Brasilia.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, fue abucheada este martes por legisladores en pleno Congreso durante su intervención en la primera sesión legislativa del año, informaron medios locales.

Según el portal del diario Folha de Sao Paulo, la mandataria, quien enfrenta un proceso en la Cámara de Diputados que puede resultar en su destitución, fue objeto de silbatinas al menos tres veces por senadores y diputados opositores.

El diputado Paulinho da Força, del opositor partido Solidariedade, se presentó a la ceremonia con una pancarta con la frase: Brasil no te aguanta más. Vete.

Los sonidos de reprobación se hicieron escuchar con más fuerza cuando la presidenta solicitó el apoyo del Congreso a las medidas previstas por su gobierno para superar la crisis económica que sacude al país, especialmente la que prevé la reactivación del impuesto a las transacciones financieras, más conocido como impuesto al cheque, así como reformar el sistema de seguridad social y recortar el gasto público.

Al defender la reactivación del tributo a las transacciones financieras, Rousseff pidió que los parlamentarios consideren la excepcionalidad del momento, y afirmó que ese impuesto es un puente necesario entre la urgencia a corto plazo y la estabilidad a largo plazo.

Sé que muchos tienen dudas y se oponen a estas medidas. Los que son contrarios al impuesto afirman que la carga tributaria en el país ha crecido, pero lo que se ha verificado es que las contribuciones a la Seguridad Social han caído en los últimos años, expuso.

En su discurso, Rousseff defendió además medidas que ya fueron aprobadas el año pasado, como el cambio de reglas en el seguro de desempleo y abonos salariales. Estas medidas le valieron el año pasado críticas de sindicatos de izquierda que han respaldado históricamente al gobernante Partido de los Trabajadores (PT).

Según la presidenta, la idea de implementar esos cambios es hacer reformas para preservar programas sociales e inversiones.

Las medidas darán el espacio necesario para administrar la política fiscal hasta que las reformas de mediano y largo plazo generen sus efectos, señaló, al pedir la colaboración del Congreso tras un año marcado por enfrentamientos y el escándalo de corrupción en la estatal Petrobras.