en cuanto a la sicología de las personas puede tener muchísimos significados. Y se le considera difícil porque lo es para todos los personajes. No es el tipo de virtuosismo de fuegos artificiales que puede tener una ópera de Rossini; es exigente para todos en cuanto a los agudos, el fraseo, la línea del canto.

“Además, es muy complicado encontrar todas estas voces que sean capaces de enfrentar la partitura; ser solventes en ella y que luzcan. Es la obra cumbre del repertorio belcantista.

Respecto de la transición en su repertorio, Camarena desea “dejar un poco ya las partituras bufas, sobre todo de Rossini, que conforme se ha desarrollado mi voz cada vez empiezan a resultar un poco más difíciles de solventar. Entiéndase con eso La italiana en Argel, uno de los principales papeles que hice al inicio de mi carrera, que canté muchísimo por muchos lados. Llegó a ser una ópera que podía dominar con facilidad, pero cada vez, conforme pasaba el tiempo, empieza a ser un poco más incómodo enfrentarme a esta ligereza, pues mi voz nunca ha sido la más ligera del repertorio rossiniano. Me quedo así con El barbero de Sevilla o La Cenicienta, papeles que me gustan mucho”.

Debut de sopramo como Elvira

La soprano Leticia de Altamirano también debuta como Elvira, papel muy demandante en lo vocal, físico y teatral, porque se trata de una jovencita que enloquece cuando piensa, y todo así lo sugiere, que Arturo la ha abandonado. Durante su preparación de varios meses, De Altamirano también investigó aspectos sobre los diferentes tipos de locuras para comprender al personaje.

Elvira quiere vivir feliz, casarse con quien ama. Ella se opone a que la quieran casar con quien consideran políticamente correcto para que fuera su pareja; entonces, se rebela contra y logra convencer a su padre, con ayuda de su tío. Lucha por lo que quiere. Es una jovencita mimada, con muchos privilegios por su estatus social.