Deportes
Ver día anteriorJueves 17 de marzo de 2016Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Este sábado enfrenta a la japonesa Ando

Entre las peleadoras existe solidaridad, afirma La Roca
 
Periódico La Jornada
Jueves 17 de marzo de 2016, p. a15

La mejor propaganda de Ibeth La Roca Zamora es boxear. Sin publicidad ni estridencia, la peleadora de ascendencia otomí conquistó cada peldaño que la convirtió en una campeona mundial incuestionable.

Fue a Japón hace tres años y regresó con el título mundial minimosca y desde entonces lo ha expuesto ante las rivales que le corresponde, sin eludir las responsabilidades que exige un cetro.

Este sábado hará la sexta defensa del campeonato mundial minimosca del Consejo Mundial de Boxeo ante la nipona Mari Ando, pero reconoce que ahora las condiciones son distintas. Peleará en casa (Metepec), rodeada de su familia y apoyada por seguidores fieles a los que llama su gente.

La conquistó por la voluntad y coraje con la que ejecuta cada una de sus actuaciones, aunque el gran salto de la popularidad aún está pendiente en su carrera.

“No he sido reconocida lo suficiente. Quizá no venda mucho... no me llevan bien la mercadotecnia deportiva, pero estoy contenta porque quienes saben de boxeo ubican a La Roca Zamora, saben que doy buenas peleas y con eso me quedo”, señala.

Nadie le ha regalado nada –afirma la pugilista–, incluso el respeto que hoy inspira como deportista fue producto del trabajo honesto. La promotora que maneja su carrera tuvo que darse cuenta de lo que representaba y que además se ha convertido en un referente para las mujeres de su comunidad en el estado de México.

Foto
Ibeth Zamora hará la sexta defensa de su título minimoscaFoto Afp

Así se ha conducido contra quienes no confiaban en ella, contra la discriminación por su origen indígena y contra la desigualdad que se reproduce en el boxeo rosa: Las carencias con las que empezamos las mujeres en este deporte nos hermanan.

Entre las boxeadoras, a pesar de la competencia natural en este oficio, aún existe un sentimiento de comunidad y de solidaridad que las hace mirarse como compañeras, explicó Zamora.

Son mis rivales, pero las sigo viendo como compañeras de oficio, algo que nos liga aunque nos enfrentemos en el cuadrilátero. Creo que todas lo comprendemos y mantenemos esas solidaridad, que no se da tanto en el boxeo de hombres, señaló.

Por eso La Roca y su retadora, la japonesa Ando, no intercambian miradas asesinas. Se sonríen y tratan con cordialidad, aunque este sábado intercambiarán golpes con la pasión que acostumbran.

La japonesa se sorprende cuando escucha que en México había una ley que se abolió a finales de los 90 del siglo pasado, que prohibía boxear a las mujeres.

Cuenta que en su país también es difícil para las boxeadoras sostenerse en este oficio. Ella pudo venir a pelear porque en Japón tiene un trabajo de secretaria en una oficina.