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Rusia advierte que es una amenaza para su seguridad

Antigua base soviética en Rumania, pieza clave del escudo antimisiles de EU
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 13 de mayo de 2016, p. 24

Moscú.

Por ironías del destino, una antigua base militar soviética en Rumania, que ahora forma parte de la infraestructura de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y por su ubicación se volvió componente clave de la segunda fase del escudo antimisiles de Estados Unidos en Europa, se inauguró oficialmente ayer.

En realidad, por cuestiones técnicas, podrá entrar en funcionamiento hasta julio próximo, pero Washington –en el actual contexto de tensión con Moscú– quiso mandar la señal política de que ya está listo el escudo para neutralizar ataques con cohetes balísticos, en principio de largo alcance, pero eventualmente también lanzados desde Rusia.

Aplazada durante años, la activación en la base militar de Deveselu (Rumania) del sistema estadunidense AEGIS de misiles interceptores de cohetes balísticos del tipo SM-3, con un costo de mil millones de dólares –de igual manera que el inicio de la construcción este viernes en Redzikow, Polonia, de un elemento de la tercera fase del escudo que se prevé esté operativo en 2018–, son interpretadas por el Kremlin como una amenaza directa a la seguridad nacional de Rusia.

En opinión de Moscú, con estos pasos Washington viola el Tratado INF (por sus siglas en inglés, Intermediate-Range Nuclear Forces) de eliminación de misiles nucleares de mediano y corto alcance, firmado en 1987 por Rusia y Estados Unidos.

Es una decisión perniciosa y errónea, ya que puede romper el equilibrio estratégico, subrayó Mijail Ulianov, director general sobre No Proliferación y Control de Armamentos de la cancillería rusa, quien recordó que las lanzaderas verticales de misiles Mark-41 ya se utilizaron con misiles de medio alcance desde buques estadunidenses.

Por ello se trata, según Ulianov, de instalaciones capaces de lanzar no sólo proyectiles contra cohetes balísticos, sino también misiles de crucero, lo cual repercute directamente en la seguridad de Rusia.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, mantiene una opinión contraria: Resulta imposible que el escudo derribe misiles balísticos rusos. No veo ningún motivo por el cual se justifiquen las tensiones; las amenazas de Rusia son irresponsables, los rusos saben que no es un sistema dirigidos contra ellos, afirmó.

Al mismo tiempo, además de Rumania y Polonia, otros países de la alianza noratlántica también contribuyen a ampliar las posibilidades de defensa de la OTAN, de acuerdo con Stoltenberg: España proporciona la base de Rota para buques dotados de sistemas AEGIS, Alemania alberga en el aeródromo de Ramstein el centro de operaciones, Turquía instala en su territorio equipos de detección temprana, Dinamarca y Países Bajos colocan en sus embarcaciones militares radares acoplados al escudo estadunidense.

Todo eso, para el almirante Vladimir Komoyedov, ex comandante en jefe de la Flota del Mar Negro y actual presidente del Comité de Defensa de la Duma (cámara baja del Parlamento ruso), confirma que el escudo estadunidense constituye una amenaza para Rusia.

Sin duda, el peligro para nosotros es real. No sólo porque instalan un sistema de radares para detectar ataques, sino lanzaderas verticales contra misiles. Obviamente, lo hacen contra Rusia y su capacidad de contención nuclear, sostiene Komoyedov.