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La Habana-Washington, la difícil relación
Fidel Castro: EU debe millonarias indemnizaciones a Cuba

Al cumplir 89 años reapareció en público acompañado de Evo Morales y Nicolás Maduro

John Kerry encabeza la ceremonia de izamiento de la bandera estadunidense en La Habana

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Tres militares veteranos de EU –el sargento Jim Tracy y los cabos Larry Morris y Mike East–, que eran jóvenes soldados en 1961 y fueron los encargados de arriar la insignia cuando la embajada estadunidense se cerró, serán los encargados de izarla de nuevoFoto Ap
Enviada
Periódico La Jornada
Viernes 14 de agosto de 2015, p. 2

La Habana, Cuba.

Para conmemorar su 89 cumpleaños y saludar muy a su estilo la llegada del secretario de Estado de Estados Unidos John Kerry a esta capital –primera vez que pone pie en esta isla un funcionario de primer nivel de Washington en las pasadas siete décadas–, el líder histórico de la revolución cubana Fidel Castro recordó en un artículo que publicó el diario Granma que el gobierno estadunidense adeuda a su país las indemnizaciones equivalentes a cuantiosos millones de dólares por concepto de los daños provocados por más de 50 años de bloqueo comercial.

Además de aludir a este reclamo histórico, que forma parte de las demandas que el presidente Raúl Castro negociará a partir de ahora con la contraparte estadunidense, junto con el levantamiento del bloqueo comercial, la devolución del territorio que ahora ocupa el Pentágono en Guantánamo y el cese del financiamiento a grupos que buscan el derrocamiento del régimen cubano, el viejo revolucionario hizo una de sus cada vez menos frecuentes apariciones públicas en compañía de dos de sus mejores aliados, los presidentes de Bolivia Evo Morales y de Venezuela Nicolás Maduro, quienes llegaron en las últimas horas en sendos viajes de sorpresa para acompañar a Fidel Castro en su aniversario.

Mientras, en el Departamento de Estado y en la recién reabierta embajada de Estados Unidos en La Habana se afinan los detalles de la visita de Kerry. Su estancia fue organizada con un cauteloso sentido político. Lo primero que hará el secretario de Estado, apenas llegue al país, será reunirse con el responsable de las relaciones exteriores de Suiza, Didier Burkhalter, cuyo gobierno representó hasta el pasado 20 de julio los intereses de Washington en este país desde la ruptura de relaciones mutuas. Mientras que en Washington la antigua Checoslovaquia representaba a Cuba, el embajador helvético de esa época, Emil Stadhofer, tuvo lo que el gobierno en Berna reconoce como el papel más intenso jugado por un diplomático suizo. No fue para menos. Durante su gestión tuvo que administrar la interlocución entre los dos países confrontados para la entrega de prisioneros de la invasión de Bahía de Cochinos, la escalada de tensiones durante la crisis de los misiles soviéticos desplegados en la isla en octubre de 1962, la repatriación de ciudadanos estadunidenses y cubanoestadunidenses, el secuestro de aviones estadunidenses y de pescadores cubanos y decenas de otros momentos críticos.

A las 9:45 de la mañana está previsto el izamiento de la bandera de EU frente a su embajada. Tres militares veteranos de EU –el sargento Jim Tracy y los cabos Larry Morris y Mike East–, que eran jóvenes soldados en 1961 y fueron los encargados de arriar la insignia cuando la embajada estadunidense se cerró, serán los encargados de izarla de nuevo.

Después Kerry se reunirá con el cardenal de La Habana, Jaime Ortega. Hoy se sabe que el prelado jugó un rol protagónico en las gestiones ultrasecretas que se llevaron a cabo durante 18 meses entre dos grupos muy cerrados del equipo de Barack Obama y Raúl Castro para lograr el histórico restablecimiento de relaciones diplomáticas. Fue él quien a petición del jefe de la Casa Blanca trasladó al papa Francisco –quien hará una visita papal el 20 de septiembre– la petición para mediar entre ambos, según revelan los dos cubanólogos más destacados de Estados Unidos, Peter Kornbluth y William LeoGrande.

La lista de asistentes a la ceremonia de izamiento también fue diseñada para guardar estrictamente los gestos de reciprocidad. No será el canciller cubano Bruno Rodríguez quien represente a su gobierno en el acto de la embajada, sino la viceministra Josefina Vidal, otra de las protagonistas de la operación de deshielo. El pasado 20 de julio, en Washington, John Kerry tampoco asistió al izamiento de la insignia cubana, sino que esperó a su homólogo Rodríguez en el Departamento de Estado, donde hubo una reunión y una conferencia de prensa bilaterales. Esta vez será igual. El titular del Ministerio de Relaciones Exteriores esperará en su sede a que Kerry se traslade para el encuentro oficial. Después los dos ofrecerán una conferencia de prensa conjunta.

Ya por la tarde, la residencia del embajador Jeffrey de Laurentis, ubicada en el Country Club, abrirá sus puertas para una recepción privada. En el pasado los diplomáticos estadunidenses de la ya caduca Oficina de Intereses organizaban fiestas para el 4 de julio, el Superbowl y otros eventos, pero los funcionarios del gobierno cubano se abstenían de asistir. Eran principalmente los grupos disidentes quienes frecuentaban el lugar. En esta ocasión estos invitados frecuentes de los estadunidenses estarán ahí presentes, pero su encuentro con Kerry no tendrá carácter oficial. Ni siquiera fue mencionado en el comunicado de prensa del Departamento de Estado.

Aunque estos contactos de los visitantes oficiales del extranjero con la disidencia cubana suelen ser elementos irritantes para el gobierno de Cuba, esta reunión de Kerry fuera de programa estaba prevista y es considerada como un gesto para el consumo interno, para satisfacer las exigencias de los sectores políticos más conservadores de Washington y principalmente de Florida, resentidos porque en este proceso han quedado fuera de la jugada.