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¿La fiesta en paz?

Tranquilos, antis, que los taurinos ya les hacen su tarea

Oreja de oropel

Silverio: premio mayor, placas y festejos

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La recia personalidad del tlaxcalteca Jorge El Ranchero Aguilar, continuador natural de la línea silveriana, es plasmada en el reciente libro de PavónFoto Imagen de archivo
E

l Juli, en determinado momento de su carrera se sintió torero y lo fue. Después, alcanzada la fama y el dinero e incluso cierto poder, prefirió convertirse, como tantos otros, en mercader de los ruedos, a considerable distancia de una figura que se respete respetando al toro, al traje de luces, a la fiesta y al público. Es el inevitable efecto corruptor del poder, y más cuando se pretende absoluto.

Aquel güerito precoz poseía el sello de la inteligencia tauromáquica más que el don de la estética, y su arte consistía en hacerle faena, bueno en dar pases por ambos lados, a la mayoría de los toros que le tocaban en suerte, en esa degradación de la tauromaquia a partir de la disminución de la bravura en las reses. Luego de 17 años de matador Julián López acusa los efectos de un sistema taurino instalado en un figurismo ventajoso que busca garantizar la apoteosis cotidiana de sus mejores marcas toreras frente a ganado cómodo, de preferencia joven y dócil y para públicos desinformados. La antitauromaquia pues, aquí y allá.

Los villamelones mexhincados se apresuraron a justificar la bochornosa julada del domingo pasado en la México –astados de Fernando de la Mora anovillados, pobres de cabeza, sospechosos de manipulación, mansos y para colmo mensos– diciendo que aquí no se puede exigir el toro de Madrid o de Pamplona, lo que sólo a un idiota se le ocurriría, pues encastes, geografía y pastos dan como resultado un toro menos voluminoso y cornalón pero cuya simiente brava se ha rebajado al gusto de los que figuran. Es cuestión de ética ganadera, de trapío, no de kilos, y de transmisión de peligro, no de tediosa repetitividad para que el exprecoz y sus cuates vengan a jugar al temple y a la ligazón.

Van cuatro festejos en la actual temporada como grande y amén de que en el Cecetla (Centro de Capacitación para Empresarios Taurinos de Lento Aprendizaje), antes Plaza México, los miembros fósiles y los de nuevo ingreso siguen con su nefasta costumbre de ofrecer novillos por toros –mexicanos, no de Madrid– sin que el inadvertido público reaccione, es más que evidente la añeja y dañina relación entre la delegación Benito Juárez y la autorregulada empresa del coso.

Jueces manga ancha para aprobar lo que los ganaderos manden y manirrotos para premiar lo que los promotores ordenen, no por propia voluntad sino por la absoluta falta de respaldo del delegado y del jefe de Gobierno del DF en turno. Está visto que reformas y transparencia no incluyen a la tradición taurina, por lo que antitaurinos bájenle dos rayas a su combate a las corridas. Los taurinos –juececitos, empresitas, criadorcitos, figuritas, critiquitos y publiquito– con esta cadena de estupideces les están haciendo su trabajo en contra de la tauromaquia con increíble eficiencia.

¿Le habrá servido de algo a la Asociación Nacional de Matadores el triste festejo por la Oreja de Oro del pasado jueves? ¿Unirse de nuevo será caminar en beneficio de la fiesta o sólo seguir tramitando visas de trabajo a los importados? ¿Reanudar relaciones con la empresa de la Plaza México traerá beneficios reales para los toreros? ¿Permitirá esa agrupación que también el coso de Insurgentes anuncie corridas con dos diestros extranjeros y un nacional? ¿Se olvidaron de cuando la Oreja de Oro era una corrida de postín? ¿Su fuerza como sindicato ya no alcanza para comprometer a los ases a torear esa corrida en su beneficio?

Silverio siempre querido. Este martes a las 19 horas, en la antigua sede de la Lotería Nacional se realizará el sorteo que conmemora el centenario del natalicio del Faraón, cuya efigie aparece en los billetes, óleo del pintor duranguense José Luis Calzada. Magia cantará acompañada de la Orquesta Clásica de México, dirigida por el maestro Carlos Esteva. El jueves 19 a las 10 de la mañana, afuera de la tienda donde estuviera el legendario coso El Toreo de la Condesa se develará una placa que dice: A la memoria del supremo exponente de la escuela mexicana del toreo, quien en este sitio brindó a México la majestuosidad de sus más excelsas faenas, coronadas con la que esculpió ante Tanguito de Pastejé el 31 de enero de 1943. Al día siguiente a las 20 horas en la México, toros de Marco Garfias para Juan José Padilla, José Mauricio y Juan Pablo Sánchez, en la corrida conmemorativa del centenario del Faraón de Texcoco. Previamente, la Peña los de Armillita, Garza y Silverio descubrirá otra placa alusiva al Compadre y el aficionado Genaro Borrego pronunciará unas palabras.

El miércoles 18 a las 18:30 horas, en la Asociación Nacional de Matadores Carlos Hernández Pavón, acompañado de Eduardo Azcué y Alberto Bitar, presenta su más reciente libro, Jorge Aguilar El Ranchero, un gran torero un gran hombre, editado por Conaculta y el Instituto Tlaxcalteca de la Cultura. A partir de hoy no se pierda en el semanario Proceso las contundentes opiniones de Pavón sobre el estado actual de la fiesta, la bravura y los antitaurinos de dentro.