Directora General: Carmen Lira Saade
Director Fundador: Carlos Payán Velver
Suplemento Cultural de La Jornada
Domingo 6 de septiembre de 2015 Num: 1070

Portada

Presentación

Bazar de asombros
Hugo Gutiérrez Vega

¿Qué hay por Europa?
Yordán Radíchkov*

Bangkok, puerta
de Indochina

Xabier F. Coronado

Mariano Flores Castro
y Máximo Simpson

Marco Antonio Campos

Ecológica
Guillermo Landa

La interioridad
(o la paradójica
edificación de un hueco)

Fabrizio Andreella

Israel y Palestina:
coincidir en la resistencia

Renzo D’Alessandro

Leer

ARTE y PENSAMIENTO:
Tomar la Palabra
Agustín Ramos
Jornada Virtual
Naief Yehya
Artes Visuales
Germaine Gómez Haro
Bemol Sostenido
Alonso Arreola
Paso a Retirarme
Ana García Bergua
Cabezalcubo
Jorge Moch
Jornada de Poesía
Juan Domingo Argüelles
Cinexcusas
Luis Tovar


Directorio
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La Jornada Semanal

 
 

Hugo Gutiérrez Vega

  La leyenda “Traidor a la patria”, en las curules de PRI, PAN y Verde en San Lázaro para evitar la aprobación de la Reforma Energética Foto: Cristina Rodríguez/ La Jornada

No hay cosa más seria que un grupo de niños jugando, pues no se trata de un simulacro sino que tiene las características de un momento vital. Los niños ponen sus reglas, las respetan y las modifican, establecen una serie de criterios que dan sentido y coherencia al juego y no aceptan intromisiones, se juegan su aventura y, de alguna misteriosa manera, esta seriedad los prepara para, sin solemnidad, tomar parte en la vida. En el libro Una visita a la Cámara de Diputados, publicado por Miguel Ángel Porrúa, la periodista y escritora Paola Dada, reúne a un grupo de muchachos que asisten a la clase de Formación Cívica y Ética. Juan José, Estefanía, Martín, Pablo y Gaby empiezan su jornada mañanera, abandonan la cama con pocos deseos de levantarse, hacen su abluciones, se desayunan velozmente, llegan a su clase y escuchan la propuesta de un juego originalísimo formulada por el profesor de Formación Cívica y Ética. Les propuso una visita a la Cámara de Diputados. Al principio no entendieron bien en que consistía el juego, pero poco a poco fueron encontrando elementos que despertaron su interés por la actividad legislativa. El maestro les explicó el origen grecolatino de la palabra cámara y enfatizó la importancia de la deliberación y aprobación legislativa para la vida democrática. Les abrió los ojos hacia distintos rumbos del mundo: Francia, España, Alemania, Japón, Israel, Rusia, Grecia, Rumanía. De ahí pasaron a la noción de democracia como gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, como afirmaba el presidente Lincoln y, de inmediato, repasaron algunos aspectos de la historia de México y, entre otras cosas, observaron nuestro “mutilado territorio”. El juego fue creciendo en interés y los muchachos se pusieron a leer por su cuenta, comentaron su proyecto con sus padres y reunieron fotografías, materiales informativos con el objeto de llegar a la visita con la indispensable información.

Este libro describe con minuciosidad el viaje de los muchachos a la Cámara de Diputados. Su interés va creciendo conforme se acercan a San Lázaro. La lección de historia adquiere aquí un carácter vivo y el juego tiene ya la seriedad absoluta de la hermosa y delicada mente infantil. Aparecen el Escudo Nacional, la Constitución Política, personajes como Hidalgo, Morelos, Juárez, Ocampo, Quintana Roo, Lázaro Cárdenas. Ya en la Cámara observan los aspectos de la vida cotidiana del Palacio Legislativo: la limpieza, las macetas, las máquinas, la histórica rotativa constituyente. Todo les sorprende e interesa, están descubriendo un edificio y una actividad fundamental para el funcionamiento de la democracia y la consolidación de la paz social.

En la visita aparecen figuras señeras de nuestra historia y nuestra cultura: Sor Juana Inés de la Cruz, Bernardino de Sahagún, Toribio de Benavente, Bartolomé de las Casas y un sinnúmero de personajes pertenecientes a las distintas etapas del desarrollo histórico de nuestro país. Un anciano conserje se convierte en guía y comunica a los muchachos su entusiasmo por la historia del edificio y por las tareas que ahí se desarrollan. Un punto culminante de la visita es el descubrimiento del muro de honor, la mesa central y el enorme candil diseñado por Pedro Ramírez Vázquez. Ven las curules y se asoman a los salones en donde se celebran reuniones. Todo esto culmina con la visita al pleno, pero no termina ahí, pues los muchachos continúan interesados en el tema y siguen ampliando sus conocimientos. De esta manera la clase de Formación Cívica y Ética se convirtió en un juego y tuvo toda la seriedad y el rigor que rigen a los juegos infantiles.

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