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El jazzista Abraham Laboriel ofrecerá el sábado un concierto gratuito en Coyoacán

El bajo, la casa en la que todos los músicos encuentran refugio

Escuchar es la forma de amar más importante que existe, afirma el doctor honoris causa por Berklee

La creatividad, un don que es sólo de alguien que trasmite la belleza, asegura quien ha tocado con gente de la talla de Henri Mancini, George Benson, Ella Fitzgerald y Herbie Hancock

 
Periódico La Jornada
Jueves 17 de marzo de 2016, p. 8

Con su bajo eléctrico de cinco cuerdas, Abraham Laboriel puede escuchar su corazón y llegar al de muchos otros.

Con ese amigo eterno, su instrumento, hace las líneas, pero también la armonía y la melodía de una pieza. Con nitidez, sencillez y buena fe, toca con técnica de cinco dedos. Y lo hace con la humildad del acompañamiento, porque no olvida su vocación de servir, asegura el jazzista nacido en la Ciudad de México.

Construye mundos sonoros y luego viaja a ellos. Se fuga. “No te vayas, Abraham…”, le decía su hermano Johnny cuando tocaban rocanrol juntos.

Los verbos compartir y comunicar están entre sus preferidos. Los ha aplicado en la vida y en las más de 4 mil grabaciones y bandas sonoras que ha hecho.

Empezó en la música desde niño: es miembro de una familia que, más que de artistas, es de gente con gran calidad humana.

Ahora es doctor honoris causa de música por la Academia de Música de Berklee, Boston, donde hizo la licenciatura en composición en 1972. También ha grabado, colaborado y tocado con Henri Mancini, George Benson, Ella Fitzgerald, Herbie Hancock, Paul Simon, Aretha Franklin, Michael Jackson, Stevie Wonder, Al Jarreau, Ray Charles… lista larga.

Por ese camino fue descubriendo que el don de la creatividad no le pertenece al artista; éste es sólo de alguien que trasmite el amor y la belleza del universo.

La humildad, uno de sus valores

Abraham fue instruido primero en la guitarra. Su primer mentor fue su papá, el hondureño avecindado en México Juan José Laboriel, de alto vuelo, musical y espiritual, quien educó a alguien que hoy puede contar una historia sólo él y su instrumento. Más todavía: legó esos valores en alguien que ahora sabe que la humildad es un don para ese instrumento.

Los bajistas estamos llamados para servir, seguir y proteger... para proporcionar un hogar al resto de los músicos. El bajo es la casa en la que todos los músicos encuentran refugio. Si no funcionas como bajista dejas a todos sin hogar, pues. Eso me conmueve, afirma en entrevista con La Jornada, pretexto simple para promover su tocada.

Ofrecerá un concierto gratuito el sábado en el Jardín Hidalgo del Centro de Coyoacán, a las 18 horas, junto con su banda Open Hands, conjunto de maestros. Imperdible presentación, como las que harán otros músicos, también gratis, en la sexta edición de la Muestra Internacional de Jazz, que se llevará a cabo desde este jueves al 19 de marzo.

Abraham asegura que, normalmente, los jazzistas son introspectivos y quieren que el público sólo escuche, pero que ellos, es decir, él y su grupo, piden al auditorio que cante. Que si quieren bailar, que lo hagan... que son parte de nosotros y la música, y que sigan escuchando.

–La gente ya no escucha.

–Es verdad, escuchar es la forma de amar más importante que existe en la creación. Cuando escuchas a una persona, ésta debe sentirse amada. Si realmente escuchamos ejercemos nuestra habilidad de amar. Tampoco podemos quedarnos en la conversaciones con nosotros mismos todo el tiempo, porque eso provoca un vacío.

Abraham aconseja: “El aislamiento es nocivo y mata. Hay una forma de estar solo, que es sana, pero los músicos que son muy introvertidos se pierden en su propio mundo y no tienen noción de qué están comunicando. Nunca voy a olvidar lo que un día me dijo Javier Batiz: ‘Toco para disfrutar e invito a los del alrededor que se unan a la alegría’”.

Foto
Abraham Laboriel será homenajeado el sábado en el Jardín Hidalgo. Aquí en una imagen tomada de su sitio de Internet

Afirma que por muchos años se sintió solo, que tocaba porque la música era el único idioma que conocía. Fue su refugio hasta que entendió que no era para esconderse, sino un vehículo que hace que la vida real sea más hermosa.

La música, afirma Abraham, es el arte de combinar sonidos y silencios. Los grandes sabios griegos decían que el silencio es oro. Atreverse a no tocar es parte de la belleza que los músicos tenemos para expresar lo que es profundo. Hay lugares en los que el silencio expresa más que el sonido, y uno aprende esa realidad del arte de combinarlos.

–¿En qué consiste el sonido del bajo?

–A nivel armónico todos los acordes son nombrados a partir del bajo. Cuando las personas empiezan a estudiar contrapunto o armonía, los primeros ejercicios que nos dan son del bajo, y sobre éste, proporcionan la melodía principal y tienes que descubrir las notas que faltan para hacer una armonía lógica. Entonces, si no hay bajo, ese acorde no tiene nombre. El bajo le pone nombre al acorde.

El músico comenta sobre su técnica de interpretar con cinco dedos: Mi papá tenía un estilo peculiar de tocar la guitarra: hacía líneas de bajo, armonía y melodía al mismo tiempo. Con esas tres funciones bastaba, decía. Cuando toco solo y uso cinco dedos trato, por ejemplo, de imitar el sonido de la batería. Pero es importante no olvidar que cuando compartes escenario no tienes que interferir con el propósito de los demás instrumentos.

Admite que en el plano personal cuando toca solo “me desaparezco. Recuerdo a mi hermano Johnny, pero yo siempre les decía: ‘No pasa nada. Estoy con ustedes’”.

–¿Qué es la ética para usted?

–Es algo primordial que nos hará llegar a un punto en el que descubriremos que necesitamos frenar, o aprender de verdad a usar las ventajas tecnológicas en el sentido profundo de la ética. Y no olvidar a la investigación, porque el músico debe tener hambre de ella direccionada para compartir con otras personas.

Agrega: Si no compartes el descubrimiento vives en un vacío insalubre, en la soberbia y eso no es natural porque proviene de una soledad.

Abraham, padre de un músico corregido y aumentado, también de nombre Abraham Laboriel, quien es baterista del beatle Paul McCartney, asegura que es un privilegio fuera de descripción tener las puertas abiertas de mi México.

Open Hands está compuesto por el saxofonista Justo Almario, el baterista Billy Maxwell y el pianista Kiefer Shackelford. El público también podrá disfrutar las actuaciones de Carlitos del Puerto, Linda Briceño, Daniel López Infanzón, Wet Paint y la Big Band de Joe d’Etienne, entre otros.

Hoy comienza muestra internacional; entrada libre

La sexta edición de la Muestra Internacional de Jazz se realiza gracias a la colaboración de la Música en el Bicentenario AC, la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, la delegación Coyoacán, Fundación Hermes Music, Yamaha México, Eje Ejecutantes y Sindicato de Músicos, con el apoyo de la Secretaría de Cultura del gobierno federal.

El encuentro comenzará hoy a las 18 horas. Tocan: Joe d’Etienne Big Band, Carlitos del Puerto y Trío Tlaxcaltécatl Latin Jazz; mañana, Malaka Trío, Jazz TKZ y Chucho López y Linda Briceño México Live. El sábado se presentarán Wet Paint, Daniel López Infanzón Sexteto y Abraham Laboriel, a quien Musbi hará un reconocimiento por su destacada trayectoria.