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De Majid Majidi, fue financiada por la República Islámica

Iraní busca terminar con la imagen violenta del islam con la cinta Mahoma
 
Periódico La Jornada
Miércoles 26 de agosto de 2015, p. a10

Teherán.

Majid Majidi, uno de los cineastas más destacados de Irán, aborda en su más reciente superproducción, Mahoma, la infancia del profeta para terminar con la imagen violenta del islam, afirmó en entrevista antes de la salida de la cinta en su país, este miércoles.

Con un presupuesto de 40 millones de dólares, financiados en parte por la República Islámica, este filme es el más caro de la historia del cine iraní.

El rodaje se llevó a cabo en una ciudad de La Meca reconstruida en el sur de Teherán.

Además de proyectarse en 143 salas de Irán, se exhibirá el jueves en la apertura del festival de cine de Montreal. El director espera que los distribuidores europeos también se interesen por ella.

Para este experimentado actor de 56 años, que ya dirigió una decena de películas, algunas galardonadas en el extranjero (Baran, Niños del cielo), la elección del tema estaba clara.

En los años recientes, una lectura errónea del islam en el mundo occidental ha originado una imagen violenta de este que no tiene ninguna relación con su verdadera naturaleza, aseguró.

Lectura errónea, debido a grupos terroristas

En su opinión, esta lectura errónea se debe a grupos terroristas, como el Estado Islámico, que no tienen vínculos con el islam, de cuyo nombre se apropiaron, y que quieren dar una imagen aterradora en el mundo de esta religión.

Como artista musulmán (...) mi objetivo era crear una visión (del islam) que cambie la que tiene Occidente, que se resume a menudo en un terrorismo islámico vinculado a la violencia, afirmó el cineasta. Sin embargo, el islam es diálogo, bondad y paz, aseguró.

Majid intenta ser optimista respecto de la polémica y la posible violencia a la que podría dar lugar su largometraje en el mundo musulmán, en el que la representación del profeta Mahoma está prohibida.

Países como Arabia Saudita tendrán problemas con la cinta, pero muchos otros países musulmanes la reclamaban, aseguró.

A principios de año, el gran imán de la universidad Al Azar de El Cairo, Ahmed al Tayeb, una de las más altas autoridades del islam sunita, reafirmó su oposición a la representación del profeta y afirmó que eso supone rebajar su estatus espiritual.

Mahoma no representa, sin embargo, al propio profeta, sino cómo percibía, por medio de sus ojos de niño desde el nacimiento hasta los 13 años, el mundo de tiranía que lo rodeaba, explicó el cineasta.

Su rostro no aparece en ningún momento, pero se ve su silueta y su perfil. Los más radicales pueden denunciar esto, reconoció el director.

Majidi piensa que su película debe unir y no dividir a los musulmanes sunitas y chiítas, que se enfrentan violentamente en varios países de la región, como Irak, Yemen o Siria.

Antes de su llegada a las salas, se mostró a líderes religiosos de ambas confesiones en Irán y en Turquía, que la valoraron positivamente, según Majidi.

El director desea que Mahoma sea la primera cinta de una trilogía, pues no se puede cambiar la mala imagen del islam con una sola. Pero las otras producciones no estarán necesariamente realizadas por mí, afirmó. Invitó a todos los cineastas musulmanes a seguir su camino.

El director estadunidense de origen sirio Mustafá Akad ya había realizado una película sobre Mahoma, The Message, en 1976, con una versión en inglés y otra en árabe, con actores diferentes.

La cinta creó polémica en aquella época y muchas de las salas en las que se proyectó recibieron amenazas de musulmaes radicales, que la consideraron una blasfemia.