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El ensamble retoma sonidos del barroco del siglo XVIII que ambientaban las fiestas de la época

Pan de Jarabe rescata los sones virreinales en el disco Al compás de los efectos

Mediante investigaciones, los músicos extrajeron temas de textos antiguos como el Códice Saldívar No. 4 y una partitura editada en Madrid que data de 1855, entre otros

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Con este disco queremos decir a la gente que los sonidos del barroco, que ahora considera música culta, era popular, que todos accedían a ella, señaló en entrevista el músico e historiador Francisco Fernando EslavaFoto ilustración tomada del librillo del disco
 
Periódico La Jornada
Lunes 1º de febrero de 2016, p. a10

Los sonidos del barroco del siglo XVIII, que estuvieron inscritos en el terreno de lo profano y dieron vida a las jocosas celebraciones de los habitantes de ambientes rurales y urbanos durante el virreinato de la Nueva España, son retomados por el ensamble Pan de Jarabe en su primer disco, Al compás de los efectos.

El músico e historiador Francisco Fernando Eslava, integrante de Pan de Jarabe, expresó que el material discográfico es un rescate de algunos de los novohispanísimos sones, ya que investigadores como Juan José Escorza aseguran que hasta la fecha es imposible saber a qué sonaba el jarabe, porque solamente existen las coplas que fueron prohibidas por la Inquisición, como: Ya el infierno se acabó/ ya los dioses se murieron/ ahora sí, chinita mía, ya no nos condenaremos.

Eslava, en colaboración con Clarisa Hernández Esqueda, realizó la investigación sobre los sonidos del barroco, con la finalidad de promover la música de una época.

“Los 13 temas que integran el disco fueron extraídos de diferentes instrumentos musicales; uno de ellos se encuentra en El manuscrito de Eleanor Hague, que está en el museo del suroeste de Los Ángeles. También recuperamos música del Códice Saldívar No. 4, documento que lleva ese nombre porque fue descubierto en 1943 en una tienda de antigüedades de Guanajuato por el musicógrafo Gabriel Saldívar, y grabamos el Pan de jarabe, como se llama nuestro ensamble”, expresó.

De acuerdo con el músico, el jarabe más antiguo del que se tiene noticia es el Pan de jarabe, que data de 1772, cuando la Inquisición prohibió que esa canción se tocara debido a que sus coplas fueron consideradas contrarias a la moral.

En el disco, la pieza tres se inicia con los versos condenados y continúa con la partitura de esta obra, editada en Madrid por B. Wirmbs en 1825, perteneciente a la Colección General de Canciones Españolas y Americanas.

El nombre del ensamble honra a nuestras raíces, porque esos sonecitos son el origen de la música barroca que surgió directamente de la influencia europea. El padre del jarabe es un género musical que se llama jota, el cual también grabamos en el disco; armónicamente es lo mismo. Lo interesante de la investigación fue ver cómo se hacía esa música de ritmos y cómo resurgieron en estas tierras.

Los músicos no sólo investigaron el pasado sonoro de la Nueva España, sino también se centraron en la del México independiente, la música del siglo XIX, y en su disco incluyen un texto en el que explican que la música popular se bailaba en fiestas y era uno de los atractivos para la gente, una forma de divertirse.

Ya fuera en pareja o de a montón, los asistentes a los festejos ejecutaban sus mejores movimientos dancísticos acompañados por guitarras, jaranas, arpas, flautas, tambores y clavecines, mientras entre cada pieza de baile fumaban buen tabaco.

Hoy día, el jarabe es un baile popular; surgió en los estratos más bajos de la sociedad novohispana, y luego se llevó a las fiestas, porque la gente se relajaba bailando, y era algo fuera del ámbito religioso.

Con nuestro disco queremos decir a la gente que los sonidos del barroco, que ahora considera música culta, de concierto, era popular, que todas las personas accedían a ella. Nos parece muy importante esto porque es nuestro legado; en el siglo XVIII surgieron los sonecitos de la tierra, que se dan a partir de una mezcla del sincretismo cultural de la música barroca con las manifestaciones sonoras de los africanos y de los indígenas, señaló Eslava.

Pan de Jarabe está integrado por Clarisa Hernández (traverso), José Pablo Jiménez Henríquez (viola de gamba), Félix Omar Ruiz Sánchez (voz y vihuela), Carlos Alejandro Lemus Ronquillo (clavecín), Rubí Topacio Ortiz Rodríguez (percusiones/voz) y Francisco Fernando Eslava Estrada (guitarra barroca).

Los interesados en la música del ensamble pueden escribir al correo [email protected]