Sociedad y Justicia
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Lo utilizan según criterios subjetivos, alertan expertos

Prevalece entre los jóvenes el uso selectivo del condón
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En una jornada cívico cultural en el Zócalo, jóvenes observan la forma de colocar correctamente un condónFoto José Carlo González
 
Periódico La Jornada
Sábado 5 de septiembre de 2015, p. 33

Aunque en el país la mayoría de los adolescentes y jóvenes conocen y saben utilizar el preservativo, aún prevalece su uso selectivo, aseguró el médico educador y terapeuta sexual José Ángel Aguilar Gil, coordinador de la Red de Democracia y Sexualidad (Demysex).

Detalló que ese empleo selectivo significa que los jóvenes usan este anticonceptivo sólo con algunas parejas sexuales, según criterios subjetivos como la confianza o afecto que le tengan, si son conocidos o desconocidos, si les parecen enfermos o si las perciben como personas decentes, cuando tienen que utilizar el preservativo con quien sea y en cada relación sexual, a fin de prevenir infecciones de transmisión sexual o embarazos no planificados.

Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (Ensanut), nueve de cada 10 adolescentes de 12 a 19 años conocen o han escuchado de algún método anticonceptivo; en la Ensanut 2006 el porcentaje era de 81.8 y en la 2000 fue de 68.7.

En cuanto a la primera relación sexual sin protección en ese mismo rango de edad, la Ensanut 2000 arrojó que en hombres fue de 47.5 por ciento, en 2006 de 29.6, y en 2012, de 14.7. Entre las mujeres fue de 79.1, 56.6 y 33.4.

Rufino Luna Gordiall, director adjunto de Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud, refirió que la Encuesta Nacional de Dinámica Demográfica 2009 (Enadid) refiere que sólo 37.6 por ciento de los jóvenes utilizaron algún método anticonceptivo en su primera relación sexual y sólo 45 por ciento lo usó en la más reciente.

Durante el encuentro Salud Sexual para una Sociedad más Justa, con motivo de la conmemoración del Día Mundial de la Salud Sexual, Aguilar Gil refirió que aunque el uso de métodos anticonceptivos, en particular del condón, han ido al alza, todavía está pendiente el empleo de estos dispositivos en todas las relaciones sexuales.

Apuntó que en el país hay carencia de educación integral de la sexualidad que permita tomar acciones de prevención, porque si bien tanto a escala federal como estatal existen materias de sexualidad, éstas abordan el tema de manera muy esquemática e incompleta.

A ello se suma que estos temas no se abordan desde el inicio de la vida escolar, como en algunos países europeos. “Hay que hablar de sexualidad desde el kínder. Pero la gente tiene miedo, porque piensa que se va a hablar de situaciones o contacto sexuales o de posiciones, pero no es así; en esos niveles se pueden abordar aspectos de autoestima, conocimiento y prevención. Se ha visto que en países como Dinamarca y Suecia, que tienen educación en sexualidad desde el jardín de niños, existen menos embarazos adolescentes y no planeados, e incluso la gente inicia su vida sexual más tarde, cerca de los 19 años, mientras en México en promedio eso ocurre a los 15. Ese es el impacto que tiene la información en educación sexual”.

A nivel educativo formal no sólo hay rezago en los contenidos de sexualidad, aunque se abordan temas de anatomía, infecciones de transmisión sexual, anticonceptivos y género, sino que no se prepara a los profesores para que den esas materias. Muchos de ellos se brincan esos contenidos, porque les da miedo tocarlos y que los papás les reclamen, y no saben además cómo abordarlos, porque los mismos profesores tienen los mismos mitos y tabúes que cualquier persona, porque las generaciones anteriores no hemos tenido una educación sexual integral.

Claudia Alonso Pesado, directora adjunta de Igualdad de Género de la Secretaría de Educación Pública (SEP), admitió que tenemos docentes ignorantes de la sexualidad humana y que tienen tabúes y prejuicios, y con ese docente damos la clase.

Aguilar Gil remarcó que la SEP debe hacer una capacitación en serio de los docentes que imparten educación sexual además de evaluar los programas en el rubro para cuantificar los impactos que se tienen, y al constatar que no son los esperados, enmendar el camino. Aseguró que en ese aspecto debe haber políticas más comprometidas.