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El gobierno debe desmantelarlos, exigen

Crecen las acciones de paramilitares en Colombia: las FARC
 
Periódico La Jornada
Lunes 4 de abril de 2016, p. 31

Bogotá.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) alertaron del incremento de las acciones de los grupos paramilitares de extrema derecha y plantearon un acuerdo con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos para desmantelar a estos verdaderos escuadrones de la muerte, pues su presencia ensombrece los sustantivos avances en los diálogos de paz.

El grupo guerrillero planteó el tema en un comunicado luego de conocer un frustrado atentado el pasado viernes contra la dirigente Piedad Córdoba, defensora de los diálogos de paz y de causas humanitarias. Denunció que el crecimiento de las acciones paramilitares se dirige contra la población civil y líderes políticos y sociales desarmados, lo que apunta hacia un auténtico genocidio político.

Afirmó que el fenómeno paramilitar, lejos de desmantelarse como lo requiere un acuerdo de paz, se encuentra hoy enseñoreado en todo el país, e incluso aumentó más de 35 por ciento sus acciones respecto de 2015 sin que el Estado colombiano logre siquiera señalar y capturar a los responsables.

El genocidio político al que hacen referencia las FARC es contra más de 3 mil militantes de la izquierda colombiana que fueron asesinados de forma selectiva y masiva en la época de la guerra sucia en Colombia, entre 1984 y 1994.

En los gobiernos del presidente Santos y luego de tres años del procesos de paz –aseguraron las FARC–, mil 687 defensores de derechos humanos recibieron amenazas y al menos 346 fueron asesinados. Otros 206 líderes sociales sufrieron atentados, 131 fueron detenidos arbitrariamente y 16 fueron desaparecidos.

Para el grupo rebelde, el gobierno pretende negar su existencia con enrevesados eufemismos, las bandas paramilitares demuestran importante control territorial en amplias zonas rurales y urbanas, dirigen a sus anchas mercados legales e ilegales y mantienen vocerías políticas.

El sueño de la paz es irrealizable si persisten estas amenazas para la vida y demás derechos fundamentales de los colombianos, advirtieron los negociadores de la insurgencia. Exigieron al gobierno esclarecer las responsabilidades tras esta andanada paramilitar y aplicar medidas que garanticen a todos el ejercicio de la política sin armas.

El comandante y negociador del Ejército Liberación Nacional (ELN), Pablo Beltrán, expresó su deseo de querer adelantar los diálogos de paz con el gobierno de Colombia con un cese bilateral del fuego, en declaraciones en una entrevista divulgada este domingo por el diario El Espectador.

Nos gustaría desarrollar el diálogo en medio de un cese bilateral, pero el presidente (Santos) dijo que iba a seguir el diálogo en medio de la confrontación. Yo aprovecho para dejar constancia de que no estamos de acuerdo, sostuvo el negociador del grupo rebelde.

El gobierno y esta organización guerrillera, fundada en 1964 y que cuenta con mil 500 combatientes, según cifras oficiales, acordaron una mesa pública de conversaciones de paz el pasado miércoles en Caracas después de dos años de diálogos exploratorios.

Además, Beltrán mostró su preocupación sobre los recientes asesinatos de líderes sociales en el país, por lo que niega el presupuesto básico de lo que queremos discutir: sacar la violencia de la lucha política. Los muertos son dirigentes sociales, políticos de izquierda. El régimen sigue en lo mismo; todo el que se le opone, se muere.