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A la mitad del foro

Donde lloran está el muerto

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Migrantes cruzaron la frontera entre Hungría y Austria en Nickelsdorf, 70 kilómetros al sureste de Viena, este sábadoFoto Ap
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olvieron los letreros y pancartas de protesta a San Lázaro. Un parlamento en el que la palabra cede a los símbolos y gestos de las manifestaciones callejeras. El pleno de la carpa, del circo sin la agilidad lépera de los cantinflismos. Del pacto de todos admirado a la pluralidad que se desgaja y, en lugar de concertación, el desconcierto. Extraños vuelcos de la transición en presente continuo. Todos conformes con atender las observaciones de los expertos de la OEA; todos dispuestos a gritar las sinrazones de sus desacuerdos simulados.

Lástima. Porque la lumbre ya nos llega a los aparejos y el presupuesto cero de Luis Videgaray repite la misma receta: la misma medicina a la misma hora, y austeridad en el tablero de las cifras para que se diluyan las concesiones a los que tienen, a los del dinero, a los que se quejaban de la reforma hacendaria que se redujo a fiscal; a los que ahora lloran porque el gasto público se encoja y sea austero en aras de la estabilidad, sin tocar sus privilegios, ni soñar siquiera con un aumento de impuestos para los de mayores ingresos. Todo está bien y ponen un arpa en manos del gobernador Agustín Carstens para que la banca central sostenga las ataduras de la espiral inflacionaria. Cuatro años más, gritaban los republicanos de Ronald Reagan y lo repetían los de George Bush padre.

Hasta que se repitió en el mundo de la globalidad la insidiosa frase de campaña de Bill Clinton: ¡Es la economía, estúpido! Cuatro años más para Carstens al frente del Banco de México. Es un decir. Pero los de la audacia reformadora del pacto abren las páginas de medios financieros y ya todos lo son, acuden al juicio inapelable del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y de las calificadoras infalibles, oráculos de los que depende el futuro de todas las que alguna vez fueron naciones independientes y soberanas: Agustín Carstens es el mejor director de bancos centrales, es viva imagen de la rotunda prosperidad que hay en las alturas, con la austeridad en el llano.

A lo mejor. Hace algunos meses de este infernal año de 2015, uno de los economistas prestigiados y respetados en el mundo del revés, o a pesar de estar en la era del mundo al revés, pronunciaría la inapelable sentencia: Creer que la austeridad es expansionista. Europa se empantana y llegan decenas de miles de habitantes de la marginación y de la guerra en Siria, del estallido de la locura y la intolerancia, del fuego atizado por occidentales, europeos unidos o de Estados Unidos del norte. Y Alemania, el modelo ejemplar de austeridad como remedio para todos los males, abre sus puertas a los que buscan refugio. Y recibe trabajadores, obreros o profesionistas, que necesita con urgencia porque su población envejecida no crece, y no bastan los bajos salarios y los horarios reducidos para mantenerse en la cima.

El mundo entero se declaró solidario con los refugiados que invaden la Unión Europea. Pero en Hungría revivió el fuego del racismo y volvió a escena la vieja xenofobia. Y de eso se contagiaron los recientes conversos de la solidaridad humanitaria, de los brazos abiertos para recibir y ofrecer refugio a los que huyen de la violencia de la guerra y la intolerancia religiosa, racial y social. Aquí aceptamos a los que sean cristianos, dicen algunos. Aquí recibiremos a los refugiados que prueben su capacidad de adaptarse a nuestro modo de vida, cuyos hijos puedan asistir a nuestras escuelas y las familias olviden que se trata de estados laicos y sepan respetar nuestros modos y costumbres.

Por lo pronto, que hagan filas y llenen su solicitud para ser sometidos a prueba los sobrevivientes de los naufragios en el Mediterráneo y del navegar por el desierto, guiados por traficantes de personas que se han hecho millonarios cobrando mil, 2 mil y hasta 3 mil euros a los marginados que lograron escapar del infierno de la guerra y de la condena a morir de hambre en los países marginados al sur y al este del Edén. En México, en la única frontera directa entre la riqueza del norte industrializado y la pobreza que se reproduce a sí misma, el vuelco convirtió al mítico cuerno de la abundancia en el embudo de paso obligado para los migrantes nómadas... y para las drogas que consumen los del mercado más grande del mundo.

Larga digresión. Pero la realidad está ahí, frente a nuestros ojos, entre nuestros compatriotas que huyen del desempleo, del hambre, de la desigualdad, y de los hermanos de Centroamérica, de más allá del Darién, de toda la América nuestra. Y en territorio de guerra en el que las fuerzas armadas combaten al narcotráfico, mientras en Estados Unidos, en el lugar de destino del narco, se legaliza el uso de la mariguana y llenan las cárceles de consumidores de cocaína, de heroína y de metanfetaminas. Y los del narcomenudeo que aquí proliferan y son material desechable del crimen organizado: todavía hay clases. Y el imaginario colectivo es furia alucinante al equiparar a personajes como El Chapo Guzmán con quien quiera que fuese integrante del poder constituido.

Por eso inquieta que se repitan las escenas caóticas en el Congreso y se intercambien cargos y acusaciones sin mayor sustento que el se dice, circulan videos y/o grabaciones en los que Fulano y Zutano pactan el reparto del botín de la corrupción floreciente en la impunidad rampante. Se ha envilecido el lenguaje político. Y los navegantes de la red electrónica se multiplican y circulan verdades absolutas. Libre expresión, pero de dichos y opiniones con absoluto desprecio por los hechos y el indispensable respaldo de fuentes confiables o, al menos, creíbles. Arde el país y nuestra república es ya oligarquía en la que la desigualdad es arma de los ricos y hambre de los pobres.

Ante el sonido y la furia, Enrique Peña Nieto escucha y atiende a los expertos que disienten con lo dicho por la Procuraduría General de la República; se reunirá con los padres de los normalistas de Ayotzinapa. Los expertos de CIDH expusieron la presencia de un quinto autobús del Apocalipsis: posible transporte de heroína o goma de opio entre la región de Iguala, Guerrero, y Chicago, Illinois. El expediente de la PGR incluye la presencia del quinto autobús. Pero nada dijeron en la narrativa de lo que se convertiría en burlona verdad histórica. Algún timorato decidió que la desconfianza en el gobierno estallaría en cargos de criminalizar a los estudiantes victimados.

Lástima. Hay asuntos políticos de importancia y Peña Nieto acude a las cifras para asegurar que la razón no asiste a los pesimistas, que las reformas han permitido avances en el empleo formal, en la inversión extranjera, en la capacidad de compra del salario real. Pue’ que.

Por lo pronto, la oligarquía representada por Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, se reúne con el líder del PRI, Manlio Fabio Beltrones, y los coordinadores del Senado, Emilio Gamboa, y la Cámara de Diputados, César Camacho: reducir el impuesto sobre la renta y hacer ajustes al impuesto especial sobre producción y servicios, piden. Hay mucho margen de maniobra, dijo César Camacho. Pue’ que.

Para maniobras electorales y el relevo generacional. En Quintana Roo avanza a la vista de todos Mauricio Góngora, presidente municipal de Solidaridad. Y el 15 de septiembre Alejandro Morales protesta como gobernador de Campeche. Voluntad y vocación política para el propuesto sistema de excepción en el sureste. Aunque Goldman Sachs anticipa que caerá a 20 dólares el precio del barril de petróleo.