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Ya no es una simple disciplina, hay propuesta artística más profesional: Santi Malabari

El malabarismo contemporáneo deja las carpas y va a la conquista de las calles

La gente no sabe lo complicado de los trucos, afirma

Asiste a convención de circo en Colombia

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El objetivo del malabarismo contemporáneo es lograr la armonía entre la mente, el cuerpo y objetos manipulablesFoto cortesía de Santi Malabari
 
Periódico La Jornada
Viernes 30 de octubre de 2015, p. a10

El malabarismo contemporáneo ha salido a las calles, a otros foros. Ya no sólo se hace en el circo tradicional de carpa con taquillas. Ahora se desarrolla en espacios abiertos o cerrados. Anda a la conquista de públicos cautivos. Su objetivo es lograr la armonía entre la mente, el cuerpo y objetos manipulables. Si alguno de estos tres elementos falla, se rompe la secuencia, es volver a empezar.

La precisión también es importante, dice Santi Malabari mientras gesticula con ambas manos, como si equilibrara las palabras o algún objeto invisible en el aire. Pertenece a la generación de jóvenes que ya no consideran a esta disciplina un simple acto de entretenimiento, sino como una propuesta artística cada vez más profesional.

Esto ha provocado que el malabarismo avance más rápido que cualquier otra disciplina circense, como las acrobacias, por ejemplo. Asegura que el auge comenzó a mediados del siglo pasado con la formación de clubes de jóvenes que no les interesaba pertenecer a ningún circo, sino que lo aprendían como forma de esparcimiento, de convivencia. Luego de eso comenzaron a organizarse festivales, primero locales, hasta lograr congresos internacionales, donde todos los interesados empezaron a fusionar y presentar diferentes estilos.

En México, esta disciplina no ha llegado a su grado máximo de desarrollo, todavía hay personas que no tienen idea de lo divertido y complicado que es lograr hacer buenos trucos, porque muchas de las veces lo que más les agrada e impacta a los espectadores son propuestas que se le quedan en la mente, aquellas que pueden platicar después a sus amigos, como las que se hacen con fuego o con objetos peligrosos como cuchillos, espadas.

Trucos sin violencia

Aunque para gran parte de los malabristas actuales eso ya está superado. Tienen muy claro que se pueden hacer trucos sin ningún grado de violencia corporal o sicológica, porque, dice Santi, el querer profesionalizarte en esto te hace más consciente de tu cuerpo, hace que todas las sustancias nocivas se queden olvidadas, ya que si te vas de fiesta por varios días, el cuerpo no entrena al mismo nivel, te resta coordinación, y para esto necesitas mucha concentración.

Un buen malabrarista no necesita promover la violencia como lo hacen otras artes como el cine, la música o la literatura, sino que trabajan con situaciones lúdicas donde interviene la destreza junto con el equilibrio.

Las propuestas de los malabaristas actuales van enfocadas a darle un sentido más estético a los movimientos sincronizados entre el cuerpo y los objetos manipulables, se nota mayor precisión en las líneas de movimiento que se trazan en el aire, con la intención de generar muchos efectos visuales hacia el público. Esto es parte fundamental del malabarismo contemporáneo.

Compiten entre ellos de forma lúdica. Trucos cada vez más intrincados, estéticos y propositivos. Sus propuestas se pueden consultar en Twitter, Facebook, Instagram o Youtube, herramientas multimedia que les han servido para romper el hermetismo de las artes circenses de años atrás. Con estas han logrado abarcar espacios más allá de lo físico y compartir de manera frecuente sus investigaciones y nuevas fusiones. Todo esto fue generado por los malabaristas que están en la calle y en busca de nuevos escenarios.

Él se inició en esto sin proponérselo. Uno de mis primos me enseñó a malabarear tres pelotas. Aprendí en una noche a hacer lo básico: mantener tres objetos en el aire. Tenía poco más de 20 años de edad y eso me despertó una pasión, además de que también me generó muchas críticas por parte de amigos, porque decían que esos trucos se aprendían desde que se es niño, pero yo seguí, sin saber que existía una movida internacional de esto.

Su instrumento favorito son las clavas, aunque también “hago pelotas, aros, juego con gorras y con malabarismo de contacto. Mis investigaciones van sobre pocos objetos, tres o cuatro. Ya no me interesan las cantidades grandes como antes.

Santi Malabari lleva más de diez años dedicándose a esta actividad, ha sido invitado a presentaciones en países de Europa y La- tinoamérica. Una de las más recientes a la que ha sido convocado es a la primera Convención Colombiana de Circo, que concluye este 2 de noviembre.