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El cineasta Amos Gitai compite en la Mostra con cinta sobre el extinto primer ministro

A 20 años, el asesinato de Rabin es una herida abierta para Israel

Busco indagar en torno a la campaña de incitación a la violencia que condujo al crimen; de alguna manera la película es la comisión de investigación que nunca existió, aseguró el realizador

El francés Yann Arthus-Bertrand recoge en Human las palabras de más de 2 mil personas

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La actriz Einat Weizman y el director Amos Gitai en la alfombra roja de Rabin, The Last Day, en la 72 Mostra de VeneciaFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Martes 8 de septiembre de 2015, p. 9

Tel Aviv, París.

En su nueva película Rabin, the last day, presentada en competencia este lunes en la Mostra de Venecia, el cineasta israelí Amos Gitai arremete contra la campaña de violencia que precedió al asesinato del ex primer ministro Yitzhak Rabin a manos de un extremista judío, hace 20 años.

Mi objetivo no era crear un culto a la persona en torno a Rabin. Más bien quise investigar la campaña de incitación a la violencia que condujo a su asesinato. De alguna manera esta cinta es la comisión de investigación que nunca existió, explica el director de 64 años, autor de varias películas sobre la sociedad israelí, como Kadosh, Alila y Ana Arabia.

Dos décadas después de la muerte de Rabin, firmante de los acuerdos de Oslo y premio Nobel de la Paz, Gitai advierte contra la propagación de un extremismo judío religioso violento y subterráneo, que según él amenaza los fundamentos democráticos de Israel.

Un extremismo que se puso de manifiesto en las semanas recientes con la muerte de tres palestinos, entre ellos un bebé, en el incendio criminal de una vivienda, imputado a radicales, y la de una adolescente apuñalada por un ultraortodoxo durante un desfile por el orgullo gay.

Para Gitai, el 4 de noviembre de 1995, fecha del asesinato de Rabin, sigue siendo una herida abierta en la historia contemporánea de Israel.

Ese fatídico día, en Tel Aviv, unos minutos después de haber pronunciado un discurso frente a decenas de miles de personas en favor de la paz, Yitzhak Rabin fue abatido de tres balazos en la espalda.

Activista de extrema derecha

Su asesino, Yidal Amir, era un activista de extrema derecha ferozmente opuesto a los acuerdos de Oslo, firmados con los palestinos y por los que Rabin, Yasser Arafat y Shimon Peres obtuvieron el Nobel de la Paz en 1994.

Gitai lamenta que la investigación oficial se limitó a los fallos operacionales, como el desorden, el guardaespaldas que mira del lado equivocado o el chofer que se olvida de encender las sirenas en el techo del vehículo, retrasando la evacuación.

Pero no se investigaron “las fuerzas subyacentes que se habían propuesto matar a Rabin.

Su asesinato es el punto final de una campaña de odio, dirigida por rabinos en delirio, por colonos opuestos a cualquier retirada de los territorios palestinos y por la derecha parlamentaria, con el Likud en primera fila, dirigido ya entonces por Benjamin Netanyahu (actual primer ministro), que quería desestabilizar al gobierno laborista, sostuvo el cineasta.

Gitai obtuvo la apertura de las actas de la comisión de investigación, consultó los archivos de los meses que precedieron y siguieron el asesinato y utilizó imágenes de televisión de discursos de políticos, entre ellos de Netanyahu, durante las manifestaciones contra los acuerdos de Oslo en las que Rabin había sido representado en uniforme nazi.

El filme es una mezcla de archivos y de escenas filmadas; la dificultad fue encontrar un buen equilibrio, explicó el cineasta, quien quiere que sea también una contribución a la posteridad de Rabin.

“Era un verdadero patriota israelí, a pesar de que ese término es ahora monopolio de la derecha. Quería estabilizar la existencia de Israel con un acuerdo de paz con los palestinos y había comprendido que la paz no se lograba de forma unilateral, que se debe reconocer y tomar en cuenta la existencia del ‘otro’. Hoy, el ‘otro’ no existe. Todo es unilateral y se basa en la arrogancia política”, estimó Gitai.

Ahora, 20 años después de su asesinato, seguimos inmersos en la crisis creada por la desaparición de Rabin de la escena política y de su visión, concluye.

Viaje introspectivo

Por su parte, el cineasta francés Yann Arthus-Bertrand, fotógrafo de paisajes vistos desde el cielo, optó por permanecer parte del tiempo con los pies sobre la tierra para recoger en un documental a la vez intimista y desmesurado la palabra conmovedora de gente anónima y el testimonio del ex presidente uruguayo José Mujica.

Human, de más de tres horas, proyecto multimedia presentado en distintas versiones, se estrenará simultáneamente el sábado próximo en 400 salas en Francia, la sede de la ONU en Nueva York y la Mostra.

¿Cuál es el sentido de la vida para un veterano de guerra estadunidense, un combatiente sirio, un intocable de la India, un irradiado de Hiroshima o un joven parisino?

De Angola a Australia, pasando por China, México, Cuba o Brasil, más de 2 mil personas respondieron frente a la cámara, en primer plano sobre fondo negro, a las preguntas planteadas por los equipos del autor del bestseller mundial La Tierra vista desde el cielo.

Como un respiro para el espectador, se intercalan entre los testimonios imágenes de amplios planos aéreos: caravana sobre los médanos, partidos de futbol en un altiplano paquistaní, ríos que forman dibujos sobre un desierto de sal.

Las imágenes captadas en helicóptero –y no con drones, para mantener un mejor control del encuadre– muestran también seres humanos, desde un minúsculo empleado en un rascacielos de Nueva York a un pastor africano al borde de un acantilado.

El filme, que costó 11 millones de euros, busca mostrar, según su autor, “pasarelas entre la belleza del mundo y la de los humanos.

Quise hablar de amor. Pienso que vivir juntos pasa por ahí. Hay mucha utopía en este filme y al mismo tiempo pienso es una película fuerte, porque lo que la gente nos ha dado es deslumbrante.

Seleccionar y montar las decenas de testimonios llevó un año. Anécdotas, reflexiones o gritos del corazón, se habla de guerras, de familia, homosexualidad, dinero, felicidad...

La mayoría de las personas nunca habían estado frente a una cámara, algunas no saben leer ni escribir, pero hablan increíblemente sobre el sentido de la vida, comentó Yann Arthus-Bertrand.

También se entrevistó a varias personalidades. En vano. Probamos con Bill Gates. No logramos hacerle decir nada personal ni nada emotivo, contó.

Otro momento fuerte es el testimonio de un refugiado afgano varado en Calais.