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Familiares de las jóvenes secuestradas pidieron su ayuda para reducarlas

Nestora Salgado es inocente; se tuerce la ley para castigar a disidentes: Solalinde

La comandanta evidenció una red de trata

No ha tenido oportunidad de defenderse: sobrino

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Antes de ser detenida, Nestora Salgado decía que no temía a los sicarios o a la delincuencia organizada, sino al gobierno. La comandanta lleva dos años en prisiónFoto Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 23 de agosto de 2015, p. 10

Las declaraciones firmadas de las madres de las menores supuestamente secuestradas por Nestora Salgado demuestran que fueron ellas las que solicitaron la intervención de la comandanta de la policía comunitaria para encontrar y reducar a sus hijas.

Los documentos de la causa penal 05/2014-I, a los que ha tenido acceso La Jornada, demuestran que Maritza Meza Castro y Susana Baltazar Sosa, madres y tías de las menores, denunciaron el 27 de octubre de 2012, ante el Consejo Social Olinalteco, la desaparición de las jóvenes.

Las menores Yesenia Castillo Meza, Betsabé Rubí Baltazar Sosa, Sofía Navarrete Baltazar y Dulce Burgos, de 12 a 16 años de edad, primero andaban descarriadas, pero después fueron víctimas de una red de trata con fines de explotación sexual que opera en Guerrero y Puebla con la supuesta connivencia de las autoridades.

Las declaraciones de las menores muestran además los problemas familiares y mencionan haber acudido a declarar de manera voluntaria ante la comandancia comunitaria:

Betsabé Rubí Baltazar Sosa de 12 años, declaró el 9 de junio de 2013: Veníamos de tomar margarita del bar Toño, yo y mi prima Sofía nos encontramos con Francisco Flores Jiménez y Miguel Franco, y ellos nos invitaron una margarita. Yesenia quería ir a Tulcingo, pero ellas no querían venir porque su mamá les iba a pegar y allá nos quedamos dos días en casa de un amigo, así que hoy nos venimos Paco, Miguel, mi prima y yo, nos dejaron al entrar al pueblo y yo pues me fui a mi casa y venimos por nuestra voluntad a declarar.

La menor Dulce Rubí Burgos Pérez declaró un día después y expuso que se escapó de su casa porque tuvo problemas con sus padres: Nos venimos con Toño a tomarnos unas micheladas, después nos encontramos con Miguel, Yesenia nos invita a Tulcingo, fuimos a echar gasolina y después nos fuimos a casa de unos amigos de Yesenia... después fuimos a tomar unas botellas y nos acostamos a dormir y a otro día seguimos tomando.

En las investigaciones, la comandanta Nestora Salgado evidenció la existencia de una red de trata de mujeres que sometía a las menores a explotación sexual y para evitar el encono del pueblo, que ya las había identificado con supuestos miembros del crimen organizado, la policía comunitaria las sometió a reducación enviándolas a la Casa de Justicia y a un convento.

Después de esto, la comandanta fue detenida en un gran operativo de fuerzas federales y estatales, acusándola de secuestro en este caso y otro que implica a autoridades en el robo de ganado.

De este delito responsabilizo totalmente a Eugenio Sánchez González, Irineo Rodríguez Sánchez, Martín Vázquez de la Cruz y Osiel Bello Vázquez; este ganado fue a dar a manos de José Oseas Rosendo Sánchez fungiendo anteriormente como síndico municipal y presidente interino de Olinalá, declaró el 30 de junio de 2013 Emilio Guevara Ayala. Ninguno de los supuestos secuestrados, ni los testigos de la acusación, se han presentado ante el juzgado.

Días antes de las detenciones, Salgado –recluida en prisión desde hace dos años– denunció una campaña de hostigamiento del Estado: Yo no le tengo miedo a los sicarios o a la delincuencia organizada, yo le tengo miedo al gobierno. El ayuntamiento, el Ejército, la Marina me persiguen, nuestra policía es acosada por ellos.

Campaña internacional

Para el sacerdote Alejandro Solalinde, quien ha iniciado una campaña internacional en favor de la liberación de Salgado, los delitos que se le imputan son fabricados: Este gobierno está bien chueco porque en lugar de usar la ley para perseguir el delito, tuerce la ley y las instituciones de la procuración de justicia para castigar a los disidentes y a los que piensan diferente, y para los que no se ajustan a la corrupción, como en el caso de Nestora.

Solalinde, quien ha investigado el caso y conoce el expediente judicial, considera que hay muchas arbitrariedades en su detención ilegal y en todo el proceso: El gobierno puede sembrar armas, drogas e inventar delitos. Ellos tienen la sartén por el mango. Es todo un sistema podrido de justicia donde la autoridad usa el aparato judicial para reprimir a los que luchan por un cambio.

Explica que Isabel Miranda de Wallace, quien acusa a Nestora, está equivocada: Lo que se dice que fue un secuestro no lo fue. Tal vez Wallace, porque es de ciudad, no comprende las leyes de las policías comunitarias, de los indígenas, que cuando hay hijos que andan en malos pasos ayudan a los padres de familia como parte de esa preocupación comunitaria. Nestora Salgado está presa porque sencillamente no se quiso plegar a los caprichos del ex gobernador Ángel Aguirre y se negó a ser parte de toda la corrupción. Ella fue derecha y como castigo la encarcelaron. Wallace, en cambio, ha enarbolado causas que a veces no quedan muy claras, como ésta.

Dice que el caso de las menores rescatadas, se trata de hijas descarriadas que luego fueron captadas por redes de trata: Si no se han presentado ante el juez es por algo. La opinión pública está en favor de la comandanta. Hay malestar, Nestora Salgado es un símbolo más de indignación, de hartazgo.

Añade: Con Salgado nos sentimos todos prisioneros y agraviados, nos sentimos usados por el gobierno que supuestamente debería defender la justicia y hay personas esquiroles y aliados del gobierno. Todos los que piensan que Nestora es culpable, no son más que personas oficialistas allegadas a los intereses del gobierno.

Y atribuye que su encarcelamiento obedece a una política represiva del Estado.

“No es un caso aislado, es una práctica común reprimir a los críticos; es una criminalización contra luchadores sociales, defensores de derechos humanos. Son presos políticos. El caso de la comandanta es una cuestión de género: ¿Cómo una mujer va a mandar y a poner orden en este mundo hecho por hombres, en este México diseñado por hombres? ¿Cómo que hay una comandanta, si aquí en México sólo existen los comandantes? Para ellos ‘las viejas’ no se deben saltar las trancas, porque ellas deben estar sometidas en esta cultura machista que tenemos. Todo eso hay detrás del encarcelamiento ilegal de Nestora”.

Añade: Este es un gobierno feminicida, el caso de Nestora Salgado es una nueva agresión contra las mujeres, es una advertencia. Este gobierno no está del lado de las mujeres y aunque se tome la foto con ellas y las use para conseguir votos, es un gobierno contra las mujeres.

Morir luchando

El comandante de barrio de la policía comunitaria, Giovanni Salgado, de 28 años, sobrino de Nestora, denuncia la falta de un debido proceso: Ella no ha tenido una sola oportunidad de defenderse. Los careos con las supuestas víctimas que la acusan no se han llevado a cabo, porque nadie se ha presentado. El gobierno tiene la consigna de no liberarla ni a nuestros nueve compañeros presos.

Añade: Hemos ofrecido todas las pruebas de la inocencia de nuestra comandanta. Las madres de estas muchachas fueron las que pidieron el apoyo y están los documentos firmados de su consentimiento para que fueran llevadas al proceso de reducación, antes de que les pasara algo peor.

Mientras participa en una protesta por la liberación de los presos políticos, concluye: “Vamos a seguir luchando hasta que sean liberados. No nos vamos a dejar. Seguimos siendo hostigados por el Ejército Mexicano que no nos da seguridad y mientras andan allí los delincuentes siguen paseándose. Continúan los robos, las extorsiones, los secuestros, las ejecuciones. El gobierno no nos deja otro camino más que organizarnos y defendernos. Nosotros ya decidimos nuestra forma de morir: luchando, no amarrados ni hincados. Por eso nos levantamos”.