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Se puede acceder a la cláusula democrática, expresa la mandataria brasileña en NY

Pide Rousseff al Mercosur y a la Unasur analizar el golpe en Brasil

El mecanismo prevé sanciones por ruptura o amenaza a la libertad de países miembros

 
Periódico La Jornada
Domingo 24 de abril de 2016, p. 20

Brasilia.

La presidenta Dilma Rousseff denunció que hay en marcha un golpe en Brasil y pidió que el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) miren ese proceso, en el que podría ser destituida de su cargo, informó ayer la televisión local Globonews.

En declaraciones a la prensa desde Nueva York, donde participó en la firma del Acuerdo de París –sobre cambio climático–, en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Rousseff aseguró que podría acceder a la llamada cláusula democrática del Mercosur, la cual fue adoptada contra Paraguay tras la destitución del presidente Fernando Lugo en 2012, a manos del Parlamento.

Alegaré la cláusula inexorablemente (del Mercosur) si hubiera una ruptura de lo que considero un proceso democrático, apuntó la mandataria.

Esa disposición, aprobada en 2011 por los países que forman el Mercosur –Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela–, prevé sanciones en caso de ruptura o amenaza de ruptura del orden democrático, de violación al orden constitucional o de cualquier situación que ponga en riesgo el legítimo ejercicio de poder y la vigencia de los valores y principios democráticos.

Dependiendo de la gravedad del caso, los castigos pueden incluir la suspensión del país del bloque económico, con el cierre total o parcial de las fronteras terrestres para limitar el comercio, el tránsito aéreo y marítimo, las comunicaciones y el suministro de energía, servicios y abasto.

La apertura de un proceso contra Rousseff por acusaciones de haber manipulado las cuentas públicas para ocultar la magnitud de los déficits en 2014, el año de su relección y a principios de 2015, fue aprobada el domingo pasado por el pleno de la Cámara de Diputados, por 367 votos en favor y 137 en contra, y ahora es evaluado por el Senado, que podría emitir su resolución a mediados de mayo próximo.

El gobierno niega las acusaciones en su contra y las atribuye a una conspiración liderada por el vicepresidente Michel Temer y el jefe de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, ambos del centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño.

Si Rousseff es declarada culpable tras el juicio político, será apartada del cargo por un máximo de 180 días mientras se desahoga el caso, periodo en el que Temer asumirá el poder.

La noche del viernes, tras su discurso en la ceremonia de firma del Acuerdo de París, Rousseff elevó el tono y retomó el discurso del golpe. Indicó: Soy víctima de un proceso totalmente infundado. No se puede tapar el sol con un dedo.

La principal economía latinoamericana enfrenta una grave crisis que se alimenta de los escándalos de corrupción de la estatal Petrobras y de una severa recesión.

El caso Petrobras salpica a casi todo el espectro político. El ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, aliado de Rousseff, es investigado por supuestamente ocultar bienes; Eduardo Cunha, quien rompió con el gobierno en 2015, es imputado por corrupción pasiva y lavado de dinero, en tanto que el nombre de Temer aparece en denuncias de otros investigados, aunque él niega cualquier implicación en ese colosal esquema de sobornos.