Opinión
Ver día anteriorSábado 14 de noviembre de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

¿Y el presupuesto cero?

¿Y el cinturón apretado?

¿Y el no más moches?

D

el prometido presupuesto base cero ni sus luces, y menos aún aquello de que al gobierno de la República le toca apretarse el cinturón (el ministro dixit, en ambos casos, faltaba más). La aplanadora de levantadedos en San Lázaro hizo su chamba (los moches lo ameritaban), y por la vía del fast track aprobó el presupuesto de egresos de la federación para 2016.

Como acostumbran, prácticamente sin saber cuál era su contenido, los inquilinos de San Lázaro metieron el acelerador para no correr el riesgo de sacrificar un solo segundo del puente vacacional de cuatro días que a partir de ayer se tomaron para relajar sus fatigados cuerpos.

Antes de los recortes y reasignaciones que en el día a día realizará la Secretaría de Hacienda –como es su costumbre–, el presupuesto de egresos aprobado para el próximo año suma 4 billones 763 mil 874 millones de pesos, monto que resulta 0.4 por ciento superior a la propuesta presentada por Luis Videgaray, aunque en los hechos prácticamente nada se alteró.

La Cámara de Diputados lo sintetizó así: dentro del gasto programable destaca que los ramos administrativos registraron un aumento de 16 mil 692.5 millones de pesos (1.5 por ciento), para quedar con un presupuesto de un billón 116 mil 788 millones. Entre los ramos que ampliaron sus recursos destacan por sus montos Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, 10.6 por ciento; Comunicaciones y Transportes, 7.9 por ciento; y Educación Pública, 1.2 por ciento. Las reducciones se enfocaron en Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, -7.2 por ciento; Medio Ambiente y Recursos Naturales, -3 por ciento; y Economía, 6.4 por ciento.

A los ramos generales se les incrementó 2.5 por ciento el monto de recursos: provisiones salariales y económicas registró una ampliación 37.7 por ciento, mientras las aportaciones a la seguridad social disminuyeron uno por ciento. Los ramos autónomos redujeron 4.4 por ciento sus asignaciones en forma conjunta.

Entre los escasos recortes presupuestales destaca el aplicado al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, con un tijeretazo de 14.5 por ciento y Turismo, 11.8 por ciento.

En cambio, a cada uno de los diputados Hacienda le asignó 20 millones de pesos, para un presupuesto total de 10 mil millones de pesos, o lo que es lo mismo, el moche no sólo institucionalizado, sino legalizado por los propios usufructuarios de esos recursos. Esa es la vía democrática para lograr que la mayoría de levantadedos vote en el sentido que el Ejecutivo ordene, no sin antes prometer que “se acabaron los moches”.

En otro orden de ideas, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, advierte que el origen de la mayoría de los problemas estructurales que enfrenta hoy en día nuestro país tiene que ver con la forma en la que está integrada la economía nacional. La gran apuesta hacia el comercio exterior, apoyando únicamente una variedad reducida de productos, así como el descuido del mercado interno son factores que han complicado la evolución del desarrollo económico mexicano ante la actual coyuntura internacional.

La apertura hacia el mercado exterior cobró auge durante los años noventa gracias a la firma del Tratado del Libre Comercio, y si bien las exportaciones del sector manufacturero tuvieron un aumento significativo, los beneficios derivados de dicha estrategia quedaron concentrados en pocos participantes. Ante el rezago en infraestructura de los productores locales, se incrementaron las importaciones de insumos que requieren de alto valor agregado disminuyendo con ello el contenido nacional en los procesos de producción. Esto trajo como consecuencia la ruptura de las cadenas productivas internas y con ello implicaciones importantes en las condiciones laborales. Aunado a lo anterior, se gestó una mayor dependencia comercial y de inversión hacia Estados Unidos de tal forma que la actividad industrial de nuestro país está estrechamente ligada con el desempeño de las manufacturas estadunidenses.

Resulta evidente, subraya el CIEN, que nuestro país requiere de un mercado interno sólido que sirva de contrapeso al débil accionar del comercio exterior. Es indispensable que el gobierno genere incentivos necesarios para la inversión, la cual deberá estar focalizada en la generación de insumos intermedios por parte de productores nacionales, en el fortalecimiento del mercado laboral, así como en el desarrollo y fomento tecnológico. De lo contrario, México perderá su atractivo ante otros países que innovan constantemente y poseen una infraestructura superior.

El incremento de la participación en el comercio global por sí solo es insuficiente para garantizar una tasa de crecimiento económico sostenida, más aun cuando no se ha logrado una adecuada incorporación de las empresas locales con los grandes corporativos internacionales. Aumentar las posibilidades de interacción de las pequeñas y medianas empresas mexicanas con las cadenas productivas mundiales que operan en nuestro país es una tarea que ha quedado pendiente durante muchos años. De esta forma, resulta imperativa la creación y diseño de políticas públicas que trasciendan un horizonte sexenal y adopten una visión de largo plazo para la modernización y competitividad, considerando la importancia de la ciencia, la tecnología y la capacitación de la fuerza laboral para mejorar el desempeño del aparato productivo nacional.

El CIEN reseña que en septiembre pasado la actividad industrial de nuestro país registró un aumento anualizado de 1.7 por ciento como consecuencia de los incrementos en los sectores de generación de energía eléctrica y suministro de agua, construcción y manufactura, resultados que se compensaron a la baja ante la caída significativa que registró la industria de la minería. El escenario anterior contrasta con el obtenido en el mismo mes del año pasado cuando la actividad industrial alcanzó una tasa de crecimiento de 3.9 por ciento.

La desaceleración de la actividad industrial mexicana es reflejo de los resultados poco significativos de su contraparte estadunidense. En septiembre la producción industrial de nuestro vecino del norte registró una tasa de crecimiento anualizada de apenas 0.2 por ciento.

Las rebanadas del pastel

Ahora la barbarie vistió de rojo París, y lamentablemente todos los objetivos fueron civiles, que nada tienen qué ver en las decisiones de su gobierno, en todo caso único responsable de otras acciones brutales.

Twitter: @cafevega