Aunque será el último recurso, México podría no participar en el repechaje del basquetbol rumbo a Río 2016, si ese es el precio que deberá pagar este deporte para evitar que lo maneje una organización internacional, advirtió ayer Alfredo Castillo, director general de la Comisión Nacional del Cultura Física y Deporte (Conade).

Explicó que FIBA Américas pretende que sea reconocida de manera oficial la Amedeba (Asociación Deportiva de Basquetbol) como titular de la disciplina en el país, a cambio de que México pueda participar en la repesca a la que ya se había clasificado sobre la duela.

La Conade no será títere de nadie, atajó el funcionario, quien agregó que tampoco andará mendigando una oportunidad que ya se ganó, ni cederá a presiones de esa naturaleza, porque le resulta extraño que ahora a FIBA le interese que se solucioné esa situación después de tantos años en litigios y problemas.

Castillo explicó que debe formarse un comité directivo que esté interesado en llevar el basquetbol a todo el país y no ocurra como ahora, que FIBA Américas le diga a la Amedeba que debe organizar competencias, y que de no hacerlo México tendrá que pagar sanciones millonarias –como ocurrió con el Mundial de Natación–, porque las federaciones no tienen recursos y quieren que sea el gobierno el que haga esos pagos y el de las competencias.

El titular de la Conade dijo que antes de la realización del preolímpico de basquetbol ya se habían pagado 74 millones de pesos como exigencia para su realización, por lo que mencionó que sería interesante rastrear a dónde fue a parar ese dinero, que es una trasferencia que se hace Conade, Comité Olímpico Mexicano y Federación Internacional.

Advirtió que el amasiato ha llegado a tal grado, que FIBA Américas tienen una oficina en el COM. Más nivel de intervención no se puede, por lo pidió revisar la legislación deportiva para detectar las incoherencias que se dan en ese ámbito.

Luego de afirmar que no se siente chantajeado por esta situación, Castillo dijo que alguien tiene que poner orden, porque no es posible como lo hizo la FINA, de recibir primero 7 millones de dólares y luego demandar en instancias internacionales por otros 5 millones más, al no organizar la competencia mundial a la cual se había comprometido.