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Bajo la Lupa

Terrorismo geopolítico: avión ruso en Egipto, barrio chiíta en Beirut y multiatentados en París

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Turistas toman fotos frente a la Catedral de Notre Dame, en París, un día después de los atentados terroristas; en primer plano, militares patrullan la zonaFoto Reuters
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n medio de la grave crisis financiera del G-7, el secretario del Pentágono, Ashton Carter, advirtió –siete días antes a los siete execrables multiatentados de París/Saint-Denis– sobre las batallas que vienen con Rusia y China (http://goo.gl/wwTD6m).

El Pentágono alardeó el vuelo reciente de dos bombarderos estratégicos B-52 cerca de las islas artificiales chinas en el ultrasensible Mar del Sur de China (http://goo.gl/E6xkKh), en alta tensión (http://goo.gl/lZwaW4), y en vísperas de la cumbre APEC.

Me llamó la atención un tuit muy sugerente, un día antes del avionazo ruso en el Sinaí, de Zbigniew Brzezinski, teórico de los Balcanes euroasiáticos (http://goo.gl/EMijDC) de su libro El gran tablero de ajedrez mundial: “¿Puede la iniciativa ‘un cinturón, una ruta de China’ tener éxito si explota el Medio Oriente? (https://goo.gl/00rNYw)”

China creó una zona industrial en el corredor del nuevo canal de Suez (http://goo.gl/0Vt95H) que concurre con la iniciativa un cinturón, una ruta de China (http://goo.gl/E4G3X8).

¿Quién busca descarrilar la creativa conexión de Rusia y China con Egipto?

En vísperas tanto de la reunión de Viena sobre la pacificación de Siria como de la cumbre del G-20 en Turquía, centellean muchos focos de alta tensión en la cartografía euroasiática entre las tres grandes superpotencias –Estados Unidos, Rusia y China–, mientras se intensifican varias guerras regionales: el binomio Afganistán-Pakistán, el otro binomio Siria-Irak, Ucrania, Libia, Nigeria, Yemen, el cuerno de África (Somalia), etcétera.

Las múltiples guerras regionales se suman a la erupción en el lapso de dos semanas del terrorismo geopolítico desde el Sinaí/Egipto pasando por Beirut hasta París.

Los multimedia rusos han sido prudentes –con la perturbadora excepción de Dmitry Kiselyov– sobre la explosión del avión ruso con 234 turistas que volaba de Sharm el Sheij a San Petersburgo (ciudad natal del zar Vlady Putin)–, en contraste a sus colegas de Egipto, quienes fustigan que fue perpetrada por la misma agresión tripartita de Francia (sic), Gran Bretaña e Israel, en la guerra del canal de Suez de 1956 (http://goo.gl/X0ND3x).

Una caricatura del rotativo gubernamental egipcio Al-Ahram describe que nuestros enemigos siguen siendo los mismos después de 60 años.

En el lapso trágico de las recientes dos semanas apareció muerto en un hotel de Washington Mikhail Lesin, íntimo del zar Vlady Putin (http://goo.gl/xJQgV9) y creador del relevante portal Russia Today, que desnuda la obscena desinformación de los multimedia israelí-anglosajones.

Daily Mail, portal amarillista británico y vulgar instrumento del MI6, expone que Dmitry Kiselyov acusó a Estados Unidos (¡supersic!) de complicidad en el desastre del Sinaí.

Dmitry Kiselyov –descrito por Bloomberg como el rostro público de la máquina de propaganda de Putin y uno de los principales funcionarios del régimen– imputó que el secretario del Pentágono, Ashton Carter, predijo que Rusia tendría ataques terroristas y pérdidas humanas en el futuro cercano (http://goo.gl/4Qpv28). ¡Asombrosa premonición!

Al-Manar, rotativo del Hezbolá libanés, comenta que la industria turística de Egipto ha sufrido un durísimo golpe con este atentado y cita a Ashraf Ashmawi, de Al-Ahram, quien considera que se trata de un intento flagrante de castigar a Egipto económica y financieramente, por su apertura hacia Rusia en el curso de estos últimos tres años y la creciente cooperación militar entre los dos países.

El estrujante ensayo La orgía de destrucción global de los yihadistas apoyados por EU (¡supersic!), de la doctora Christina Lin, becaria de SAIS-Universidad Johns Hopkins, ilustra los motivos geopolíticos del terrorismo yihadista y sus hilos conductores (http://goo.gl/pA9rPv).

La tesis nodal de Christina Lin es que se trata de una amenaza no sólo a Rusia, que ha entrado a la guerra siria, sino también a China y a India –opinión similar de Bajo la Lupa: el supremo titiritero detrás del irredentismo yihadista euroasiático opera una guerra global contra el RIC (Rusia/India/China; https://goo.gl/rnLtRj).

Un día después a la relevante captura por Siria/Irán/Hezbolá, con ayuda rusa, del aeropuerto de Kuweires, cerca de Alepo, la ciudad siria más poblada –que trastoca la correlación de fuerzas en el norte de Siria en su frontera con Turquía–, y dos días antes de la reunión multinacional en Viena, se perpetraron atentados dantescos en el barrio chiíta de Burj Barajne (Beirut), que cobraron la vida de 46 personas, con 200 heridos, reivindicados por los yihadistas sunitas (http://goo.gl/snK67d).

¿Mismo hilo conductor secuencial: derribo del avión ruso en Sinaí, atentados en el barrio chiíta de Beirut y ahora París?

El londinense The Times reporta que los tres comandos de yihadistas de los siete multiatentados coordinados de París exclamaron Dios es Grande y que su carnicería era por Siria. Pero, ¿por qué no por Libia, Irak o Mali (http://goo.gl/ZPJHQ8)?

¿La culpabilidad yihadista (http://goo.gl/FcBezr) constituye la óptima coartada para una asepsia antimigratoria arabófoba/islamófoba y una intervención de la OTAN en Siria con el fin de frenar el éxito de Rusia, y así redireccionar las reticencias de Francia y Alemania?

Habría que ponderar una visión contrastante, más geoestratégica y holística.

Dejo de lado el error del bombardeo por Estados Unidos de un hospital manejado por el grupo francés Médicos Sin Fronteras en Kunduz (Afganistán).

Sin contar el relativo deshielo de Francia con Rusia –el grupo de Minsk sobre Ucrania (¡sin Estados Unidos!) y la triangulación de la venta de los barcos Mistral a Egipto originalmente destinados a Rusia–, se advertían ya conspicuas tensiones entre Estados Unidos y Francia sobre la Cumbre del Cambio Climático COP21 en 17 días (http://goo.gl/ygLRys).

Un día antes de los complejos (http://goo.gl/1v3GN1) multiatentados –el 11/S galo (http://goo.gl/bDomSr)–, el presidente François Hollande “chocó (¡supersic!) con Kerry sobre los ‘resolutivos vinculantes’ de la Cumbre COP21”. Kerry diluyó sus alcances como no vinculantes (http://goo.gl/u3lUR6). Esta discrepancia en un asunto tan transcendental no es menor entre dos supuestos aliados.

El centro texano-israelí Stratfor juzga que, desde los atentados contra Charlie Hebdo, los ataques no fueron completamente sorprendentes (¡supersic!), aunque sean ultrajantes, y conjetura que el reciente influjo de refugiados a Europa, de lugares como Siria, pone en relieve el riesgo de que los grupos yihadistas pudieron haber colocado a algunos de sus miembros (https://goo.gl/S7GWI1).

Sin contabilizar el descarrilamiento de su tren bala un día después, Francia –máxima potencia nuclear europea– se encuentra en estado de conmoción y emergencia, cierra sus fronteras e insiste en celebrar la Cumbre COP21.

No se puede soslayar la notoria similitud entre la estrategia de tensión (http://goo.gl/9coVlp) de los movimientos estudiantiles de 1968, que llevaron a la defenestración del general De Gaulle (defensor del patrón-oro), con los focos del terrorismo geopolítico de hoy.

Ni el gran Medio Oriente ni Francia ni Europa son ya los mismos; ni Estados Unidos ni Rusia ni China tampoco.

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