Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 20 de septiembre de 2015 Num: 1072

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

Papeles Privados
José María Espinasa

Habitar la noche
Renzo D’Alessandro

Un día en Ciudad
de México

Héctor Ceballos Garibay

La imagen contra
el olvido: a treinta
años del terremoto

El terremoto de 1985:
“absurda es la materia
que se desploma”

Gustavo Ogarrio

ARTE y PENSAMIENTO:
Tomar la Palabra
Agustín Ramos
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Prosaismos
Orlando Ortiz
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
Núm. anteriores
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La Jornada Semanal

 

Alonso Arreola
Twitter: @LabAlonso

Jaramar y el Cuarteto Latinoamericano.
Brocado luminoso

“Soy Jaramar… hago música, pinto, dibujo, canto y… yo diría que la música es el eje de mi vida, la brújula.” Así comienza el documental que Michel Amado realizó en torno al nuevo disco de la cantante Jaramar Soto grabado con el notabilísimo Cuarteto Latinoamericano en la sinagoga Justo Sierra, lugar en donde se presentará el próximo domingo 25 de octubre a las 12 horas. Se llama El hilo invisible. Contó con arreglos de Javier Montiel y Juancho Valencia, fue producido y mezclado por Gerry Rosado y sumó financiamientos del Fonca y de la Fundación Metta Saade, a. c. Su nacimiento es motivo de celebración pues no es fácil encontrar colaboraciones tan naturales y lógicas que despierten el antojo de inmediato.

Especialista en cantos sefaradíes y repertorio en lenguas prehispánicas, ella sabe regalar ornamentos de dulzura, incluso cuando se viste de melancolía o tristeza franca. Ellos, por su lado, entienden los carretes de un oficio contemporáneo; mantienen el filoso carácter por el que son respetados en el mundo entero. Ella tiene más de veinte discos entre originales y compilaciones; lo mismo compone que se somete a la ocurrencia ajena internándose en experimentos fuera de confort. Ellos llegan a cincuenta grabaciones alrededor de mentes como las de Ginastera, Chávez, Revueltas, Piazzolla, Márquez, Gismonti, Ponce y, por supuesto, Villa-Lobos, de quien son máximos conocedores.

Ella, antes de este concierto conjunto, se presentará en el festival Las voces humanas de La Habana, Cuba, en donde también sonarán las gargantas de Silvio Rodríguez, Take 6 (Estados Unidos), Andreas Scholl (Alemania) y Dulce Pontes (Portugal), entre muchas otras provenientes de dieciséis países. Asimismo, dará el recital Entre la pena y el gozo en el Anfiteatro Simón Bolívar del Antiguo Colegio de San Ildefonso, el próximo 26 de septiembre y, por si fuera poco, días antes, el 22, participará como invitada del proyecto de improvisación e invención sonora colectiva Cosmos, en Guadalajara.

Ellos, como imaginábamos al mirar su página (www.cuartetolatinoamericano.com) ya tienen pactados conciertos hasta mayo de 2016, muchos de los cuales ocurrirán en Estados Unidos y Europa. Sin embargo, algunos sucederán en el Distrito Federal, Oaxaca y Monterrey. Sígalos. Ganadores del Grammy Latino 2012 por el disco Brasileiro, works of Francisco Mignone, los hermanos Saúl, Arón (violinistas) y Álvaro Bitrán (chelista), y Javier Montiel (violista), han sido ampliamente reconocidos por la prensa internacional y por gobiernos como el venezolano, que los tiene a cargo de la Academia Latinoamericana de Cuartetos de Cuerda afiliada a su Sistema de Orquestas Juveniles. Sobran datos curriculares. Son demasiados. Sólo diremos que han hecho sonar sus cuerdas en espacios míticos de los cinco continentes, como la Scala de Milán, el Concertgebouw de Ámsterdam y el Carnegie Hall de Nueva York. Dicho esto, ¿valdrá la pena escuchar la prenda que urdieron con Jaramar? Dígalo usted, lectora, lector.

Entendemos que la melodía vocal y la lírica son el cordón, el legado que permite unir nuevas telas –su dotación– en la confección de El hilo invisible. Sus sastres, verbigracia, provienen de estéticas muy disímbolas, lo que enriquece al brocado. El productor, Gerardo Rosado, ha realizado los últimos discos de Jaramar además de cientos de otras obras de rock y música experimental. Juancho Valencia, arreglista, toca el teclado y dirige la agrupación de pop latino Puerto Candelaria. Javier Montiel, el otro arreglista, es miembro del propio Cuarteto Latinoamericano y entiende de sobra las posibilidades de sus músicos e instrumentos. El resultado, suponemos desde su primer sencillo (Adió kerida), será el traje que soñó el emperador desnudo.

Planeado para grabarse por separado (primero el cuarteto y luego la voz), este disco terminó plasmándose en conjunto por el valor de la situación y el ánimo de sus actores, lo que representa un riesgo deseable para cualquier músico o productor. El entramado de estas y otras decisiones puede seguirse sin desperdicio en el documental que lo acompaña, ése en el que también se honra a la comunidad judía de México, tan ligada al cancionero sefaradí y a la propia sinagoga Justo Sierra. En sus entrevistas e imágenes llegamos al corazón de su intento, a los impulsos históricos, íntimos y familiares que tejen sus involucrados. Allí entendemos, finalmente, cómo se entrevera el pasado genealógico del cuarteto con las pasiones estéticas de la cantante, lo que desemboca en un álbum que deberá ganar reconocimiento global. Mientras sucede, comencemos por buscarlo y disfrutar sus tolerantes y bellas fronteras de aire, hoy cuando tantos mueren cruzando los límites de tierra. Buen domingo. Buena semana. Buenos sonidos.