Opinión
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México SA

Economía y signos vitales

EPN, ¿paramédico fallido?

Crece precarización laboral

T

ranquilos, mexicanos ilusos, que ya lo dijo el inquilino de Los Pinos: los signos vitales de la economía dan cuenta del avance nacional (¡Ole!), y muestra fehaciente de que el susodicho dice la verdad son los 63 millones en pobreza patrimonial, los casi 30 millones de connacionales que sobreviven en la informalidad, más de 2 millones de desocupados y 4 millones de subocupados oficialmente reconocidos como tales, la permanente precarización del empleo y los salarios miserables que se pagan en este país, por citar algunos cuantos.

Entonces, si los signos vitales de la economía mexicana pudieran registrarse por medio de un electrocardiograma el médico responsable sólo observaría una línea recta horizontal con mínimas alteraciones que lo llevaría de inmediato a diagnosticar el estado vegetativo del paciente, el cual acumula más de 30 años en tal circunstancia.

Quién sabe en qué planeta vive el triunfalista inquilino de Los Pinos, aunque de entrada sí se puede desechar que ni lejanamente lo hace en el México real. En su valioso discurso del jueves, durante la celebración del Día Internacional de la Enfermería, Peña Nieto se aventó al ruedo: en el caso mexicano, dijo, “los “signos vitales del desempeño de la economía nacional dan cuenta de los avances; hay más empleo y consumo interno, que se ve reflejado en las ventas de los negocios, incluso de automóviles… La economía mexicana está sana y cada vez es más fuerte” (La Jornada, Ángeles Cruz).

El citado orador aseguró que nuestra economía está creciendo, pero olvidó decir que en los pasados 30 años el crecimiento anual promedio a duras penas sobrepasó 2 por ciento, y que en sus primeros tres años en Los Pinos tal promedio fue incluso menor: 1.9 por ciento. Esa es la línea recta horizontal que ha quedado registrada en el electrocardiograma nacional.

Dijo también que hay un mayor dinamismo en el consumo interno, no sólo porque exportemos (¿?), sino porque aquí hoy las familias están consumiendo más, pero resulta que a millones de mexicanos nos les alcanza ni para comer. El registro más reciente del Coneval documenta 28 millones de paisanos en tan precaria situación, sin considerar que muchísimos más apenas ajustan el gasto para medio alimentarse.

Eso sí, prometió podríamos observar consistencia en los dos últimos años (de su estancia en Los Pinos) de un crecimiento mayor a 3 por ciento. El problema aquí es que en campaña se comprometió a lograr un crecimiento de 5 por ciento como promedio anual, y hasta ahora no ha pasado de 1.9 por ciento.

A pesar de ese dato espeluznante, Peña Nieto dijo que no podemos avanzar en otros frentes si no logramos tengamos (sic) una economía estable, que dé piso firme para poder alcanzar otros estadios en diferentes frentes; para avanzar en la educación, para avanzar en el combate a la pobreza, para avanzar en materia de seguridad. Todo esto es posible, siempre y cuando tengamos una economía estable que dé espacios de oportunidad a los mexicanos. ¿Y todo eso lo va a lograr con 1.9 por ciento de crecimiento?

Y sonaron las fanfarrias: está habiendo más empleo. De hecho, estamos alcanzando cifras de empleo que nunca antes se habían tenido en un periodo igual, si así lo midiéramos, de cualquier otra administración. Hoy les puedo compartir los datos que el IMSS dará a conocer; en abril se crearon 82 mil 562 puestos formales de trabajo. Esto significa que el empleo está creciendo a una tasa anual de 3.6 por ciento, incluso, mayor al crecimiento de nuestra economía. Estos son datos que nos acercan ya a casi 2 millones de empleos generados en lo que va de esta administración. Nunca antes se había generado tanto empleo en tres años y medio, como los que se han generado hasta ahora.

Sí, felicidades, pero son casi 2 millones de plazas precarizadas, con salarios miserables y que sólo cubren, en el mejor de los casos, la demanda de los que en el primer trienio peñanietista se incorporaron a la población económicamente activa. El rezago histórico, que es brutal, permanece intocado.

Ayer el Inegi divulgó el resultado de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo correspondiente al primer trimestre de 2016. Si se comparan los resultados con el registro del mismo periodo de 2013, el primero de Peña Nieto en Los Pinos, queda clara la precarización de las plazas generadas, tanto formales como informales, y la reducción del ingreso, mientras la desocupación oficial se redujo ligeramente.

En ese lapso el número de trabajadores con ingresos de hasta un salario mínimo (de cero a 73.04 pesos actuales) se incrementó un millón 640 mil; el de aquellos de entre uno y dos salarios mínimos (73.04 a 146.08 pesos) aumentó un millón 940 mil; entre dos y tres salarios (146.08 a 219.12 pesos) apenas creció 372 mil; el correspondiente a entre tres y cinco salarios mínimos (219.12 a 365.2 pesos) se desplomó un millón 520 mil, y el de cinco o más salarios mínimos se redujo en 651 mil.

Esas son las cifras oficiales, los signos vitales en el sector laboral. Y sí, más empleo, pero nada de qué presumir, pues se trata de plazas crecientemente precarizadas. A la mayoría de quienes lograron obtener una de ellas en el periodo que se cita no le fue precisamente bien, pues su ingreso por día va de cero pesos como mínimo (3 millones 200 mexicanos oficialmente reconocidos como trabajadores no reciben salario) a 146.08 pesos como máximo. Esos son los rangos para más de 25 millones de connacionales. Y 6 millones más (catalogada como población disponible, o ejército de desocupados no reconocido como tal) están en una suerte de lista de espera de una chamba, por precaria que sea. A ese nivel se ha llegado.

Para redondear, en el primer trienio de EPN la población económicamente activa pasó de casi 51 millones a cerca de 53 millones de personas, y 60 por ciento de ella (prácticamente dos de cada tres mexicanos económicamente activos) no tiene acceso a las instituciones de seguridad social.

En fin, he allí los signos vitales de la economía (que, dice Peña Nieto) dan cuenta del avance nacional

Las rebanadas del pastel

Nada tardó en salir a relucir la primera estrellita del golpista nuevo presidente interino de Brasil: “Michel Temer fue informante de inteligencia de Estados Unidos, revela Wikileaks”. La Casa Blanca ya le mandó un costal de croquetas… El dolarito cierra semana en 18.46 bilimbiques y el barril petrolero de exportación en 38.65 dólares.

Twitter: @cafevega