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Pide tiempo antes de dar informe a la autoridad reguladora alemana

Acepta Volkswagen ante el Congreso de EU responsabilidad por motores trucados
 
Periódico La Jornada
Jueves 8 de octubre de 2015, p. 23

Berlín.

Volkswagen aseguró que necesitará tiempo para llegar al fondo del escándalo por la manipulación de pruebas de emisiones de gases de sus motores diésel, horas antes de que la firma informara de sus hallazgos a las autoridades reguladoras alemanas y de presentar sus excusas al Congreso de Estados Unidos, ante el que reconoció su plena responsabilidad.

El presidente del gigante automotriz, Mathias Muller, admitió que el arreglo de los coches trucados para adecuarlos a las normas legales durará meses, al achacar el fraude a un puñado de responsables técnicos. Matthias Müller, que asumió el cargo hace 10 días para afrontar la crisis, hizo esas declaraciones cuando vence el plazo que las autoridades alemanas dieron a VW para presentar su plan de reparación de los autos modificados. Müller dijo que la compañía comenzaría en enero la revisión de esos vehículos y que el proceso estaría listo a finales de 2016.

En tanto, Volkswagen nombró el miércoles al director financiero Hans Dieter Poetsch para dirigir el consejo directivo, medida que llegó mientras el fabricante de autos alemán lucha para contener el escándalo relacionado el fraude en las pruebas de emisiones en Estados Unidos.

Volkswagen presentó excusas al Congreso de Estados Unidos. Quiero presentar las sinceras excusas de Volkswagen por haber utilizado un programa que sirvió para falsear las pruebas sobre normas contra la polución del aire, dijo Michael Horn, presidente de VW América del Norte.

Seamos claros: en Volkswagen asumimos la entera responsabilidad de nuestras acciones y cooperamos con todas las autoridades competentes, añadió Horn. Aseguró que la empresa se compromete a reparar los daños en cuanto encuentre lo antes posible cómo remediar el problema.

En tanto, Volkswagen decidió retirar los pedidos de autorización presentados en Estados Unidos para vender sus modelos 2016 equipados con motores diésel, que son los involucrados en el engaño de las pruebas de gases contaminantes.

A la pregunta sobre cuándo los directivos de VW conocieron de la trampa, Horn dijo haber sido enterado en la primavera de 2014. A finales de 2014 fui informado de que los equipos técnicos disponían de un plan específico de soluciones y que estaban discutiendo el tema con las agencias (competentes) sobre ese procedimiento, agregó.

En Berlín, Matthias Müller dijo en una entrevista con un diario alemán que la compañía comenzaría en enero la revisión de los vehículos afectados por un sistema que adulteraba los resultados de las pruebas de emisiones de gases y que el proceso estaría listo a finales de 2016.

Si todo sale de acuerdo con el plan, podemos comenzar la revisión en enero, sostuvo Müller al Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ). Todos los automóviles deberían estar arreglados para finales de 2016, agregó. Las aciones de VW cerraron con una ganancia de 7.12 por ciento.

Müller también sostuvo que cree que solamente unos pocos empleados estuvieron involucrados en el escándalo del software que amañó los resultados de las pruebas, algo que sacudió a la empresa e hizo caer en un tercio su valor de mercado. Esto refuta la idea de que su predecesor Martin Winterkorn podría haber estado al tanto del hecho.

Müller dijo que VW podría tener que reducirse y descentralizarse y sostuvo que cada modelo y marca serán examinados exhaustivamente para determinar su contribución a la compañía.

Müller rechazó la insinuación de que Volkswagen informó demasiado tarde a los mercados financieros sobre los problemas con los vehículos diésel, a pesar de que se lo comunicó a los funcionarios de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos semanas antes de hacerlo público. Basándonos en lo que entendemos de la ley, nosotros informamos a tiempo, declaró.

La firma, que este año se había convertido en el primer vendedor de autos del mundo, tiene un volumen de negocios anual de 200 mil millones de euros y 600 mil empleados en todo el mundo.

Pese a todo ello, hasta el momento no estamos viendo un derrumbe de ventas, aseguró Müller. Los costos totales del escándalo aún son difíciles de evaluar, aunque algunos analistas lo estiman entre 25 mil millones y 50 mil millones de euros.