Cultura
Ver día anteriorDomingo 18 de octubre de 2015Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El escritor dio a conocer Lágrimas de volcán en la FIL en el Zócalo

Los jóvenes toman un arma por poder, no para cambiar la realidad: Boyer

“El problema del narco, más que de pobreza, es una cuestión de modelo cultural”, lamentó el autor de La guerra perdida contra las drogas

Foto
A través de mis personajes trato de recordar al lector joven, señaló el ensayista y narrador en el encuentro editorialFoto Guillermo Sologuren
Foto
Los jóvenes se vuelcan sobre las ediciones que se ofrecen en el ZócaloFoto Guillermo Sologuren
 
Periódico La Jornada
Domingo 18 de octubre de 2015, p. 7

Una aguda frustración llevó al periodista de origen francés Jean François Boyer a escribir Lágrimas de volcán, su primera novela, la cual fue presentada este sábado en el contexto de la decimoquinta Feria Internacional del Libro en el Zócalo.

Tal frustración, según explicó el autor al público que colmó el Foro Gustavo Sainz, tiene que ver con el profundo cambio que, en relación con pasadas generaciones, experimentan los jóvenes actuales de México, y en general de América Latina, respecto de sus motivaciones, sueños e intereses.

Escribí la novela porque a través de mis personajes trato de recordar al lector, y si es posible al lector joven, la pregunta que me habita desde que vine a América Latina como periodista: ¿cómo es posible que dos o tres generaciones más tarde la mayoría de los jóvenes esté relativamente despolitizada y por qué los más activos, los que influyen finalmente más en la vida de un país como México, son los que se atreven a tomar un arma, pero no para cambiar la realidad, la cual se encuentra mal, sino para realizar sus sueños profundos, personales, que son esencialmente consumo, riqueza, estatus, sexo y todo lo demás que se sabe?, dijo.

“Nació en mí una especie de frustración. Escribí en 2001 La guerra perdida contra las drogas, publicada por Grijalbo, y como cada día estaba más empapado en la realidad de la delincuencia organizada en el país, esa pregunta se hizo más presente en mí y decidí resolver esa frustración escribiendo la historia de un ex guerrillero chileno que peleó contra Pinochet y después se entrenó en Cuba y peleó en Centroamérica con la guerrilla salvadoreña, y que al final de su vida se va a enfrentar a un capo del narco de Tamaulipas”.

La población recibe al crimen

De acuerdo con el autor, optó por la novela y no por el ensayo de investigación, género que maneja a la perfección, debido a que la primera permite hacer un análisis de la realidad que llega y toca de manera más directa e intensa al público que el segundo.

A partir del momento que uno pone personajes que llevan en su corazón, en su piel, en su cerebro, la realidad en la cual vive la gente, ésta puede identificarse aún más, sostuvo.

A pregunta del público, Jean François Boyer hizo una comparación entre la realidad del México que retrata en su libro y la que prevalece hoy día. Aseveró que uno de los problemas más graves del país no es tanto que los políticos y gobernantes encubran actividades delictivas, sino cómo el crimen organizado y la delincuencia han sido recibidos por la población.

Al respecto, explicó que no deben cerrarse los ojos ante la enorme cantidad de personas que viven del crimen organizado de manera directa o indirecta en el país.

Contrastó un informe de hace dos o tres años de la Secretaría de la Defensa Nacional que estimaba en 500 mil los mexicanos que dependían directamente del crimen con datos que ubican ese número en la actualidad entre 10 y 15 por ciento total de la población.

El periodista y escritor dijo que esto ha sido posible por el consentimiento de la propia sociedad y porque una parte de los políticos insiste en que el problema del crimen organizado es sólo por una cuestión de pobreza y marginación, lo cual calificó de falso.

“Hay muchos jóvenes de clase media metidos en el narco, lo mismo que universitarios. Esto, más que de pobreza y marginación, es una cuestión de modelo cultural”, finalizó Jean François Boyer, quien estuvo acompañado de Dauro Totoro, editor del sello independiente chileno Ceibo Ediciones, el cual publicó el mencionado libro.