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El Despertar

Zapatistas desayunan en Sanborns

L

a oleada de rebelión popular llegó a la ciudad de México en diciembre de 1914. Los zapatistas y villistas en un contingente de 50 mil hombres desfilaron en buen orden ante la curiosidad y el temor de los habitantes. Un grupo de zapatistas con grandes sombreros, carrilleras y rifles se presentó a desayunar en la cafetería Sanborns. Los capitalinos se morían del susto: se había comparado a Zapata con Atila y se temía todo género de abusos. Mientras los oficiales villistas festejaron su victoria en orgías, los zapatistas tuvieron un comportamiento disciplinado y respetuoso. Fue un momento cumbre en que el ejército popular se apoderó temporalmente del corazón del país. Triunfo de los mestizos contra los blancos. Más tarde los rebeldes se replegarían y con el tiempo serían derrotados. Cien años antes, en octubre de 1810, las huestes dirigidas por Hidalgo se acercaron a la metrópoli a la que contemplaron desde Cuajimalpa. No se atrevieron a tomarla. También fue un momento culminante y breve. Uno puede atreverse a leer parcialmente estas revoluciones como guerras de castas.

La desigualdad se ha mantenido y probablemente se ha vuelto más monstruosa. Está teñida de elementos de color de piel e identidad mestiza. El sistema de castas tuvo su origen en la Colonia en que se reglamentó. Luego fue abolida por decreto. Los mexicanos cuando ejercen la discriminación o la padecen eluden reconocerla.

Hoy la cadena de Sanborns llega a casi 200 sucursales. Pero si campesinos con la catadura de aquellos zapatistas (y sin armas) quisieran entrar en ellas sólo sería como mozos de limpieza (davekun.deviantart.com). Un estudio sobre la discriminación realizado en 2008 (proyecto Perla, Princeton - C. de Antropología Social) demuestra que aunque la población de piel clara es muy minoritaria en México tiene ventajas rotundas sobre la población morena. Se calcula que sólo 15 por ciento son criollos y el resto mestizo- indígenas. El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) ha reconocido que la discriminación es parte de nuestra cultura… como la corrupción y la impunidad. Las diferencias en el ingreso, las oportunidades, las formas de vida, los contrastes entre el lujo y la pobreza y la miseria reflejan en muchas ocasiones las diferencias raciales. Los blancos viven en pequeñas ínsulas rodeadas de un mar de barrios mediocres, arrabales y pueblos donde trabajan, viven y soportan agravios millones de mestizos. Estos contrastes desgarran a México.

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