Sociedad y Justicia
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Debe reparar el daño por muerte de una paciente en Zitácuaro

Denuncian tácticas dilatorias del Issste para cumplir recomendación de CNDH
 
Periódico La Jornada
Lunes 4 de abril de 2016, p. 40

Soledad Díaz López lleva cuatro años esperando que el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) cubra la reparación del daño por la muerte de su hermana Gloria a consecuencia de deficiente atención médica en la clínica hospital de Zitácuaro, Michoacán.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) investigó el caso y en noviembre de 2012 emitió una serie de recomendaciones que fueron aceptadas por el instituto. Pero hasta ahora sigue pendiente la indemnización; de hecho, la Subdirección de lo Contencioso del Issste, a cargo de Óscar Guillermo Sánchez López, determinó suspender el procedimiento en tanto se resuelven dos demandas de amparo que interpuso la quejosa.

Esa decisión es violatoria de los derechos humanos de Díaz López, señaló su abogado, Pedro Morales. Señaló que la primera demanda de amparo se presentó ante la falta de respuesta del Issste a la reclamación de responsabilidad patrimonial, con la cual debería darse seguimiento a la recomendación de la CNDH en cuanto a la reparación del daño.

Luego de que el instituto desechó la reclamación, un juzgado en materia administrativa resolvió la demanda en favor de Soledad Díaz, por lo que el proceso siguió ante el Issste. En una siguiente respuesta, la institución admitió la querella, pero de manera parcial, lo que motivó una nueva demanda de amparo.

Para la afectada y su abogado, la suspensión del trámite hasta que se resuelvan los amparos y causen estado es una táctica dilatoria del Issste para evitar el pago de la indemnización. Parece que esperan a que me muera y ahí se acabe todo, señaló Soledad.

El 29 de febrero de 2012 Soledad acompañó a su hermana Gloria al hospital en Zitácuaro por un dolor en el brazo. La CNDH documentó que en el área de urgencias la paciente fue valorada por cuatro médicos. El primero la vio a su llegada al nosocomio, a las 22:30 horas, pero no se le realizaron estudios de laboratorio y la abandonaron. Ningún doctor volvió a verla hasta el día siguiente, a las 7:29 de la mañana.

En esa segunda visita, el médico encontró que Gloria, quien padecía diabetes mellitus, tenía niveles elevados de glucosa y hasta entonces ordenó estudios clínicos, pero omitió verificar que se practicaran de manera inmediata.

La paciente también fue valorada por un internista, quien diagnosticó insuficiencia renal, hipoglucemia, hipotensión y otras complicaciones. Indicó que se le realizara una hemodiálisis, para lo cual debía ser trasladada al hospital Vasco de Quiroga, en Morelia. Un cuarto especialista tramitó el viaje en ambulancia, pero no cumplió la norma.

La CNDH no pudo identificar a ninguno de los médicos, porque no anotaron su nombre en el expediente clínico. Enviaron a Gloria a Morelia en una ambulancia en la que sólo iban ella, su hermana y el chofer. Ningún médico o enfermera la acompañó.

El conductor tuvo que detenerse a cargar gasolina, mientras la situación de Gloria se complicaba. A los pocos minutos falleció a causa de un infarto al corazón, hiperkalemia (niveles elevados de potasio) e insuficiencia renal crónica agudizada.